HIDING; [YOONJIN + TAEJIN]

|Hurting Me.

"—¿Seokjin? —cuestionó la mujer bajando a su altura. El niño permanecía sentado sin hablar, mirando al vacío.

—Ha estado así desde que volvió cuando fue a buscarla —le informo la ama de llaves angustiada—, y estuvo gritando algo sobre sangre hace poco.

Sooyoung sabía por qué. Había presenciado una matanza, ahora sufría el trauma. Su esposo simplemente había dicho que se le olvidaría, lo confundiría con una mala pesadilla, pero llevaba días.

—Seokjin mírame —le pidió su madre. Que estuviera preocupada era no algo común.

Ella nunca era amable, ni su padre.

La mujer estiro la mano con una pequeña sonrisa. Los ojos de Seokjin parecían inertes, muertos...

—¿Vamos al cine? —le preguntó con amabilidad para luego girarse hacia Eunjung—. Llama al doctor Lee y agenda una hora para esta semana, por favor. Dile que es urgente.

El doctor Lee era un psiquiatra de renombre en el clan, Seokjin podía contarle lo sucedido sin temer que no creyeran fuera cierto. La mujer entonces sintió algo helado, dándose la vuelta se encontró con que Seokjin le había dado la mano.

Sus ojos seguían sin brillo.

Le dio otra sonrisa, algo triste. Sooyoung enlazó sus manos con seguridad y se levantó junto a él. Ambos caminaron Y ella por primera vez desde que el niño recordaba fue amable con él."

Seokjin se despertó exactamente a las cuatro de la mañana. Su cuerpo estaba sudado y su pecho dolía. Tocó su cabello mientras intentaba respirar; había tenido una pesadilla con el día de los asesinatos.

Se sentó en la cama y comenzó a intentar tranquilizarse. Una mano estaba en su pecho como si eso fuera a detener su tormento. No quería volver a dormir.

Entonces se puso a pensar ¿Qué debería hacer? ¿Cómo debía actuar? Fue ahí que se dijo a si mismo que necesitaba dejar de solo pensar en sus decisiones, y más bien hacer finalmente lo necesario. Seokjin se levantó de la cama como un sonámbulo, tenía una meta clara. Aunque era llevada por sus impulsos, por lo tanto, sabía que debía más bien recapacitar tal vez, pero no quería.

Con sus pantuflas ya puestas salió de la habitación, cuidando no hacer ruido. Estaba todo oscuro, y si la mansión ya era de apariencia sombría...Jin sentía ahora que estaba dentro de un cuento de terror.