|El Descubrimiento.

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Debí haberlo sabido desde el primer momento que vi mi rostro en las noticias, debí entrar en pánico más de lo debido

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Debí haberlo sabido desde el primer momento que vi mi rostro en las noticias, debí entrar en pánico más de lo debido. Pero no lo hice, creo que porque me gustaba creer que era más fuerte. Que en toda mi debilidad aun podía soportar un poco. Sin embargo, no era sí.

Los destellos habían atacado mi rostro, el sonido de fotos haciéndose. Voces de noticieros en vivo, algunos empujones y mentiras saliendo de sus labios. Diciendo lo que ya todos sabían.

Me pregunto si de algo servía luchar por mi libertad, ¿alguien me miraría diferente? La única forma de limpiar mi nombre eran pruebas contundentes. Si no, cada persona me observaría con terror, con repudio, ni siquiera podría retomar la universidad sin que alguien susurrara cosas. Mis amigos se alejarían, los conocidos cotillearían, nunca podría tener un trabajo.

Y mis pasos se sienten en ecos mientras mis pensamientos fluyen. Las paredes grises que parecen cerrarse me llevan a mi final. Guiándome los policías a mí y al abogado, en tanto silencio que los vellos de mis brazos se erizan. ¿Estaba listo?

—Por aquí —dice el guardia doblando hacia una puerta de metal.

La abre dejando ver una sala de interrogatorio, trago saliva, no quiero hablar. No me siento capaz, van a descubrir que miento, lo sé. Aun así, no retrocedo. Sigo mi camino como el buen embustero que puedo ser, siempre yendo contra lo que realmente quiero.

Viviendo, engañando los deseos de mi corazón, mis sentimientos. ¿Sera solo cosa mía? ¿O es que cada persona en este mundo niega lo que realmente quiere? mordiéndose la lengua para no opinar, apretando los puños para seguir adelante.

Nos acomodamos en los asientos fríos, mientras mis ojos se posan en todo el cuarto. Se que me están viendo, analizando cada gesto mío, desde algún lado. No pasa mucho tiempo hasta que entran dos personas. Un hombre canoso y una joven de cabello negro bastante largo.

—Soy el oficial Sanghyun y ella es mi compañera Soyeon —se presenta el hombre. Me inclino levemente de inmediato como respuesta—. Claramente todos sabemos que sucede aquí, así que haremos esto lo menos difícil posible para su cliente y usted...

Sabía que no era necesario se presentaran, era algo que podía notarse en las miradas. El abogado Seungsoo era muy bueno en su trabajo, especialmente en materia penal. Muy conocido por su labor, logrando demostrar inocente a imputados que parecían no tener oportunidades.

—Estoy de acuerdo, no encuentro la necesidad de hacer este proceso más difícil.

Mis manos tocaban la mesa que por alguna razón tenía un leve reflejo, debía ser por el material del cual era, solo hacía que se viera fría, no me gustaba como lucia. El hombre me observa por un instante y luego alza una ceja casi riéndose.

HIDING; [YOONJIN + TAEJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora