|Detrás de una Puerta Imponente y Fría.

555 83 100
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


En la casa de los Kim —los que eran ignis— solían suceder miles de cosas, porque eran una familia unida. Los tres hermanos Kim corrían cuando niños saltando por doquier, siempre viéndoseles comiendo un montón o casi atropellando a los empleados con sus bicicletas. El menor, Kim Seokwoo, era el conocido por todos y el único que salía públicamente a los eventos en los que su familia era invitada. Eso hasta que su hermano del medio decidió que quería integrarse de igual forma. Taehyung era el que más rumores se llevaba en su familia, por ser de conocimiento público su existencia pero nunca dejarse ver. Finalizando por su hermano mayor Seoyoon.

Seoyoon era desconocido para los demás, solo amigos muy cercanos a la familia Kim le conocían. Esto tenía una explicación: Los Kim seguían la tradición de no hablar sobre su familia, por lo cual, cuando su primer hijo nació decidieron que al menos gran parte de su niñez debía ser normal, o lo que ellos llamaban normal. Esto significaba no llevarlos a eventos, no exponerlos a cámaras de periodistas que les fotografiaban en conferencias, anuncios de nuevos proyectos, etc. Pero Seoyoon se mantuvo en el anonimato total porque era su deber ante el error de su hermano. Porque Taehyung había matado por primera vez a alguien cuando tenía trece años, pero esa no fue la última. Y el que tuvo que enmendar los platos rotos había sido él, necesitaban a alguien que fuera invisible. ¿Quién iba a mover los hilos? ¿Quién se sacrificaría?



Fue Seoyoon el que no solo comenzó a encargarse de los desastres que su hermano dejaba, si no de los de toda su familia.



Seokwoo estaba consciente de que su hermano mayor a veces se sentía algo sobrepasado, y tendía a ser extremadamente amable con él. Ofreciéndole ayuda y siempre diciéndole a los empleados de la mansión que hicieran alguno de sus platos favoritos. Al principio funcionaba, no obstante con el tiempo ya nada podía iluminarle. Y no es que Taehyung estuviera mejor. Seokwoo no entendía el por qué, se suponía que su hermano del medio se había casado con una persona a la cual quería, estudiaba arte –su gran amor- y si lo pensaba, parecía feliz en un comienzo. Pero de repente ya no era así.

Taehyung, la persona con la capacidad de iluminar cada salón del hogar en donde habían crecido, cada sitió a donde fuera, cada corazón, con miles de palabras extrañas y una sonrisa cuadrada. Taehyung, el que era esa clase de persona, se había apagado. Era extraño de ver, pero no imposible. Porque en algún momento ya había estado de esa manera, cuando todos los problemas lo habían sofocado. Era un patrón que ahora se repetía, se notaba el cansancio en sus ojos y eso le estaba asustando. ¿Qué estaba ocurriendo con su familia? Negó con la cabeza mientras terminaba un trabajo de la universidad. No importaba lo mucho que intentara concentrarse en teclear, no lograba hacerlo.

—Vaya, pero si te estas martirizando allá —dijo una voz sacándolo de su prisión. Seokwoo la reconoció al instante. Se giró para enfrentar a su hermano; Taehyung le sonreía mientras se apoyaba en la puerta de la habitación. Se preguntó si le había invocado.

HIDING; [YOONJIN + TAEJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora