Capítulo 11

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Hailee Steinfeld - Rock Bottom

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Hailee Steinfeld - Rock Bottom

Betsabé entró con diez minutos de retraso en el salón correspondiente a su clase de cálculo. Por razones que le resultaban desconocidas, su alarma no había sonado aquella fría mañana de Noviembre. Era consciente de que la noche anterior no había podido pegar los ojos a causa de los miedos que le atenazaban y, por momentos, su cuerpo se regocijaba al recordar lo que había ocurrido el sábado por la noche. Nunca se había sentido tan plena... completa. Nunca le había hallado un sentido a su vida hasta ahora.

La fría mirada que le lanzó Duarte, quien se encontraba escribiendo alguna ecuación en el tablero, la dejó perpleja. Fue hasta ese momento que se dio cuenta de que a causa de la carrera que se había echado desde que se bajó del auto hasta el salón no había tocado la puerta; y algo que de por sí su profesor de Cálculo odiaba, era que le interrumpieran la clase sin motivo alguno.

― ¿Alguna excusa, señorita Balbuena?

―Lo lamento, profesor. No volverá a ocurrir ―dijo cabizbaja, siendo consciente de que tenía veinte pares de ojos puestos sobre ella.

Levantó la vista y la fijó en aquel el rostro adornado por leves arrugas, que demostraban toda la trayectoria que ya tenía.

Duarte encuadró sus hombros.

―Vaya a su lugar, y procure ser más puntual la próxima vez, o por lo menos intente demostrar los valores que en su hogar debieron haberle inculcado.

Aquel comentario la había dejado completamente paralizada. Su corazón había dolido al recordar que en sí no contaba con una familia que fuese real. Los seres que de verdad alguna vez la quisieron ya no estaban con ella.

Sin responder a las duras palabras de su maestro, se encaminó hacia algún puesto, no sin antes haber echado un leve vistazo, obviamente, buscándolo.

Al verlo en el último lugar de la fila que se encontraba pegada a la puerta, su cuerpo tembló, pues la forma en la que la miró hablaba por sí sola. Su rostro denotaba alegría, y eso la hizo feliz, la hizo sentir querida por primera vez en mucho tiempo.

Pablo llegó temprano a la universidad. A pesar de ser consciente de que debía guardar reposo, no podía perderse las clases, y mucho menos faltar a su trabajo. Sabia de por sí que Betsabé lo reprendería de forma fuerte, tal y como lo hizo aquella noche durante unos de sus arrebatos por mostrarle que al besarla de forma sugerente nada le dolía. Sin embargo, el mundo parecía estar en su contra en aquel momento, pues en uno de aquellos movimientos, un gemido lo abandonó, y solo eso bastó para que aquel ángel pelirrojo se plantara frente a él regañándolo de forma graciosa.

Betsabé se ubicó en el lugar delante de Pablo. Sus palmas estaban sudorosas, y ella se encontraba ansiosa. No lo había vuelto a ver desde que se levantó el día anterior y huyó como lo haría un criminal.

El silencio de sus ojos © (#Wattys 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora