Capítulo 17

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John Legend - All Of Me

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John Legend - All Of Me


Los días fueron pasando volando ante sus ojos. Su relación parecía tomar más fuerza cada día, como la marea ante la presencia de una brillante luna. Pablo se encontraba satisfecho. Cada vez que sentía la necesidad de verla, se inventaba algún tipo de excusa. En muchas ocasiones, logró sorprender a Betsabé, pues llegaba a aparecerse en algún lugar en el que ella y Amelia, junto con algunas otras chicas, estaban. Se aparecía con algún ramo de lirios amarillos, sus flores favoritas.

Por las noches, dormía con una sonrisa en su rostro, y los mensajes de Pablo eran causantes de ello. Como nunca lo había hecho, se atrevía a decir que, en tan corto tiempo, pudo conocer lo que se llama felicidad..., o algo parecido a ello.

Una vibración en su bolsillo, la hizo ponerse nerviosa, de pronto, como anticipándose a lo que ya, sabía, se encontraría.

Es muy triste estar sin verte.

PD: ¡Te extraño!

Aquellas ocho palabras lograron hacerla sonrojarse, y no tuvo forma de retener la sonrisa que comenzaba a formarse en sus labios.

Yo también te extraño.

Apagó el celular, luego de enviar aquel mensaje. Mordió su labio inferior, pues sentía una necesidad de estar con él justo en ese momento.

Al levantar la vista, se encontró con la mirada juguetona de María.

Sus mejillas volvieron a calentarse, y se obligó a bajar su rostro.

―¿Y esa sonrisa?... ¿Quién es? ―preguntó, tomando asiento en la mesa frente a Betsabé.

―¿Quién es quién?

―El chico, cariño. ¿Quién es?

Betsabé ubicó los codos sobre la mesa, y se inclinó hacia adelante.

―¿Cómo sabes que hay un chico? ¿Qué te hace pensar eso?

María suspiró.

―Soy vieja, pequeña, pero no tonta. Yo también pasé por eso. La única diferencia es que en mi época no existían esos aparatos. Todo nos lo decíamos frente a frente.

Betsabé tapó su rostro con vergüenza.

―¿T-tanto se me nota?

―No cualquiera lo notaria. Pero yo, que te conozco desde que naciste, sí. ―María se levantó hasta sentarse al lado de Betsabé. Luego sujetó sus manos y la miró fijamente. Sus ojos parecían haberse cristalizado―. No sé quién es, pero le doy las gracias por iluminarte de esta forma ―acarició su mejilla―. Hace mucho no te veía sonreír así, y solo eso me basta para saber que te hace feliz.

El silencio de sus ojos © (#Wattys 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora