Capítulo 16

76 13 2
                                    

One Direction - Hey Angel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

One Direction - Hey Angel

Betsabé. Aquel nombre. Aquella mujer era lo único que acaparaba la atención y los pensamientos de Pablo por completo. Era imposible intentar sacársela de la cabeza. Estaba completamente perdido, enamorado, y por muy increíble que resultara, no le era completamente difícil aceptarlo.

Sin embargo, tampoco podía dejar de lado el hecho que desde que la conoció sabía que algo ocultaba, que algo le atormentaba y que él se moría por conocer que era ese algo. Pero, sabía que no iba a ser completamente sencillo descubrirlo, pues Betsabé, a pesar de que en ocasiones parecía querer derribar aquellas barreras que no la dejaban abrirse por completo, nuevamente algo sucedía y volvía a dar pasos hacia atrás.

Pablo era consciente de que no era completamente sano estar en una relación en la que abundaban muchos secretos, pero no tenia de otra. Él era feliz estando con ella, era feliz recibiendo un poco de afecto; y eso tampoco lo podía negar. Era feliz con solo tenerla a su lado.

―¿Ocurre algo malo? ―preguntó Betsabé a su lado.

Pablo pestañeó aturdido. No se había dado cuenta de que se había sumido en sus miles y miles de preguntas diarias.

―No ―respondió, clavando sus ojos en los de ella. Nuevamente volvió a perderse en ellos. Sus ojos lo engatusaban, lo hacían pensar que valía la pena todo con tal de estar a su lado.

―¿Estás preocupado por tu trabajo? Aún queda media hora, pero si quieres puedo llevarte ―le sugirió Betsabé, pareciendo de pronto ¿triste?

Pablo vislumbró un atisbo de melancolía y tristeza en sus ojos.

―No, amor ―se apresuró en aclararle―. Es imposible irme de aquí justo ahora. Me muero por estar contigo en todo momento.

Betsabé se sonrojó.

―Entonces, ¿qué ocurre? ―insistió. Lo cierto era que desde hacía unos minutos había notado a Pablo ido, pensativo, como si muchas cosas hubiesen asaltado a su cabeza de abrupto. ¿Se estaría arrepintiendo?

Pablo tomó su barbilla y depositó un corto beso en sus labios.

―No tienes nada de qué preocuparte, ¿okay? ―acarició su mejilla con el pulgar. Betsabé lo miraba atenta―. Solo estaba pensando en lo mucho que te quiero.

Betsabé se paralizó, nuevamente. Bajó su rostro y centró su vista en el pequeño plato desechable que conservaba aun en su regazo. Su corazón se saltó un latido, sus pulmones parecieron dejar de realizar su labor. Era increíble la forma en la que aquellas palabras podían afectarla. Pero, era consciente de que solo tenían ese efecto viniendo de él. Tampoco podía ocultar lo incomoda que se sentía. Era cierto que Pablo le había hecho experimentar muchas cosas, demasiadas para su bien; pero también era cierto el hecho de que no tenía una palabra para definir todo eso.

El silencio de sus ojos © (#Wattys 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora