✴ SESENTAIUNO ✴

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Capitulo dedicado a Dkookiess



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Había alguien más en la casa. Un chico alto de cabello casi tan oscuro como el mío, de piel muy blanca, labios rojizos y una vestimenta extraña con cadenas colgando de su cinturón, pantalones negros muy ajustados, anillos en todos los dedos y un collar horrible parecido al de Felix.

Los ojos del desconocido me encontraron y sonrió ligeramente antes de desvíar su mirada al dueño de la casa que venía detrás de mi. La rata del chico andaba suelta dentro de una bola de plástico y por un momento quise aplastarla.

—¿Quién es él?– preguntó el desconocido con una voz suave y firme, me gustaba esa voz.

—Es un... Vecino– dudó el dueño de la rata, creo que su nombre es Eunwoo.

El otro asintió y sin saber muy bien que responder, se acercó a mi alzando la mano con aquellos dedos abarrotados de anillos. La tomé y fue increíblemente cálido.

—Kim Yugyeom– se presentó —mucho gusto–.

No respondí. Había algo extraño en el toque de su mano, era raro pero se sentía bien. Por alguna razón el tipo me agradó desde que lo vi pero ahora el sentimiento crecía. Me gustaba su voz, su rostro, su toque, sus ojos, todo. Usualmente aborrecía a cualquier humano desde el principio pero éste tenía algo diferente, parecía que incluso lo conocía de otra parte, como si acabara de encontrarme con un viejo conocido.

Él retiró la mano incomodamente luego de no obtener respuesta y por un instante desee mantenerla más tiempo conmigo. Un nudo de sensaciones desconocidas revoloteó en mi vientre cuando vi que se alejaba y casi corro hasta él.

—Su nombre es Kookie...– explicó Eunwoo por mí.

El dueño del departamento parecía nervioso, él ya me había visto transformarme pero seguro si contaba eso lo tomaría por loco, nadie creía en un principio.

Casi como en un sueño, me moví hacía Yugyeom, incluso su nombre resultaba tranquilizador. Él me observó confundido mientras se sentaba en el sofá de la pequeña sala bebiendo de un taza de té que tenía frente a él en la mesita de centro. Me senté muy cerca, demasiado, y me dediqué a observarlo como si no pudiera parar de hacerlo, como si eclipsara todo lo demás.

—Kookie– me llamó con un ligero toque burlón —¿por qué usas sábanas y orejas?–.

—¿Quieres que me la quite?– pregunté, dispuesto a sacarme la sábana si acaso llegaba a decir que si.

—No, no– negó rápidamente, sin embargo —sólo era curiosidad– rió.

Su risa era tan familiar.

Le sonreí también y él se sonrojó haciendo que más cosas extrañas revolotearan en mi estómago como una bola de abejas picoteando y zumbando en todas partes. Él desvió la mirada primero y me molestó un poco que lo hiciera, quería que me viera sólo a mí.

—¿Te gustan los gatos?– preguntó, intentando mantener la conversación.

Asentí sin dudar.

—A mi me gustan también, solía tener muchos de ellos pero tuve que darlos en adopción– hizo una mueca —no quería dejarlos ir pero fue necesario–.

Necesario. La palabra regresó a mí en forma de eco, repitiéndose como si la hubiera escuchado antes en alguna parte e incluso con la misma voz cálida.

—Yo puedo ser tu gato– me ofrecí de inmediato.

¿Qué hay de Taehyung? dijo una voz en mi consciencia.

Taehyung. Por poco lo olvido.

No puedes olvidarlo, él es tu humano.

Era verdad, pero Yugyeom tenía algo que me llamaba a seguirlo y cuando él hablaba era como si no pudiera pensar en nada más. Tan cálido y familiar.

—Me gustaría– dijo y mi corazón se aceleró, feliz —pero no puedo tener mascotas ahora– concluyó y mi corazón se apretujó.

Yugyeom notó algo en mi por lo que se apresuró a acariciar mi cabeza y el toque nuevamente me pareció muy familiar. De nuevo estaba feliz.

—Podemos ser amigos– ofreció y acepté de inmediato.

—¿Por qué no puedes tener mascotas?– pregunté, acercándome más a él.

—Mi novio se mudó conmigo hace un tiempo y es alérgico– explicó.

Y por algún motivo, yo ya había escuchado esa misma frase antes.

—Tú...– la realidad me golpeó de pronto —¿cómo se llamaban tus gatos?–.

—Tenía una gatita que tuvo tres bebés, ella se llamaba Luna, los pequeños se llamaban Silver, Golden y Ámber les puse así por el color de sus ojos–. Parecía feliz al decir aquello —espero que la familia que los adoptó los estén cuidando bien–.

Oh no, ellos no los cuidaron bien. Ellos ni siquiera se quedaron con los gatos una semana antes de écharlos a la calle. Esos gatos sufrieron y murieron uno por uno hasta que sólo quedé yo.



🐈

Llego bien tarde :'v pero bueno, espero que disfrutaran de estos tres capitulos :3

Gracias por leer!!

Black Cat •• KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora