✴ VEINTINUEVE ✴

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Capitulo dedicado a Bobiis_

Sobrevivieron al ComeBack? 👀




🐱




Yoongi entró en aquella pequeña librería haciendo sonar la campanita de la entrada. El lugar era un poco viejo y anticuado con aquel conocido olor a libro de antaño y polvo. Había cantidades impresionantes de libros apesar de ser un local tan pequeño y todo era muy organizado.

—¡Bienvenido!– saludó el dependiente —¡oh, es el veterinario!–.

Yoongi desvió la mirada hasta el chico de anteojos enormes, suéter tres tallas más grande y cabello con partido en el medio formando un tierno corazoncito con los mechones del fleco. Entre cerró los ojos reconociendo al vecino de Taehyung.

—Jimin ¿cierto?– preguntó acercándose hasta él.

El nombrado sonrió haciendo que sus pómulos se alzaran, los anteojos resbalaron ligeramente por el puente de su nariz y sus ojos desaparecieron de forma graciosa y adorable en un par de medias lunas de espesas pestañas.

—Siip, soy Jimin– afirmó con tono infantil, como el niño de preescolar al que le hacen una pregunta y repite para ser escuchado.

—Claro...– Yoongi asintió, de pronto sintiendo la necesidad de sonreír también.

Demonios, ese chico era el tipo de personas que hacía sonreír a otros con muy poco esfuerzo.

—¿En que le puedo ayudar?– insistió Jimin con voz amable.

—Ah cierto– Yoongi recordó de pronto su motivo para estar ahí —bueno, te busqué en Google...–

—¡¿A mí?!– Jimin se sorprendió.

—¡No!– de pronto la situación era incómoda —este lugar, quise decir que busqué este lugar en Google porque me dijeron que podía encontrar un libro de leyendas antiguas–

—Oh, ya veo– Jimin se llevó las manos cubiertas por las enormes mangas de su suéter hasta las mejillas, aclarándose la garganta. —En ese caso, está en el lugar correcto– sonrió nuevamente ahora empleando el tono que usan los vendedores de autos.

Yoongi soltó una risita.

¿Una risita?

¡¿Pero que mierda pasa contigo Min?!

—Venga conmigo, le enseñaré todos los libros de leyendas que tenemos– Jimin dirigió a Yoongi por uno de los larguísimos corredores en medio de enormes muebles de caoba forrados de libros antiguos apilados en los estantes.

—No sabía que trabajabas aquí– Yoongi se arrepintió de haber dicho eso casi de inmediato.

¡Claro que no lo sabía! Ellos apenas y se conocían y jamás habían intercambiado más que unas pocas palabras en los dos miserables capitulos en los que habían llegado a encontrarse.

Que idiota. Deseaba que el chico no lo hubiera escuchado pero esos corredores eran tan silenciosos que incluso hacian eco. Supo que Jimin lo había escuchado claramente cuando soltó una leve risita y lanzó una mirada hacía él por encima del hombro.

—Pues ahora ya lo sabe, hyung– siguió sonriendo.

Yoongi se sintió estúpidamente nervioso. ¿Qué le estaba pasando? Seguro se le estaba pegando la idiotez de Taehyung.

—Aquí es– apuntó Jimin al llegar a su destino —los libros de leyendas están en la parte superior– alzó su pequeño y gordito dedo apuntando a lo alto del librero antes de usar ese mismo dedo para ajustarse los anteojos.

Yoongi asintió mientras lo veía acercar una escalera de madera para subir.

La mirada de Yoongi siguió los movimientos del menor hasta ver la manera en que su redondeado trasero se alcanzaba a divisar por debajo del enorme suéter.

—¿Cuál buscaba?– preguntó Jimin desde arriba de la escalera antes de dar un respingo y girar hacía Yoongi —¿hyung?–.

—Es para que no vayas a caer– se excusó el mayor al tiempo que sus manos amasaba las nalgas de Jimin "ayudándolo" a mantener el equilibrio en lo alto de la escalera.

—G-gracias...– el menor escondió un leve sonrojo debajo de los anteojos y tomó varios de los libros al azar para poder regresar a la seguridad del suelo.

En todo ese tiempo Yoongi se dedicó a manosear y admirar el hermoso culo que le llegaba justo a la cara gracias a la bendita escalera donde Jimin estaba trepado. Para cuando el menor al fin bajó, las manos de Yoongi ya estaban tibias y satisfechas.

—Aquí tiene– Jimin le entregó tres pesados libros de pasta gruesa y hojas amarillentas.

—Gracias– sonrió.

¿Acaso estaba coqueteando?

No, imposible. Min Yoongi solo coqueteaba con una persona y esa persona no era este chico.

—¿Necesitan ayuda?– una tercera voz irrumpió.

Yoongi observó la manera en la que el otro vecino de Taehyung, el moreno alto, se acercaba hasta pasar un brazo por encima de los hombros de Jimin en un nada disimulado gesto posesivo.

—¡Namjoonie hyung!– Jimin sonrió amplia y radiantemente —¡te esperaba más temprano!– se quejó entonces haciendo un adorable puchero.

—Perdón, pequeño– Namjoon lo apretujó más, sonriendo con cariño mientras pasaba el pulgar por el labio abultado del más bajito de manera juguetona.

Jimin borró el puchero y sonrió.

De acuerdo, ahora Yoongi sentía que sobraba en ese lugar.

Desvió entonces la mirada hasta los libros en sus manos, recordándo que estaba ahí para investigar y no para hacerla del tercero en discordía.

Black Cat •• KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora