✴ CUATRO ✴

56.1K 9.2K 4.3K
                                    

Últimamente en casa todo giraba en torno al humano Minho que yo ni siquiera conocía.

—Minho dijo que mi voz es muy aterciopelada– suspiró Taehyung mientras me tomaba la vigésimo tercera fotografía con su celular.

Parpadee perezosamente.

Yo también te he dicho que tienes voz aterciopelada, la diferencia es que a mi no me entiendes.

—Creo que le gusto de verdad– me tomó otra foto, pegando mucho el celular a mi cara.

También me gustas, a pesar de ser tan torpe.

—¿Crees que me invite a salir?– otra fotografía y estoy seguro que en esa última salí con los ojos cerrados porque parpadee.

Empezaba a creer que tanto Minho como el celular debían desaparecer (morir) de manera sútil.

De pronto el aparato empezó a sonar en sus manos. Taehyung gritó, yo brinque y el celular cayó al suelo estruendosamente.

—¡Es él, es Minho!– gritaba el tonto de mi humano mientras veía el aparato con miedo.

Contesta de una vez.

—Ok, aquí voy– respondió como si me hubiera leído el pensamiento —deseame suerte–.

Ondee la cola como si le respondiera y lo vi atender la llamada. Bostece un poco y me estiré antes de caminar hasta mi almohadón en forma de conejo con cara de roedor al que mi humano llamaba "Pikachu" y que tanto me gustaba para tirarme de panza.

Taehyung pasó tanto tiempo hablando por teléfono que al final me dolía la cabeza de tanto escuchar su voz. Podría ser una voz muy aterciopelada pero escucharla mas de dos horas y media seguidas ya era tortura ¡ni siquiera dejaba hablar al otro humano!

Me puse en pie y observe la ventana abierta. Saldría a dar un paseo mientras él dejaba de hablar.

Brinque y llegue hasta el marco de la ventana. Vivíamos en un segundo piso en un edificio de departamentos pero si caminaba a la orilla podía bajar fácilmente. Ser gato doméstico había hecho oxidar un poco mis habilidades gatunas pero de vez en cuando me escapaba en caminatas largas e iba a pelear con uno que otro cuervo en el basurero detrás de casa.

Estaba preparándome para bajar por mi pasadizo secreto, Taehyung aún hablaba por teléfono y era un buen día para...

—¡HOLA GATITO!–.

Una voz demasiado chillona cerca de mí me hizo pegar un brinco de susto, apartándome rápidamente y de manera impulsiva. De pronto caí abruptamente entre las ramas de un árbol cercano, escuchando como Taehyung me llamaba asustado desde nuestra ventana.

No fue nada grave, caí al suelo sin mayor problema tan sólo con un par de hojas atoradas y el susto de mi vida pero estaba bien. Aun así permanecí quieto intentando recuperarme cuando de pronto Taehyung y alguien más llegaron corriendo a mí.

—¡No puede ser, no puede ser!– chillaba el otro —¡lo mate!–.

¿Qué?

—¡KOOKIE ¿DÓNDE ESTÁS?!– Taehyung lloriqueaba.

Quizás todo esto me convenga para ganarme un buen premio.

Me recoste sobre el suelo debajo del árbol y empecé a maullar lastimeramente. Los ojos de Taehyung me encontraron.

—¡Está herido!– gritó el humano que lo acompañaba.

—¡Dios mío!–.

—¡Rápido hay que llamar a emergencias!– el otro humano le arrebató el celular que Taehyung aún llevaba en la mano, colgando la llamada con el tal Minho y marcando un nuevo número.

—¡Resiste, Kookie, resiste!– Taehyung se arrodilló junto a mí mientras yo me tiraba de costado fingiendo dolor.

—Si, ¿hola? ¡hola!– el otro humano que llevaba un enorme pantalón tres tallas más grande y una extraña camisa con estampados florales gritaba como loco a la bocina. —¡Rápido es una emergencia, asusté al gato de mi vecino y cayó desde el segundo piso, está herido y sufriendo!–.

Taehyung me acariciaba mientras repetía que todo estaría bien, si pudiera haberme burlado en ese momento lo hubiera hecho.

—Por favor dense prisa creo que... ¿hola? ¿señorita? ¿me escucha? ¡¡RESPONDA!!–.

Alce la cabeza un poco hacía ellos. El humano desconocido separo el celular de su rostro y lo observo en silencio un momento antes de girarse hacía Taehyung.

—Me ha colgado...–

—Creo que creyó que era una broma– mi humano habló con miedo en la voz —espera llamaré al veterinario de Kookie–.

El humano histérico le pasó el celular a Taehyung.

—Tranquilo pequeño estarás bien– lloriqueo ahora tirándose a mi lado con los ojos muy cristalinos mientras Taehyung hablaba con el veterinario. —¡Todo esto es mi culpa, SOY UN MONSTRUO!–.

Espero que me des salmón como disculpa, humano idiota, porque las palabras se las lleva el viento pero el salmón cae directo a mi barriga.

Black Cat •• KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora