Capítulo 19: Si no puedes con el fuego, aléjate de la cocina (Judy)

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Hola fervientes lectores de esta historia, les comunico que esta sera probablemente la última actualización del año. Me voy de vacaciones y probablemente tenga mas tiempo de escribir dependiendo de las circunstancias. Felices fiestas.
Tendrán que disculpar mi terrible edición, hasta ahora vi un par de errores gramaticales que ya corregí.


Era la tercera noche que Judy pasaba en prisión. Aun no tenía un plan concreto para saber que debería hacer en esa situación. No sabía cómo había terminado en ese lugar y mucho menos dentro del cuerpo de Dawn Bellwether. Lo que si sabía era que sus noches y sueños eran ya una constante y estaban plagados de la misma pesadilla una y otra vez.

Primero el festival de lana. Después el lobo frente a ella. Finalmente, ella en el suelo mientras alguien pedía auxilio. Sin embargo, esta vez no despertó. El sueño se extendió un poco más. Estaba en un cuarto, parecía el de un hospital, su cabeza punzaba y estaba envuelta en vendajes que cubrían toda la parte superior de su cabeza. Un par de lobos en la entrada del cuarto donde se encontraban permanecían de parados viendo hacia donde ella se encontraba, pero no sentía miedo. Era el lobo que la había lanzado por los aires y una loba de mayor tamaño que él. Ella usaba una falda amarilla estampada con pequeñas mazorcas y holanes blancos en la parte inferior y un blusón blanco de un material ligero y delicado. Él ahora se veía más presentable con un traje y sombrero que sostenía en sus patas delante de el en símbolo de arrepentimiento. Ambos permanecían con las orejas agachadas y cabizbajos pero viendo hacia el frente. A sus lados una pequeña manada de carneros y ovejas miraban hacia donde los lobos. Entonces despertó.

- Dulces galletas con queso –gruño ligeramente- pero que sucede con estos sueños tan raros.

Se levantó y comenzó a hacer algunos ejercicios de calistenia en su celda para despejar su mente de la reciente pesadilla. Con la nueva rutina que le deparaba no podía darse el lujo de saltarse su entrenamiento.

Repasó los eventos sucedidos la noche anterior. Marc no estaba muy feliz con la decisión que había tomado pero la acepto después de todo.

La noche anterior

- Marc, necesitamos hablar.

- Que sucede –respondió un tanto molesto.

- Voy a necesitar que hagas algo por mí. ¿Conoces a Stripelton? Bueno, necesitaré que le confíes el secreto que me encomendaste guardar.

- Pero... -Judy lo corto rápidamente

- Sé que es muy repentino de mi parte pedirte esto, pero en verdad es necesario. Le propuse cambiar puestos de trabajo y el acepto.

- ¿Qué? Espera, entonces eso significa...

- Así es Marc, ya no estaré más en la biblioteca. Ahora Matthew estará en mi lugar y yo tomaré el suyo en la cocina. Me prometió que no dirá nada sobre tu secreto una vez que tú se lo cuentes y créeme, fui muy convincente –explicó la borrega.

Marc no parecía nada feliz con lo que le estaba contando. Su ceño se frunció mostrando su gran descontento. Volteo a verla con una mirada amenazante que jamás había visto en él.

- Mira Dawn, aceptaré tus nuevos términos pero que quede claro que nuestro trato sigue en pie.

- ¿El trato? –dijo confundida.

- No intentes de hacerte la graciosa conmigo en este momento, sabes muy bien a lo que me refiero. O si no, olvídate de que proteja tu espalda y además les contaré a todos la verdad y que el mamífero que desapareció soy yo.

No tenía idea del acuerdo al que habían llegado el y Dawn antes de aparecer dentro de su cuerpo, pero este no era momento de dudar.

- Desde luego Marc, ¿Cómo podría olvidarlo? Despreocúpate, el trato sigue en pie –fingió con una seguridad de la cual Nick habría estado orgulloso.

La maldición (The curse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora