Jack esperaba impaciente a su visitante de los viernes. Dos días transcurrieron desde la infructuosa entrevista con la oveja impertinente y su mayor preocupación era el estado de la agente de campo elegida para la misión. Sabía en el fondo que no había razón para preocuparse por la seguridad de la corresponsal encubierta, pues él mismo había recomendado que ella fuera la encargada de acercarse al sujeto de investigación conociendo su adaptabilidad a situaciones riesgosas. Sin embargo, dada la posible amenaza proclamada por Dawn, la situación se tornaba inestable.
Hacía tiempo que un caso no lo agobiaba. No era una sorpresa que Grayfur hubiera tenido problemas para mantener la perspectiva. Había subestimado la situación al suponer que Bellwether sería una nuez fácil de roer. Esto le daba una nueva perspectiva sobre el caso de los aulladores y de la oficial que logró atraparla. El atribuía el éxito mayormente a un golpe de suerte por parte de la oficial Hopps, pero al parecer requirió bastante más esfuerzo si se enfrentaron a una enemiga tan astuta como Dawn.
El caso de los mamíferos desaparecidos había llegado a oídos de los altos mandos de la administración. Sin embargo, la agencia se especializaba principalmente en prevención de amenazas por lo cual fue descartada en pos de otra situación de mayor magnitud. En ese momento, los recursos y activos estaban siendo utilizados para detener un peligro superior en una pequeña isla del sur combatiendo a un felino loco con planes de dominación mundial.
Hasta apenas hace un año, él era un simple oficinista con el objetivo de volverse un gran espía. Su bajo perfil fue lo que lo llevó a ser candidato para infiltrarse como empleado en las instalaciones del malvado doctor Meow y aunque su misión principal era la recolección de datos, terminó viéndose involucrado en una tarea imposible por salvar el mundo. Fue gracias a su astucia, valentía y a la ayuda de Skye que logró salir avante y cumplir su sueño de consolidarse al fin como un verdadero agente. Desde entonces cada nueva misión se había convertido en una prueba por demostrar que merecía estar en el campo, pues muy a pesar de sus logros muchos dudaban de su capacidad y lo seguían viendo como una liebre ordinaria con mucha suerte.
Skye, la mecánica sublevada después de enterarse que trabajaba para los malos, fue la piedra angular que lo llevó a triunfar. Su cooperación había sido de vital importancia para resolver los problemas que enfrentó ante cruenta misión. Al principio, ella lo desestimó al igual que los demás, pero después de demostrar su valía ante las situaciones adversas que enfrentaron en la isla, ella lo comenzó a apoyar hasta formar un vínculo no solo se volvió inquebrantable sino que había evolucionado en una relación inimaginable. Un vulpino y un lagomorfo trabajando juntos y cuidando el uno del otro era una historia bizarra que pocos hubieran ideado.
Su tren de pensamiento descarriló al escuchar el golpeteo en la puerta. Presionó uno de los botones ocultos en su silla permitiendo el acceso a su compañera que ya se visualizaba en la pantalla de una tableta sobre la mesa.
-Buenos días, Jack -saludó la vulpina en traje de prisionera.
-Hola, Skye -respondió Jack mientras ella tomaba asiento al otro lado de la mesa. -Reporte de misión.
-La observación en campo no muestra señales de cambios actitudinales. Sin embargo, hace un par de días se ausento de un entrenamiento a causa de una jaqueca.
- ¿Segura que no hubo un cambio importante en los últimos dos días? -insistió Jack.
-No, no ha habido un cambio relevante en los últimos dos días -respondió la hembra. -Te noto algo...nervioso -indagó.
-No es nada -intentó aparentar, sin embargo Skye no cayó en su juego.
- ¿A caso hiciste contacto con el sujeto? ¿Cómo salió?
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La maldición (The curse)
FanfictionNick y Judy son compañeros en la policía y grandes amigos, pero saben que podría haber algo más que amistad en su relación. Por otro lado, Bellwether estando en prisión prepara la venganza que caerá sobre sus captores y sobre Zootopia de una forma m...