Capítulo 38: Unas Vacaciones Forzadas (Dawn)

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Durante todo el trayecto hacia la granja, Nick no podía sacarse de la cabeza aquella imagen de Judy sonriendo absurdamente al comentario de su padre. Esa siempre había sido una de las molestias recurrentes de su compañera. Nick entendía que era posible que Judy se encontrara muy feliz por regresar a la granja o que incluso hubiese cambiado dadas las experiencias que habían sobrellevado juntos, pero en las pocas ocasiones que había observado a su compañera relacionarse con sus padres y su familia creía haber descifrado ciertos patrones en su relación; y esa interacción en particular era algo que simplemente nunca cambiaba pues él sabía que estaba profundamente arraigado en el subconsciente de la coneja. Nick había planeado confrontarla tan pronto llegaran a la casa y tuvieran tiempo a solas. Lo que no esperaba era que sería frustrado por una ola de conejas quienes la raptaron de su lado tan pronto como se abrieron las puertas del vehículo en el que viajaban.

–No te preocupes, Nick. Tienen algunas cosas de que hablar –aseguró Bonnie quien lo recibía por el lado de su puerta. –Espero que el viaje no haya sido muy cansado.

Nick saludó a la señora coneja asegurándole que todo estaba de maravilla. Ella lo acompañó hasta la habitación que ocuparía. Interesantemente, ésta se ubicaba justo a un lado del cuarto de Judy. Nick recordó que en las dos ocasiones anteriores en las que se había alojado en la madriguera de los Hopps sus aposentos habían sido ubicados en otra área donde solo los chicos mayores de la familia se hospedaban. La matriarca se disculpó pues donde solía quedarse se encontraba en remodelación y consideraron que sería más cómodo para él quedarse cerca de Judy para no perderse en el inmenso laberinto que podía llegar a ser el inmueble.

Después de desempacar, Nick salió en busca de Judy. Primero golpeó en su puerta solo para descubrir que aún no regresaba. Comenzó a recorrer los pasillos tratando de ubicarse pues al no contar con ventanas y con la poca experiencia quedándose con los Hopps, la madriguera podía ser un tanto confusa de navegar. Por fortuna para Nick, el diseño del hogar estaba muy bien pensado con pasillos paralelos que partían de uno principal el cual llevaba directo hacia la sala y a la puerta exterior. Comenzaba a dirigirse hacia la entrada cuando descubrió a Judy girando de un pasadizo contiguo mientras cargaba su enorme maleta.

–Oye, Zanahorias. Justo a la coneja que estaba buscando. ¿Quieres que te ayude con eso?

–Hola, Nick. Creo que aceptare tu propuesta. La verdad no estoy cansada por el viaje, pero tener que lidiar con mis hermanas es verdaderamente extenuante.

–Y que lo digas. Si tu madre no me hubiera auxiliado, continuaría tratando de quitarme al montón de pelusas abrazadas a mi cuerpo –comentó haciéndola sonreír.

Dawn guió el camino hasta su habitación. Giró la perilla solo para encontrar que estaba cerrada.

– ¿Que sucede Zanahorias? –inquirió Nick.

–No es nada. Solo me aseguraba que nadie hubiese entrado en mi ausencia.

Dawn contó cómo una vez regresando de un viaje escolar la puerta estaba abierta y sus hermanos habían escondido sus cosas haciéndola buscarlas por toda la casa. Nick se regañó a si mismo mentalmente por poner en tela de juicio el comportamiento de su amiga pues inconscientemente continuaba dudando de la coneja frente a él. Dawn abrió con su llave la cual Bonnie le entregó cuando volvían de la estación.

El cuarto de Judy era tal y como lo recordaban; Nick de su visita anterior y Dawn por las fotos en su teléfono y en sus redes sociales. Era una habitación pequeña, similar en tamaño a la que solía ser su apartamento, aunque en lugar de ventana contaba con un orificio el cual filtraba el aire evitando que la humedad se acumulara. En uno de los muros colgaban fotos de su familia, listones, premios y reconocimientos de su niñez; en otro había pequeños espacios como estantes tallados en la misma roca donde tenía más cuadros, algunos aparatos y adornos en general. La cabecera de su cama se encontraba repleta de peluches de conejos con diferentes atuendos y al pie de ésta descansaba un baúl de madera donde guardaba a todos. Dawn ingresó sintiéndose como en casa.

La maldición (The curse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora