Capítulo 5: La calma antes de la tormenta

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Este es un poco corto, pero es el que necesito presentar antes de mostrar el 6. Es siguiente capítulo es por el que comence a escribir esta historia, asi que practicamente el próximo sera el que los enganche o el que los haga huir. Gracias por llegar hasta aquí.

Judy Hopps, de novata a heroína para la ZPD y su familia, de enemiga pública a salvadora para la comunidad depredadora, y ahora tratando de cambiar su estatus de mejor amiga de un zorro a algo más. Ella debía admitir que lo que sea que había entre ellos dos era algo diferente de cualquier cosa que hubiese sentido antes por cualquier otro mamífero, lo cual le hizo pensar que en verdad valía la pena darle una oportunidad. Si lo único que pudiera lograr era el tener una gran amistad con Nick, ella lo aceptaría; pero la vibra que sintió aquella misma tarde, las mariposas revoloteando dentro de su estómago, ese era un sentimiento el cual no quería dejar ir.

Giró sobre sí misma tratando de encontrar una posición cómoda para dormir. Tuvo que reacomodar algunos de los peluches que ahora adornaban su pequeña cama. Fue entonces que recordó como era ella cuando por primera ocasión llegó a Zootopia y como había decidido en aquel entonces no llevar a sus adorados compañeros afelpados. Sin embargo, en un par de viajes de regreso a las madrigueras se imaginó que sería una gran idea traer algunos con ella. Cuando Nick se dio cuenta de la colección tan vasta con la que contaba, decidió regalarle un zorro de peluche vestido con su característica camisa hawaiana y corbata que no hacen juego y, para el encanto de Judy, el toque más tierno de todos que fue una pequeña calcomanía con forma de placa policiaca pegada sobre el esponjoso pecho del zorro. Ella jamás admitiría que en ocasiones despertaba abrazando al zorrito afelpado. Si alguien llegase a verla... ¡si Nick llegase a verla! En tal situación desearía morir de vergüenza antes que tener que escuchar su incesante y fastidioso parloteo.

Casi al remover todos los peluches de encima de su cama no pudo evitar detenerse a observar otro más, esta vez una linda oveja de vestido celeste. Siempre había sido muy afectuosa con los borregos, después de todo algunos de sus queridos amigos de la infancia lo eran. El problema recaía en que no solo la hacía recordar a aquellos amables mamíferos de su niñez sino también a la que casi destruye la ciudad. Dawn Bellwether era un nombre el cual jamás sería capaz de olvidar. Dawn no solo fue una criminal. Ella había sido la que colocó su placa en la ceremonia de graduación aquel día en la academia de policías, salvó su carrera un par de veces, y hasta la había propuesto para ser el rostro público de la ZPD. Desafortunadamente, resultó ser la mente criminal detrás del caso de los aulladores y aunque por suerte nadie murió en los incidentes causados por sus secuaces, también intentó asesinarla utilizando a Nick. Judy no era el tipo de animal que guarda rencor contra otros, pero eso último era más que suficiente para hacerla sentir una enorme antipatía contra la desagradable oveja.

Finalmente se acurrucó debajo de las frazadas manteniendo un fuerte agarre sobre su compañerito. Los truenos a la distancia anunciaban que una tormenta se desataría pronto.

–Siempre hay un arcoíris esperando detrás de la tempestad –pensó para sí y lentamente se fue perdiendo en un placentero y dulce sueño.

La maldición (The curse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora