Te presto la mía

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Pt. 10



Taeyong no puede encontrar su sudadera. ¡Pero realmente, necesita una sudadera blanca!

...

No a todas las personas les gustaba compartir ropa. Algunas incluso odiaban hacerlo. Taeyong pertenecía al segundo grupo. Odiaba compartir sus prendas, hasta las lavaba por separado, de quienes sólo lanzaban sus cosas juntas a la lavadora.

Taeyong sintió escalofríos con el solo pensamiento. Nunca haría eso a menos que fuese una emergencia.

Pero vivir junto a ocho muchachos, cada día era una emergencia. Especialmente con una agenda como la suya. Estaba destinado a pasar que la playera de alguien se metiera a la maleta de alguien más, o que accidentalmente utilizaran los zapatos del otro. No era gran problema.

Y muchas veces, Taeyong se enorgullecía de sí mismo, por encargarse bien de aquellas situaciones. Pero aun así, prefería su propia ropa, muchas gracias.

Por eso es que puede que haya o no, tirado todo alrededor del dormitorio, creando un desastre que lo enloquecía aun más. Para cuando estuvo listo para ir a través de lo que los otros habían empacado, Yuta pensó que era momento de detener a Taeyong.

Tendrían que irse en diez minutos, pero no tenían tiempo para volver a empacar las maletas de todos.

—Tae, ¿que buscas? —hizo el tipo de pregunta normal, nada demasiado-interesada. Era mejor que intentar calmar al chico. Eso sólo lo enojaría más.

—Mi sudadera. No puedo encontrar esa maldita sudadera blanca... —dijo, girando por todo el colchón. Soltó un pequeño grito cuando se dio cuenta del gran desastre que había hecho con ese simple movimiento.

—¿Es tan importante? ¿No está bien la negra, por ahora? —Yuta preguntó, manteniendo su voz baja y calmada.

Taeyong hizo un sonido de desaprobación, cuando rápidamente puso la colcha en su lugar y comenzó a hacer la cama de nuevo.

—Quiero la blanca... —su voz era quejica y realmente infantil al decirlo, y Yuta sonrió ante ello. Taeyong era un grandioso líder, con una personalidad de madre, pero a veces podía ser el más infantil.

—Te presto la mía, si es que de verdad quieres una blanca —ofreció con una sonrisa, antes de continuar—. Pero necesitamos ir en diez minutos y ambos sabemos que no serás capaz de dejar el dormitorio así. Necesitas comenzar a limpiar —dijo. Taeyong lo miró como si quisiera llorar, pero entonces miró alrededor y asintió eventualmente.

—Tienes razón.

Yuta le dio una sonrisa.

—Vamos. Limpia esto y buscaré la sudadera para ti —dijo, recorriendo gentilmente con sus dedos, el cabello de Taeyong mientras se ponía de pie. Taeyong se inclinó en el toque.

—Está bien. Gracias.

100 ways to say 'I Love You' » Traducción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora