No tienes que decir nada

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Pt. 57

Yuta decidió confesársele a su mejor amigo. ¿Pero tal vez debería dejarlo así antes de arruinar su amistad con Taeyong?

...

Ha pasado mucho tiempo desde que Yuta estaba tan nervioso. Tal vez ese día, hace dos años, cuando comenzó en su nueva escuela en Corea y necesitaba presentarse a su nueva clase. Pero luego se sentó junto a Taeyong y el otro lo tomó bajo sus alas y lo ayudó a encontrar su lugar en el país extranjero.

Y ahora Yuta estaba a punto de arruinarlo. Maldita sea, iba a arruinar su amistad con Taeyong. Mierda. Quizás aún podría retirarse. Él podría encontrar una excusa de mierda para tapar por qué le pidió a Taeyong que fuera allí. Sí, él debería hacer eso, por completo. Él sólo debería...

—¿Yuta? —la voz de Taeyong hizo que Yuta saltara cuando se dio la vuelta. Mierda. Mierda. Mierda. ¿Qué iba a hacer ahora? No tenía un plan sólido, simplemente hará algo estúpido otra vez...

—Taeyong. Hola —dijo, forzando una sonrisa en su rostro y saludó torpemente. Maldición, ¿podría ser más idiota?

—¿Hay algo mal? Has estado actuando extraño todo el día —Taeyong se acercó un poco y tocó la frente de Yuta para ver si tenía algo de fiebre.

—Uhm... No. No pasa nada —respondió Yuta, dando un paso atrás y mirando hacia otro lado. ¿Qué debe hacer? ¿QUÉ DEBE HACER?

—Entonces, ¿por qué estamos aquí? Deberíamos irnos a casa pronto, puedo prepararte la cena si quieres —dijo Taeyong, inclinando un poco la cabeza hacia un lado, aún mirando a Yuta cuidadosamente como si fuera a colapsar en cualquier segundo.

—¡No! Uhm... tengo que decirte algo —suspiró Yuta. Mierda. No había forma de que pudiera salir de esto. Si las cosas salían realmente mal, aún podía rogarle a sus padres que lo dejaran regresar a Japón y quedarse con su tía. Probablemente estarían felices de que finalmente quisiera fortalecer los lazos familiares.

—Sabía que algo andaba mal —murmuró Taeyong por lo bajo, cerrando los ojos. Se estaba preparando para lo peor mentalmente.

—Importa lo que consideras incorrecto —dijo Yuta, mirando al suelo. Se paró de un pie a otro, mientras trataba de ordenar sus pensamientos. Había estado tratando de pensar en lo que quería decir durante semanas, pero simplemente no podía entenderlo.

—Yuta —Taeyong se acercó aún más y le puso una mano en el hombro—. Está bien. Puedes decirme cualquier cosa —dobló las rodillas para poder mirar a la cara de Yuta mientras seguía mirando el suelo.

Este gesto obligó a Nakamoto a mirarlo, mientras le daba a Taeyong una sonrisa vacilante.

—Te amo —dijo, y sin esperar una reacción, dio un paso atrás, fuera del alcance de Taeyong y comenzó a explicarse—. ¡No tienes que decir nada! Es sólo... Sé que probablemente no sientes lo mismo y ni siquiera espero que correspondas a mis sentimientos, sólo quería decirlo. Entiendo completamente si ya no quieres hablar conmigo, no me acercaré a ti si no quieres. Es... —estaba mirando a todos lados menos a Taeyong, así que ni siquiera se dio cuenta cuando el otro dio un paso hacia él y únicamentd se dio cuenta de lo cerca que estaban cuando Taeyong lo agarró del brazo y lo atrajo hacia sí, presionando sus labios.

Los ojos de Yuta se abrieron e incluso se olvidó de devolverle el beso. Definitivamente no esperaba este resultado.

Taeyong se echó hacia atrás pero todavía tenía un firme agarre en el brazo de Yuta.

—Mierda, pensé que tendría que ser yo quien hablara. Ah, qué alivio —dijo Taeyong, apoyando su frente contra los hombros de Yuta—. Sabes que no soy bueno con las palabras —se rio suavemente, poniendo su otro brazo alrededor de la cintura de Yuta para abrazarlo.

Yuta parpadeó, confundido.

—¿Q-qué? —preguntó, mirando al hombre en sus brazos.

Taeyong levantó la cabeza y le dio a Yuta una pequeña sonrisa.

—Vamos, ¿realmente no te has dado cuenta? ¿Crees que voy a preparar la cena para cada chico con el que soy amigo? —preguntó, riendo suavemente.

—Bueno... yo... —comenzó Yuta, pero ni siquiera pudo terminar cuando se sonrojó. Si lo pensaba, era el único que había estado en la casa de Taeyong...

—Ahora, vamos. Quiero irme a casa. En serio, te prepararé la cena si quieres —dijo, alejándose de Yuta—. Entonces, ¿podemos irnos? —preguntó, alcanzando la mano de Yuta.

Yuta lo miró con la boca ligeramente abierta.

—Espera, ¿hablas en serio? —preguntó, sin moverse ni una pulgada.

Taeyong levantó las cejas.

—Por supuesto que sí. ¿Por qué bromearía así? —preguntó, antes de extender una vez más su mano para que Yuta la tomara—. Ahora, podemos hablar más sobre esto en casa. Si quieres venir —dijo.

Yuta miró la mano antes de que una pequeña sonrisa apareciera en sus labios. Finalmente extendió la mano y tomó la de Taeyong.

—Bueno.

100 ways to say 'I Love You' » Traducción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora