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Elegí estos para tí

Pt. 44

Yuta estaba aburrido y hambriento, pero cada comida que tenía allí era demasiado dulce para él. Afortunadamente, Taeyong lo viene a rescatar.

...

¿Qué estaba haciendo allí? ¿Realmente necesitaba estar allí? Yuta reflexionó mientras se apoyaba contra la pared.

Estaban en una gala y ​​Yuta honestamente sólo quería irse a casa. Estaba cansado, se estaba volviendo irritable y tenía hambre, pero toda la comida que podía ver eran dulces. No odiaba los dulces, pero los que había probado antes estaban tan llenos de azúcar que le dieron náuseas. Ahora no podía comer una cosa más, incluso si quisiera.

Había visto algunos bocadillos antes, pero luego no tuvo hambre y ahora no estaban por ningún lado.

Suspiró. Quería irse a casa.

Captó la mirada de su gerente e intentó hacer sus mejores ojos de cachorro, sabiendo que el hombre tenía una debilidad por él. El hombre lo miró con pena, antes de levantar las manos, mostrando que no podía hacer nada al respecto. Yuta hizo un puchero, y el hombre sólo le dedicó una sonrisa comprensiva antes de volverse hacia el hombre de negocios con el que estaba hablando.

Yuta dejó escapar un grito falso y reprimió el impulso de sentarse en el suelo y quedarse allí el resto de la noche.

Tal vez debería buscar a Johnny, probablemente sería algo más divertido que simplemente caminar. Cerró los ojos por un segundo. O tal vez debería quedarse dormido allí. Los caballos pueden dormir de pie, entonces él también debería poder hacerlo, ¿verdad?

Casi había decidido intentar dormir de pie, cuando algo, que sospechosamente olía a sándwich, se metió debajo de su nariz y abrió los ojos sin pensarlo dos veces.

—Pensé que podrías necesitarlo —la voz de Taeyong era suave cuando dijo esto, aún sosteniendo el plato frente a su nariz. Sólo eran dos emparedados pequeños, pero sintió que podía llorar de felicidad—. Elegí estos para ti antes de que todos se robaran los otros —dijo, cuando Yuta finalmente tomó el plato de sus manos y lentamente llevó uno de los sándwiches a su boca.

Mientras lo mordía, casi gimió en voz alta cuando el sabor ligeramente salado llenó su boca.

—Tae, juro que un día me casaré contigo —dijo, dándole a Taeyong la mirada más amorosa que su novio había visto.

Taeyong le devolvió la sonrisa antes de mirar a su alrededor para ver cuántas personas los observaban. Luego se inclinó y le dio a Yuta un beso rápido.

—Estoy deseando que llegue ese día.