Shall we dance? ➢ Me recordó a ti

2.4K 244 24
                                    

Pt. 1


Yuta le dio a Taeyong un regalo porque este le recordaba a su novio.

...

—Tae, Tae. ¡Te traje algo! —la voz alegre de Yuta casi fue inaudita mientras que la música en alto volumen llenaba todo el departamento. La música venía de la recámara, la cual Taeyong usaba siempre como un estudio improvisado cuando le llegaba repentina inspiración y el estudio ya había cerrado. La sala estaba muy repleta como para utilizarla, así que acomodaron la habitación de una manera que creaba un gran espacio en medio.

La puerta estaba cerrada, pero no fue difícil adivinar lo que sucedía adentro. Yuta se sacó los zapatos e intentó ser lo más silencioso posible, aunque sabía que la música ocultaría su voz. Se sacó el abrigo y lanzó su bolso en el reposabrazos más cercano a él.

Eran tres meses desde que se habían mudado juntos y casi cinco desde que Yuta terminó la universidad y comenzó su trabajo como traductor. No era lo que había planeado originalmente, pero hacía buen dinero y lo disfrutaba.

La cocina estaba limpia, sin una sola mancha de suciedad. Sobre la encimera había un plato envuelto con cuidado, el cual probablemente contenía su cena. Yuta sonrió para sí mismo. Taeyong usualmente lo esperaba, pero parecía que hoy no lo había hecho.

Sacó el envoltorio de plástico del plato y lo puso en el microondas cuando escuchó que la música se detenía y la puerta se abría. No pudo escuchar los pasos de su novio, puesto que Taeyong caminaba sigilosamente, como un gato, pero sonrió cuando sintió el cálido y ligeramente sudoroso cuerpo presionarse contra él por detrás, y los delgados, pero musculosos brazos envolverse en su cuerpo.

—Hola —Taeyong murmuró en voz baja, presionando un beso en la unión del cuello de Yuta. Su voz estaba más rasposa que nunca, pero tenía ese leve tono ingenio e infantil que Yuta amaba más.

—Hola a ti —el chico japonés sonrió cuando el microondas hizo el sonido que señalaba que la comida estaba lista. Abrió la puertecita, para que no chillara más antes de voltearse y lanzar sus brazos alrededor de los hombros de Taeyong.

—Lo siento, no te escuché llegar —Taeyong dijo, antes de presionar un ligero pico en los labios de Yuta.

—No hay problema —Yuta dijo, antes de apartar a Taeyong en una brillante sonrisa—. ¡Espera aquí! —dijo y luego salió apresurado de la cocina, casi saltando.

Taeyong miró sorprendido el lugar donde Yuta estaba parado apenas un segundo atrás. Habían estado juntos por casi dos años, pero aún era incapaz de acostumbrarse a los repentinos arrebatos y cosas por el estilo. También, Yuta seguía cortando cualquier beso, abrazo o lo que sea a la mitad, si necesitaba meterse en una pelea con Johnny.

Aunque no estuvieran pasando tanto tiempo juntos como antes, siempre encontraban algo por lo que reñir.

Taeyong sacó la cena de Yuta del microondas y la posó sobre la encimera cuando su novio regresó con las manos detrás de su espalda y una brillante y grande sonrisa en los labios.

—Adivina qué... —tarareó mientras se acercaba más y Taeyong no pudo evitar devolver la sonrisa.

—¿Qué? —alzó una de sus cejas.

—¡Tengo esto para ti! —Yuta dijo y puso las manos frente a él, mostrando la tela negra entre sus dedos. Por un momento, Taeyong no pudo ver lo que era porque Yuta necesitaba reacomodar su agarre sobre esta, pero luego, finalmente pudo ver la larga sudadera negra que Yuta le estaba mostrando.

Tenía letras blancas estampadas en el frente, con cuatro palabras debajo de cada una: Comer. Bailar. Dormir. Repetir.

—Gracias, bebé, ¿pero por qué? —Taeyong preguntó al tomar la sudadera en su mano. Era gruesa, así que podía adivinar lo cálida que debía ser. Y era realmente grande, así que probablemente le quedaría colgando, justo como le gustaba.

Yuta se encogió de hombros.

—No hay razón. La vi y la traje para ti. Me recordó a ti —sonrió y bajó la mirada hacia las letras—. Es demasiado grande, justo como te gusta, y probablemente está muy calientita... —comenzó, pero Taeyong lo cortó cuando se acercó a él y lo abrazó de la cintura con un brazo, presionando la sudadera entre sus cuerpos.

Besó a Yuta lenta y sensualmente, dejando al otro sin respiración cuando se apartó y le dio una gentil sonrisa.

—Gracias, amor. Me gusta —dijo, haciendo que Yuta se sonrojara al susurrar.

—Me alegra que te guste... —su voz era suave y temblorosa al seguir debajo del efecto del beso.

Taeyong suprimió una sonrisa orgullosa. Al menos no era el único que seguía estúpidamente enamorado después de dos años.

100 ways to say 'I Love You' » Traducción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora