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Te recogeré en el aeropuerto

Pt. 96

Taeyong tuvo el día libre el día que Yuta regresaba a Corea. Y no podía esperar para sostenerlo en sus brazos otra vez.

...

Por primera vez en días, Taeyong se despertó con una sonrisa en su rostro. Yuta volverá a casa hoy y Taeyong tuvo un día libre, así que podía ir por él.

Se aseguró de vestirse tan informalmente como pudo. Sus jeans no estaban rasgados ni eran entubados, su chaqueta era normal, como la que se le veía a cada persona en las calles. Su cabello estaba cubierto completamente por un gorro y llevaba una cubrebocas en la cara. Tomó un taxi para que los fanáticos ni siquiera noten el auto de los gerentes ni nada. Y media hora antes de que se suponía que aterrizara el avión de Yuta, estaba parado frente a las puertas.

Se mordió el labio inferior debajo de la máscara mientras miraba su teléfono cada segundo que pasaba. Había recibido un mensaje de Yuta cuando estaba a punto de despegar de Japón, pero no había noticias desde entonces.

Diez minutos más.

Taeyong no podía esperar. Yuta había estado ausente durante dos largas semanas y Taeyong lo necesitaba de vuelta en sus brazos lo más rápido posible.

El teléfono sonó. Un nuevo mensaje El avión de Yuta llegó temprano y él estaba saliendo con seguridad.
A Taeyong le encantaban las aerolíneas japonesas.

La luz al lado del nombre del avión de Yuta cambió a verde y escribieron: Llegada. Taeyong sonrió para sí mismo. Dentro de media hora, Yuta volvería con él.

Pronto, la gente comenzó a salir de las puertas, con las maletas en sus manos. Hubo reuniones familiares alrededor de Taeyong y estaba bastante seguro de que acababa de ver a un chico correr por el lugar con un ramo de rosas blancas en sus manos. Había una joven madre con un niño recién nacido en su brazo mientras se dirigía al joven que salió después.

Taeyong sonrió para sí mismo. Los aeropuertos eran un lugar para muchas despedidas dolorosas, él lo sabía bien. Pero también eran el lugar para las escenas de reunión más bellas.

Finalmente vio la chaqueta de Yuta. Estaba vestido con la misma ropa informal que Taeyong, minimizando la posibilidad de que los atrapen. Miró a su alrededor, algo perdido con la maleta en la mano y la mochila en la espalda.

Taeyong sonrió. Aquí viene su hermosa escena de reunión.

Levantó las manos y comenzó a saludar con grandes movimientos mientras caminaba lentamente hacia su novio. La cara de Yuta también estaba cubierta con una máscara, pero por la forma en que crujían sus ojos, Taeyong podía decir que estaba sonriendo. Dejó caer su maleta en el suelo de baldosas y corrió hacia Taeyong, arrojándose a sus brazos.

—Hola —Taeyong lo abrazó cuando escuchó el alegre saludo al lado de su oreja.

—Hola —rio, acercando al otro lo más posible en sus grandes abrigos. Por un momento, se quedaron allí de pie abrazándose antes de que Yuta se retirara a regañadientes.

—Necesito volver por mi maleta —murmuró, esperando un segundo antes de quitarle las manos de encima a Taeyong.

—Cierto —dijo Taeyong. Necesitaba recordarse a sí mismo que todavía estaban en público y que realmente no debería quitarse la mascarilla para besar a Yuta.

Yuta volvió a tomar su maleta y alcanzó a Taeyong.

—Vámonos a casa —dijo, antes de alcanzarlo.

Taeyong entrelazó sus dedos.

—Vamos a casa.