100 ways to say 'I Love You' » Traducción

Paraguas

Pt. 92

Taeyong no estaba seguro de si estaba haciendo lo correcto, pero nunca le impidió intentarlo. Sólo esperaba que Yuta estuviera feliz con eso.

...

Taeyong era torpe, por decir lo menos. Siempre tropezaba con sus palabras cuando necesitaba hablar con alguien y nunca decía lo correcto. O lo hacía, dado el caso.

Entonces, mientras estaba parado frente a la escuela secundaria del otro, tenía miedo de no estar haciendo lo correcto. Yuta y él se habían estado enviando mensajes de ida y vuelta todo el día, con Yuta quejándose de que no había traído un paraguas, pero estaba lloviendo gatos y perros afuera. Taeyong interpretó esto de una manera que lo llevó a que Yuta estaría feliz si fuese por él y lo llevara a casa con un paraguas.

La escuela de Taeyong estaba en el otro extremo de la ciudad, pero había terminado antes que Yuta, así que tuvo tiempo de ir por él.

Taeyong oyó sonar la campana. Ahora no podía volver atrás.

Las personas de diferentes clases comenzaron a salir corriendo del edificio, algunas de ellas sosteniendo sus bolsas sobre sus cabezas y algunas de las más afortunadas con un paraguas en sus manos. Miraron a Taeyong con curiosidad en sus ojos y comenzaron a susurrar, pero a Taeyong realmente no les importó. Mientras no se le acercaran, él estaba bien.

Pronto finalmente pudo ver por quien vino. Yuta estaba saliendo por la puerta con el ceño fruncido en su hermoso rostro, mientras contemplaba el lugar. La lluvia estaba cayendo, el agua salpicaba con cada paso que daban los estudiantes. Su ceño se hizo más profundo. Entonces finalmente vio a Taeyong.

Estaba parado justo al lado de la puerta de la escuela, sosteniendo un paraguas con la mano y uno en la otra. Él saludó con una pequeña sonrisa. Yuta le devolvió la sonrisa.

Colocó su bolso sobre su cabeza y con pasos apresurados se dirigió a Taeyong, que colocó el paraguas abierto sobre sus hombros; abrió el otro para Yuta y se lo tendió.

—Hola —lo saludó suavemente, esperando hasta que Yuta tomó el paraguas, antes de tomar el otro en su mano nuevamente.

—¡Hola! ¿Cómo es que estás aquí? ¿No tienes clase? —preguntó Yuta, colocando su bolso en su espalda nuevamente.

Taeyong sacudió la cabeza.

—No lo sé. Sólo pensé... quiero decir... que serías feliz si te trajera un paraguas —murmuró, apartando los ojos de Yuta y mirando al suelo.

Yuta le sonrió. Sabía con qué facilidad Taeyong se avergonzaba, pero, sinceramente, lo encontraba entrañable.

—Gracias, eres un verdadero salvavidas en este momento —dijo suavemente antes de alcanzar la mano del otro que no sostenía el paraguas. Taeyong entrelazó sus dedos con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Me alegro —murmuró cuando Yuta lo apartó de la puerta de la escuela y comenzó a alejarlo.

—Entonces, ¿qué dices si conseguimos comida antes de ir a mi casa? Podrías quedarte hasta que cese la lluvia o al menos se debilite un poco —dijo, mientras hablaba solo. Taeyong no era mucho para un compañero de conversación, pero le encantaba escuchar la voz de Yuta.

Y Yuta lo sabía.