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Regrets ➢ Después del celo

Pt. 95

Yuta acaba de salir del celo y su cabeza finalmente está lo suficientemente clara como para progresar en lo que ha dicho durante el celo.
Y ahora sólo quiere esconderse en un agujero y morir avergonzado.

Taeyong, honestamente, lo encuentra divertido.

...

Todo alfa adolescente pensaba que no había nada mejor que pasar un celo con un omega. Pero... bueno... No era tan divertido como pensaban.

No era divertido, en absoluto.

Era jodidamente agotador. Claro, tenía sus partes divertidas, pero había momentos en los que estabas despierto durante casi tres días seguidos porque necesitabas asegurarte de que las necesidades humanas de tu omega, como el agua y la comida, también fueran atendidas, no solo sus necesidades sexuales. Y había momentos en que estabas atrapado con una perra malhumorada que ni siquiera sabía cuál era su problema, pero había un problema. Y luego se encontraban con un problema debido a esto y comenzaban a odiarse a sí mismos.

Este fue uno de esos momentos.

—Vamos, bebé, por favor sal. Te sofocarás así —dijo Taeyong, tratando de sacar las sábanas de la cabeza de Yuta.

—Sólo déjame morir —se quejó Yuta, tratando de apretar aún más las mantas. Acababa de salir del celo ayer y había dormido hasta ahora.

—Vamos, amor, no fuiste malo en absoluto. Fue fácil manejarte —dijo Taeyong, acostado al lado del humano tapado en la cama con la colcha.

Bueno, no calmó a Yuta, pero al menos fue lo suficientemente escandaloso como para hacerlo salir.

—¿Cómo puedes decir eso? Te hice traerme nutella a las once de la noche. Como una mujer embarazada, oh, Dios mío —gruñó y estaba a punto de volver a ponerse las mantas, pero Taeyong lo atrapó a tiempo y lo detuvo.

—Cariño, para, por favor. Ya dije que está bien. Si sientes que la necesitas, entonces te la traeré, sin importar el lugar y la hora —dijo en voz baja, dejando que las cobijas retrocedieran lo suficiente. Yuta podía cubrirse hasta la nariz, pero no toda la cara.

Yuta lo miró con los ojos grandes sobre las mantas.

—¿Por qué? Eso es un dolor de cabeza —dijo, sacudiendo la cabeza suavemente, indicando que no podía evitar esta idea. Lo único que amaba de no ser un alfa, era que no necesitaba cuidar a un omega en celo.

—Porque quiero que seas feliz —dijo Taeyong mientras pasaba su brazo alrededor de Yuta, presionando un beso en la mandíbula del otro. Podía oler a Yuta y cómo el olor del omega cambió debido a la marca y lo hizo sentir todo borroso y cálido por dentro. Le encantó.

—Pero, aún así. No deberías seguir todo lo que quiero o decir. No quiero usarte —murmuró Yuta, finalmente volviéndose hacia Taeyong. Se acurrucó contra él, disfrutando del calor de su compañero. Todavía se sentía un poco vulnerable por el celo y necesitaba sentir a su alfa a su lado. Siempre ahí para protegerlo del mundo.

—Pero con mucho gusto lo hago, si puedo hacerte estos días más fáciles —dijo Taeyong, pasando los dedos por la línea de la columna de Yuta en un gesto tranquilizador. Sintió a Yuta tararear en su cuello.

—Lo haces sonar como si estuviera en mi periodo o algo así —se rió suavemente, aferrándose a la camisa de Taeyong. Taeyong sonrió antes de rodar sobre su espalda y tirar de Yuta sobre sí mismo. Miró al techo.

—Cariño, ¿tienes períodos? —preguntó de repente, lo que causó que Yuta se tensara en sus brazos—. Quiero decir, puedes quedar embarazado, lo que significaría... —comenzó, pero Yuta lo interrumpió rápidamente.

—No hablaremos de esto —dijo, su voz no dejaba espacio para que Taeyong dijera que no.

—Pero... —el alfa todavía lo intentó una vez más, pero inmediatamente se cortó de nuevo.

—Dije que no lo haremos —dijo, sin levantar la cabeza del cuello de Taeyong. Esta vez Taeyong no se atrevió a intentarlo de nuevo.

Tendrá que preguntarle a Ten más tarde...