《 7 》

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Jungkook tenía ya una semana en casa de Taehyung. Estaría siendo un completo mentiroso si dijera que no le gustaba; el alfa lo llenaba de mimos, estaba muy al pendiente de él y ese día irían al centro comercial pues obtendría un "premio" por haberse portado muy bien esos días.

En un principio claro que todo eso de las reglas y el tener que llamarlo daddy le molestaba un poco, le pareció un juego ridículo que poco a poco estaba empezando a gustarle un más.

Vio su reflejo, llevaba puesto un short blanco y un suéter rosa que al quedarle grande casi cubría por completo el short, calzaba unos tenis blancos y unas medias del mismo color. El menor se sintió conforme con la forma en que se veía y sonrió comenzando a bajar las escaleras donde su alfa lo esperaba.

Los ojos castaños de Taehyung levantaron su vista encontrándose con su bebé bajando las escaleras con una linda sonrisa dibujada en su rostro. Jungkook era hermoso en todos los sentidos además de un chico muy tierno, durante esa semana que había convivido con él descubrió algunos aspectos que de verdad le gustaron en demasía.

—Te ves hermoso bebé, pero no quiero que nadie más te vea —El mayor se puso de pie y se acercó hasta el menor, lo abrazo haciendo que el peli-rosa pudiera recargar su rostro en el pecho del alfa, escuchando así los latidos calmados de su corazón y deleitándose con su aroma desde muy cerca.

—Pero Daddy, yo solo soy tuyo —Y aunque lo decía de forma figurativa lo cierto es que Taehyung de verdad lo sentía así, por alguna razón su alfa reclamaba al menor como su omega pero no quería apresurarse, aún les faltaba conocerse.

Y Jungkook por su parte no estaba muy seguro, en un principio le pareció que el mayor no era más que un alfa terco, un hijo de papá cuyos caprichos debían ser un mandato para quien los escuchara sin embargo Taehyung era más que eso, pero sabía ocultarlo demasiado bien.

—Bueno, vámonos. Tendré que volar algunas cabezas si ese atuendo tuyo llama demasiado la atención —El mayor entrecerró los ojos mientras le abría la puerta a Jungkook para dejarlo pasar primero.

—Lo mismo puedo decir yo daddy, solo que tú siempre te ves espectacular —Y no mentía, aun cuando Taehyung iba al GYM, la ropa deportiva le sentaba de maravilla y en la semana lo acompañó un par de veces por lo que podía asegurar que se veía muy guapo incluso cuando estaba sudando, aunque bueno, debía admitir que le molestaba que otros omegas se le quedarán mirando, ¡Era su daddy no de ellos!.

—Si, pero ahora yo solo tengo ojos para ti y solo para ti —Por ahora... pensó Jungkook y solamente con esas simples dos palabras su estado de ánimo se fue hasta el suelo.

Recordó lo que Jiwon le había dicho, que estaría con Taehyung hasta que el se cansara y, ¿Que sucedería cuando eso pasara?, ¿Acaso Taehyung lo regresaría a ese lugar?... definitivamente no quería volver. Le encantaba como era su vida al lado de Taehyung.



»──── « ❀ » ────«


Caminaba por el enorme centro comercial tomado de la mano del mayor, el vestía unos jeans de mezclilla acompañados de una camisa de vestir color blanca que le quedaba un poco grande y tenía un par de botones abiertos, era algo un poco casual que lo hacía ver muy juvenil y muy atractivo, lo noto desde que varios omegas, tango mujeres como hombres lo veían de lejos y le sonreían, en seguida sus tontas feromonas se alocaban y eso a Jungkook no le gustaba nada por lo que apretaba más la mano del mayor y en ocasiones hasta lo besaba.

Jungkook en ese momento se encontraba observando los múltiples dulces a su al rededor, pero los Pockys, que era lo que más le interesaba, estaban demasiado altos en el anaquel por lo que no los alcanzaba por más que se estiraba. Taehyung por su parte estaba en otra zona esperando a su bebé.

—¿Necesitas ayuda con eso? —Dio un brinquito debido al susto que le había dado escuchar de la nada a alguien, se giró encontrándose con un chico más o menos de la misma estatura de Taehyung, cabellos muy oscuros y brillantes, su piel era tan tersa que Jungkook quedó sorprendido y tenía una sonrisa demasiado linda, no tardó mucho en darse cuenta de que era un alfa. Asintió tímidamente.

—Quiero esos, los de fresa —Señaló con su dedo la caja y el chico se estiró un poco y logró alcanzársela para así poder dársela, Jungkook sonrió grande. —Muchas gracias

—¡Oye! —Jungkook que ya se iba, se giró sobre sus talones para poder mirarlo —Em me gustaría saber, ¿Como te llamas? —El menor de cabellos rosas arrugo un poco la nariz pero respondió

—Jungkook

—Yo soy Yugyeom... eres muy lindo y me preguntaba si tú... —El pelinegro no termino su frase pues en ese preciso instante cierto joven se acercó y tomo a Jungkook por la cintura de forma posesiva, su mandíbula estaba tensa y lo miraba desafiante

—¿Este tipo te está molestando bebé? —Jungkook negó varias veces

—El es Yugyeom hyung y me ayudó a bajar esto —Levanto un poco la caja de pockys que tenía entre sus manos, como si fuera su tesoro más preciado.

—Yo —El chico rasco un poco su nuca mostrándose nervioso, claro que la actitud del novio de Jungkook lo había intimidado —No sabía que tenías pareja, lo siento...

—Si, como sea, gracias por ayudar a mi pequeño —Taehyung tomo la delicado mano del omega y comenzó a caminar con el hacia la caja, sin embargo Jungkook lo soltó y regreso hasta el azabache

—Una vez gracias Hyung —Se paro un poco sobre sus puntas y logró darle un corto beso, Yugyeom se sonrojó pero Taehyung... el se notaba molesto.

Una vez que pagaron Taehyung seguía tomando com firmeza la mano del menor sin embargo no le había dirigido la palabra y Jungkook pudo percibir ese olor que desprendía Taehyung, estaba enojado... muy enojado.

—Daddy... —Llamó con timidez a lo que Taehyung lo miro, sin expresión alguna —¿Estás molesto?

—Lo hablaremos en casa, ¿vale? —El peli-rosa asintió a sabiendas de que esa frase aunque sonó calmada, significaba una cosa: sería castigado.

Jungkook se quedó parado frente a un aparador, había un lindo peluche de conejo color gris que tenía un moño rosa, se veía bastante mono con esas enormes orejas y su tierna naricita.

—¿Puedo llevarlo? —Miro a Taehyung pestañeando un par de veces y poniendo su mejor expresión de dulzura.

—Con una condición

—¿Cuál?

—Que me des un beso, ahora —Jungkook sonrió grande y colocó sus manitos sobre los hombros del menor para luego estirarse solo un poco y besar los labios de su daddy con mucha ternura ganándose además una sonrisa del mayor a mitad del beso.

Cuando se separaron Taehyung lo alentó con una seña a entrar a la tienda de regalos.

—Pídelo, será tuyo.

Y así fue como Jungkook regresó a casa con una bolsa llena de dulces, galletas y cereales y un hermoso conejo de peluche que le haría compañía en su cama de ahora en adelante.

You can be the boss, Daddy. [Vkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora