《 2 》

17.5K 1.6K 595
                                    


Ser el hijo del dueño de uno de los clubs nocturnos más conocidos entre los alfas de Seúl no era lo más fácil de manejar. Desde que tenía 15 su padre lo había llevado según él para que se familiarizara con el ambiente. Actualmente tenía 23 años recién cumplidos.

No iba a aparentar que era una perita en dulce; se había enredado con uno que otro omega en aquel lugar, vamos era un joven alfa con necesidades que atender... no podía privarse de ese tipo de placeres en lo que encontraba al indicado, aquel que mantendría a su lado para siempre y marcaría de por vida. Pero Taehyung no era del tipo de chico que se enamoraba, el nunca ponía sentimientos de por medio.

El flamante Kim Taehyung entró a ese cabaret robandose algunos suspiros por parte de las chicas y algunos chicos de al rededor y entró al despacho de su padre.

—Me extrañaste —Rie y se recarga en la puerta al mismo tiempo que la cerró —Escuché que... hay un nuevo. —Namjoon en seguida supo las intenciones que tenía su hijo y negó

—No, lleva tu trasero a otro lado —El hombre volvió la mirada a su escritorio ignorando la presencia de su hijo a lo que este fruncido el ceño, el nunca le negaba nada —¿Qué esperas? -Musito

—Sólo saber porque me estas corriendo —Se sentó frente al escritorio sin importar las palabras de su papá -Uno viene a visitar a su bien parecido papá y, ¿Que recibo a cambio?, Que me corras como si fuera uno de tus gatos –—Lo cierto es que el joven Kim era un chico bastante, insufrible, según muchos de los empleados de su padre así que no era raro que llamara de esa forma a los servidores del mayor entre ellos.

El hombre ya no respondió, se limitó a indicarle con un movimiento de cabeza que se fuera de ahí, y es que Namjoon poseía una mirada tan fuerte y profunda que con sólo un movimiento era suficiente para que el muchacho de ojos castaños supiera que su padre no estaba de humor para discutir, así que simplemente hizo lo que le pidió y salió de ahí.

—Taehyunie —Ahí estaba esa pelirroja que llevaba tanto tiempo detrás de el, parada frente a él haciendo mil intentos por coquetearle... y todo era en vano —¿Qué te trajo por aquí?

—Mi motocicleta —se recargo en la pared y cruzó los brazos —Oye linda, ¿Quien es el nuevo del que todos hablan? —Los ojos de Taehyung tenían un inusual brillo de curiosidad. La chica de ojos grises simplemente hizo un gesto de molestia, por más que lo intentaba el chico que tenía enfrente jamás le había hecho caso.

—Se llama Jungkook, es un escuálido chico. No es la gran cosa —Se miro las uñas como si estuviera aburrida y buscará algo en que entretenerse —Ni un sólo cliente en lo que va de la noche a querido estar con el.

El chico se limitó a darse la vuelta y empezar a caminar hacia donde estaban todas las habitaciones, a través del largo pasillo escuchaba distintos ruidos, prefería no ponerles mucha atención, no era muy grato escuchar lo bien que otros lo pasaban.
Al final del pasillo había una puerta cerrada, los sollozos al interior de esta llamaron su atención lo cual lo hizo estirar la mano y sin pensarlo dos veces giro la perilla y abrió la puerta encontrándose con un chico de cabellera azabache y piel nívea sentado en un rincón, abrazado a sus piernas y llorando; el Omega levantó la mirada, los ojos avellana de Taehyung se encontraron los oscuros ojos de Jungkook.

El antes mencionado se levantó del piso con una bolsa en sus manos, la dejó de lado en la cama. Tal parecía que se había rehusado a usar la lencería que noche con noche se les obligaba a usar para "atraer a los clientes".

—¿Quien es usted y que quiere? —La mirada del menor emanaba cierto miedo

—Kim Taehyung, hijo del dueño de este lugar —Señala a su alrededor —Y la persona que va a estrenar el nuevo juguetito -Se mordió el labio mirando al azabache, era bastante guapo y a pesar de que si, era muy delgado había algo en el que atraia demasiado a Kim

—No soy ningún juguete, hágame el favor de largarse y dejarme sólo —El peli-negro escupió las palabras dejando al hombre dentro de su habitación con la boca abierta, nadie se había atrevido a hablarle así... y según el omega escucho, era el hijo del dueño. Se había metido en un problema.

—Nadie, me rechaza a mi —La enorme mano de Taehyung tomo con fuerza la mejilla del Omega e hizo que lo mirara a los ojos —La próxima vez que venga aquí, pequeña perra, te quiero bien vestido para mi... mejor que no te pongan algo muy difícil de quitar —Soltó su rostro bruscamente y salió de la habitación cerrando de un portazo.

•JUNGKOOK•

¿Había hecho tan mal en decirle eso a aquel Alfa que recién se había ido?. En ese momento el sólo quería morirse y no tener que aguantar los estúpidos regaños y el hecho de ser vendido como un jodido objeto. El aroma que Taehyung desprendía, a canela y chocolate, seguía presente aunque el ya no estuviera... su lobo se sentía inquiero, era una extrañaba sensación.

Con las manos temblorosas se acercó a la cama y tomó la bolsa que tenía sobre esta. Fue al baño y se puso es estúpida lencería, se miro al espejo y se lavó el rostro intentando que desapareciera el color carmesí de este; escucho la puerta abrirse y dio un respingo para así salir del baño.

Frente a él estaba un hombre de algunos cuarenta años, canoso y para el criterio de Jungkook, asqueroso.

Ese día Jungkook perdió la virginidad. Aunque intentó oponerse el hombre lo tomó contra su voluntad. Y una vez más estaba llorando, estaba vez en el baño, se sentía sucio, se sentía usado, aquel tipo asqueroso había hecho con el lo que quiso y su cuerpo tenía un montón de moretones para recordarle esa horrible noche.

You can be the boss, Daddy. [Vkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora