Cita. 3

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Todos nos miraban, estabamos sobre un escenario pequeño junto a otras seis personas. Las dos parejas, la chica que nos atendió y el señor del parlante.

Se anunciaron los respectivos ganadores del primer premio, siendo la pareja de casados.
La segunda, los chicos que venían hasta vestidos representando la época y temática del lugar; y por último, nosotros dos.

"Estos chicos, a pesar de no ser buenos bailarines, transmitían la alegría que necesitábamos aquí, así que por eso fueron elegidos como el tercer lugar en esta semana!!!"

Nos miramos al escuchar sus palabras, una risa cruzó el rostro del mas chico, provocando que se cubriera con las manos de la pena que le causo todo. A decir verdad, aquella imagen me causo ternura y algo ido, decidí mirar a la joven que nos entrego un pase de cortesía al restaurante.

Salimos, agradeciendo de ante mano por la cortesía y con un ambiente un poco menos tenso entre los dos, se escuchaba la felicidad del lugar, donde a penas comenzaba la noche; retomado la caminata, cruzamos una heladería, haciendo una parada.

-fresa... No no no, mejor vainilla. Y si... Woo... Dime cual elegir

-pues yo pedí uno de durazno.

-leche. Un helado de leche.

-podemos elegir uno para llevar a casa.

-¿enserio?

-claro. Al fin, estamos en el mismo lugar.

-entonces quiero el napolitano.

Con un bote de helado en la mano, salimos y regresamos a nuestro camino. Empezamos una plática amena hasta llegar a la puerta del departamento, entramos y el gato nos recibió, frotándose principalmente en los pies de Jinho, que sin dudarlo, lo tomo en sus brazos, abrazándolo.

Yo me dirigí a guardar en la nevera el respectivo dulce, para cuando sentí sus manos posarse sobre mis ojos, estando de espalda.
La diferencia de alturas de los dos, me hizo dudar un poco de como lo hizo, por lo que tomando sus manos y retirándolas con cuidado, gire a verlo. Estaba sobre una silla, de rodillas, lo suficiente para poder taparme los ojos sin estirarse tanto.

Nos miramos un momento, dedicandonos una ligera sonrisa, tome sus mejillas con un tacto suave, apreciando el tenue color rojo que se instalo en ellas. Apreciando mas de cerca cada facción de esta y olvidando por completo que posiblemente esto no era real, le dedique un beso en la coronilla, dejando tactos suaves en su rostro en lo que me separaba.

Se colgó de mi cuello en un abrazo, y susurrando lo siguiente:
"Gracias... Fue una hermosa primera cita"
Correspondi a su tacto, lo baje de la silla y juntos nos sentamos en el sillón, platicando un poco más, hasta terminar dormidos el uno con el otro ahí mismo.

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