Maybe (3)

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Estaba más que claro que Chaerin había dado su despedida; después de una comida con todos sus seres amados y amistades, ella se mostraba nuevamente feliz; su físico aparentemente seguía siendo "el mismo"; ahora usaba una pashmina en su cabeza, signo de la pérdida de cabello por el cáncer, sus ojos ahora tenían unas pequeñas bolsas por debajo, que sabía disimular con maquillaje y sólo si te acercabas podías notar. Sus manos se volvieron más delgadas, pero nadie le decía nada, sabía cubrir cada detalle con prendas holgadas o buena base de maquillaje.

En cuanto a su sonrisa, jamás dejo de tenerla, después de su comida, los viejos días donde los tres chicos pasábamos tiempo en su casa, aparentemente regresaban, pero con la diferencia de que ahora sólo éramos dos, mi hermana y yo, Wooseok estaba en la negativa de ir a verla y yo sólo sabía el motivo.

Él no quería caer más en depresión.

Y aunque todos sabíamos que esa no era la forma, nadie, ni siquiera yo tuve el valor de detenerlo; empezó a construir una barrera grande sobre si mismo, evitando cualquier muestra de afecto de alguien ajeno o incluso de la misma Chaerin y aunque ella no lo dijera, le partía el corazón ver como su niño se alejaba cada vez más de ella.

Una semana antes de que falleciera, me llevo hasta aquella casita frente al lago, tuvo la confianza de enseñarme su lugar de descanso esos tres día y aunque era algo sencillo y pequeño, admitía que era reconfortante estar dentro; me mostró con más detalle los borradores de cada carta, me enseñó los libros que leyó el último mes, unas pocas prendas, algo diferentes a lo que todos estábamos acostbrados a verla, pero sin duda, eran únicas, así como su persona.

Pasamos dos días ahí, salimos a caminar entre los árboles y la orilla del lago, recuerdo aún que el agua era cristalina y que pequeños peces se paseaban por ahí, todo era simple y bello, un rato a solas con ella que pude pasar, lástima que Woo no accedió al pequeño viaje, lo hubiera disfrutado y sobretodo, le hubiera hecho demasiado bien para poder lidiar con la situación.

Cuando regresamos, todo seguía aparentemente bien, la floreria era atendida por mi padre y mi hermana acudía al instituto, los padres de Woo seguían encargándose de su pequeño negocio y él, seguía de igual forma en el instituto, al parecer se quedaba un poco más del tiempo estimado, nadie sabía que hacía, sólo llegaba a su casa a comer y dormir, volviendo a lo mismo, nadie se atrevía a intervenir a sea los que sea que hacía el chico.

La semana paso rápido, tanto que justo cuando menos lo esperamos, nadie vio salir a Chaerin de su casa, no fue a la floreria temprano, ni fue a comprar su jugo de frutillas al pequeño mercado, todos estábamos con un mal presentimiento y temíamos por lo peor, no fue hasta que la madre de Wooseok logró abrir la puerta y de ahí... salió con un muy mal sabor de boca.

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