Meditando (1)

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Wooseok

Ya era algo tarde, la noche había entrado por completo, habíamos tomado una ducha por separado y preparado para dormir.

Si se preguntan, si, dormimos separados. Le cedí la cama, mientras yo dormía en el sofá; pero por alguna razón, algo me decía que no fuera asi esta vez; por lo que al salir de la habitación, ya cambiado, lo encontré con una taza de té y viendo el árbol que compre hace unos días.

- es bonito...

Hable, asustándolo y volteando a verme, para luego dedicarme una sonrisa.

-si que lo es

-te mostraré algo.

Tome el árbol en mis manos y moviendo la misma rama que la señora aquella vez movió, jale con cuidad asia arriba, safando el resto de las ramas y dejando ver las dos figuras que salían; el ángel y la mariposa.

Se quedó un rato viéndolas, se veía anonadó por las figuritas, ¿y quien no? Sus detalles eran demasiado finos y bien hecho para ser vidrio.
Tomó una entre sus manos, él ángel para ser específico y lo miro con una sonrisa en su rostro.

-Es hermoso.

-lo es... Me contaron que representa a un alma buena que viene a sacar lo mejor de otra, viene a cuidarla y protegerla, pero también, haciendo que se de cuenta de sus errores.

-¿y la mariposa?

-supongo que es esa alma

Me volteó a ver.

Sus ojos, sus hermosos ojos cafés me miraban con anheló y yo no podía resistirme a su mirada, era linda, corrección, él era lindo, y sin mucho que hacer, dejando la figura completa en su lugar, tome su mentón, acercandome a darle un suave beso sobre sus labios, sólo un toque, fue lo suficiente para ver su ahora rostro sonrojado y con los ojos abiertos.

Y de la nada, yo también me sentí nervioso al sentir que trataba de verme, por lo que desvíe la mirada a un lado y hablé lo que tenía en mente desde el inició.

- quería saber si tu... Si te parece que ambos compartamos la cama esta vez... Digo, es amplía, los dos podemos entrar sin problemas.

Mas nervioso no podía estar, el beso y mi repentina sugerencia.

-yo no tendría problema.

Habló como si nada.

-de hecho yo también pensaba decir lo mismo... No tienes por que dormir en el sofá y menos, pues este es tu departamento.

-... Vale...

Y ya pasando un poco mi avergonzado acto, caminamos juntos a la habitación; dejando las cosas de lado y entrando cada uno en la esquina contraria, para luego apagar la lámpara y tratar de conciliar el sueño.

De regente, sentí una mano tocando mi hombro, giré a verlo, aunque era poca luz, se podía distinguir.

-hace un poco de frío... ¿Puedo acurrucarme contigo?

Abrí un brazo, dándole la invitación de hacerlo y sin esperar mucho, se acerco y abrazo fuerte mi torso.
Sintiendo enseguida (por mi parte) el calor que empezaba a emanar su cuerpo y el mío juntos, cerré mis brazos a su cuerpo, correspondiendo a su abrazo y dejando mi cabeza sobre su cabello, para al final, dormir juntos.

~•~•~•~•~•~•~•~

A la mañana siguiente, un chico bajito, con cabello alborotado, boca semi abierta y párpados cerrados estaba pegado a mi, todavía abrazado y disfrutando de su sueño.

Tuve que ver la hora; las 6:35 a.m, todavía era algo temprano, por lo que no se haría tarde para la escuela, podría realizar mis actividades antes.

Igual, la poca luz que entraba por las cortinas, era escasa, lo que indicaba que a penas daba inicio a ese día.
Me acomode mejor, lo pegué de nuevo a mi y aprovechando el acercamiento, me quede recordando varias cosas.

" ¿no fue un chico castaño?

  No... ¿Que pensabas cuando te fuiste?   "

"
Un rostro al que todavía no podía darle facciones.  "

"
Tu madre esta preocupada por ti... No has marcado. "

"¿Me estas comparando con el gato?

  No, pero ahora que me doy cuenta; ambos tienen cosas en común..."

Sin duda, empezaba a ver que las pocas personas que me rodeaban, empezaban a tener razón.

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