¿Y si te cuento un secreto? (1)

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Wooseok

-Yeo...

- Hola Woo... vine a verte...

-pero sólo pasaron quince días, y está vez si hable con mamá.

- lo se; por eso vine. Me alegra saber que has cumplido. Pero... tu semblante es otro, dime, ¿qué sucede?

- no es mucho...

-¿es Jinho?

Mi rostro se deformo un poco al escuchar  su nombre.

-sabia que algo pasaba. Ven, quiero llevarte a un lugar.

-claro; sólo deja le aviso a Jinhoniie que llegaré tarde.

No tomo mucho tiempo poner una llamada y que contestará como siempre lo hacía, de hecho era normal entre ambos. Y aún más ahora que éramos pareja.

Asintió y tomamos rumbo al auto de Changgu.

-¿Cómo está mi madre?

-¿no habías hablado con ella?

-si... pero físicamente.

- ya... pues... su cabello negro empieza a tener un poco de canas, tiene pequeñas arrugas que se marcan alrededor de sus ojos. Sus manos... siguen teniendo sus bonitas uñas, las cuida mucho como siempre, aunque se le ve más su piel algo floja, sigue luciendo bella.

-Quisiera verla.

-Bueno, tienes la oportunidad, sabes que ella jamás te va a rechazar.

- por eso mismo; siento que no he apreciado nada como debía de ser.

El ambiente cambio, no era un silencio incómodo, más bien algo más melancólico.

Ninguno supo que decir después, sólo el viaje tomo rumbo hasta llegar a un viejo paraje en medio de la carretera, con unas pocas casas a su alrededor, que cabe decir, eran casas sencillas, nada complicado, pude ver a lo lejos un ojo de agua... obvio no muy grande como una laguna, pero si lo suficiente para poder mantener vivos a las pocas personas que había ahí.

Estaciono el auto frente a una de las casas que a mi parecer, aunque sea muy chica, era bonita.

-acompañame...

Al bajar, se dirigió a la puerta de aquella casa, saco unas llaves y abrió, a pesar de que la luz que había afuera era suficiente para seguir viendo ya que empezaba a anochecer, encendió un foco, luego dio pasos hacía adentro, insitandome a entrar con él.

- Antes de que Chaerin muriera, ella paso dos días aquí. Fue cuando nadie la encontraba y sin más, ella apareció con una sonrisa de la nada; ¿recuerdas? Todos creíamos que iba a mejorar, pero parece que hasta nosotros no supimos decirle el adiós correcto.

-ella sólo quería estar sola.

-ella murió cuando tu tenías escasos 13 años y yo 15. Éramos muy jóvenes para entender realmente lo que implica la muerte.
Ella dejo una carta para mi y otra para ti, dijo que cuando llegará el momento, debía dartela y creo que ya es tiempo.

MaybeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora