Maybe (2)

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Mi nombre, Yeo Chang Gu.

Soy amigo de Wooseok desde que tengo memoria, en realidad nuestras madres se conocieron en un centro comercial y se hicieron muy amigas.

Bueno ya, cuento lo real.

Wooseok y yo somos algo asi como primos lejanos, eso explica por que los apellidos diferentes; vivíamos en un pequeño pueblo, siempre tranquilo y con lo indispensable.

Yo soy el mayor de los dos, pero eso no ha impedido poder tener una buena relación con él; aunque admito que no soy su mejor amigo, y si me considera parte de sus amistades mas cercanas, estaré gratamente agradecido, por que yo lo considero como el hermano varón que jamás tuve, en cambio, tuve a la hermana más bella de todas.

Pasamos la mayor parte de nuestra infancia juntos, aunque diferentes grados nos separaban, siempre al finalizar las actividades, llegábamos a casa de la mejor "tía" que podíamos tener; entonces éramos dos varones y una pequeña de escasos 3 años de edad.

Aquella chica que siempre la consideramos como una tía protectora era Chaerin, ella tenía 15 años de edad cuando la conocimos, y estoy hablando prácticamente cuando yo tenía 7 y Woo 5 años. Ella siempre fue cuidadoso con nosotros tres, pero tenia un ligero encantó más pronunciado a Wooseok, jamás me moleste, jamás existió rivalidad, al contrario, seguía queriendo a ambos con tanta pureza.

Wooseok adoraba ir a casa de Chaerin y ella adoraba consentir al niño con todo lo que tuviera en sus manos;
nadie se oponía ante tales acciones, al contrario, agradecía por que Wooseok tenía un gran autoestima a su persona, se sentía querido y amado por no sólo ella, por todos a su alrededor.

Su amor fue tan grande, que él prácticamente estaba embelesado con ella y siempre repetía que se casaría con ella en un futuro, a pesar de su corta edad, jamás se le llevo la contraria.

En cuanto a mi, mi madre murió en un accidente, calló por las escaleras de un edificio, sufrió una contusión fuerte en la cabeza y podríamos decir que en el transcurso no llegó hasta su destino, dejándonos a mi padre, mi hermana y a mi solos.

Fue duro, nadie lo niega, pero si algo estoy seguro, es que logramos disfrutarla todo el tiempo que estuvo a nuestra disposición, dándonos sus enseñanzas más valoradas y que seamos personas de bien. Mi padre le costó mucho hacerse a la idea de que sólo seríamos los tres y tras la partida de ella, la pequeña y peculiar floreria que ambos habían empezado, daría frutos poco a poco con la ayuda de los tres.

Ahí aprendimos un oficio los dos hijos.

Ahí aprendimos a valorarnos aún más.

Wooseok visitaba muy constante la floreria, a pesar de ya tener casi 13 años y ya no pasarla en la casa de Chaerin, era muy común que viniera por una simple flor que era siempre vuelta a ver en aquel jarrón afuera de la ventana de ella; la saludaba, le regalaba la flor y luego se iba a hacer sus deberes.

Lamentablemente a menos de medio año, todo se volvió gris de nuevo y no sólo para nosotros, también para Wooseok y su familia, Chaerin dio la noticia de que estaba en fase terminal de Cáncer de ovario.

A todos nos dio en lo más profundo de nuestro ser, ella era demasiado querida y saber que en unos meses se iría de nuestro lado...

Entonces dejamos de ver las flores en la ventana, dejamos la alegría de lado, ya no se veía esa felicidad sentías al cruzar con ella.

A quien más le pego la noticia fue a Woo, él amaba a esa chica y a su corta edad saber que perdería a su prácticamente ángel, fue algo tan duro que su corazón se vio envuelto en ráfagas de aire frío.

Dejo de concurrir a la casa de ella, dejo de llevarle flores, dejo de decir que quería permanecer siempre a su lado, su semblante se torno gris, sus ojos ahora eran dos cuchillas que nos atravesaban el alma.

Chaerin desapareció un tiempo, tres días para ser exactos, todo el mundo pensaba lo peor, todos creíamos que el tiempo nos ganó y eso era lo que temiamos. Afortunadamente ella apareció con una sonrisa, luego de que su niño se y la alejara.
Lo que ella no sabe, es que Wooseok prácticamente sufrió en silencio esos tres días y fui el único testigo de verlo tan muerto en vida, que no me sentí capaz de decirle a alguien más, sólo deje que entrará a la floreria y llorara o maldiciera a su alrededor.

Ella un día a solas me entrego tres cartas, una para cada uno de sus tres niños, ósea nosotros; me aclaro que debíamos abrirlas sólo cuando nuestro mundo se viniera abajo y que le entregara un dije de tres oros a Wooseok, que hasta la fecha, no he hecho, ella dijo que se lo diera cuando él volviera a amarse a si mismo.
Igual a mi me entrego una caja de madera, hecha de palo de rosa, tenía grabado una leyenda, "la sonrisa más bonita que no te deja ver la luz del sol, por que es capaz de iluminarte por si sola con su propio brillo". Y finalmente, un collar con una piedra de aguamarina, dijo que se la entregará a mi hermana, ella que siempre se mantiene serena y sabe que decir y actuar.  Sin duda, Chaerin nos conocía tan bien.

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