Emma entra a la Universidad de Artes en Inglaterra y todo lo que quiere es llegar a ser exitosa como pintora. Un día, en un bar conoce a Roger Taylor quien cambia su vida por completo.
Había olvidado que había quedado con Tom de ver películas, me había quedado hasta tarde platicando con Roger y ya no le dije nada. Pero que pésima amiga soy. Ya hable con el y le pedí disculpas como unas veinte veces y ya quedamos de otro día vernos. Y ya es lunes de nuevo, eso significa que tengo que ir a dar clases, me daba tanta felicidad.
A veces pienso que soy la más feliz dando clases a los niños porque es mi forma de llenar el vacío maternal. Todos esos pequeños son un amor y como dije, Chuck y Anne tienen mi corazón. Sigo sin creer que la niña a la cual más amo, es la misma niña que yo llegue a odiar por coraje.
Anne es preciosa, y tan dulce. Y Roger, que puedo decir de él. De lo que fue la semana pasada estuvimos hablando seguido, todo como amigos por supuesto. Pero siento que ahora, en estos momentos mi vida está siendo aún mejor. Se que yo decía que todos estos años era feliz sin Roger, pero tengo que admitir que el que el haya vuelto a mi vida es bueno.
Y hoy es el aniversario de la muerte de mi madre. Ahora es un tema el cual puedo tomar con tranquilidad gracias a Dios. Recuerdo que cuando apenas llevaba un año, el que Dalia fuera a ese mismo hospital a trabajar me daba algo. Inclusive me dio un trauma el cual yo no puedo volver a pisar un hospital. No gracias.
Mi área era aquí, en la escuela. En algún momento si pensé ser médico como mi hermana pues si me gustaba mucho eso pero cambié de opinión. Aparte de que amo dibujar, amo pintar. Amo lo hago.
Acababa de terminar mi clase de nuevo y Anne se acerca a mi escritorio.
- Hola Emma.— recarga su cabeza en mi escritorio.— ¿te gusto mi dibujo? soy yo con un vestido rosa y una corona. Así es como me imagino cada vez que mi papá me dice su princesa.
- Cómo en su cuento.— recordé. Ay no esta niña es una ternura andando.
- ¡si!— me toma de la mano.— bueno acompáñame a la salida, como la otra vez.
- ¿viene tu papá por ti?
- no, esta es la semana de mi mamá.— oh, ver a Daniela. Después de años.
¿Porque ahora veía a todos después de años? Como quiera la acompañe, no le iba a decir a la criatura que le tenía un cierto coraje a su madre. Obviamente no. Cuando salgo ella corre a los brazos de su mamá y está la carga. Se veía muy guapa, como siempre. No se como Roger no esta con ella, si sigue viéndose igual de perfecta. Bueno tal vez no estén juntos pero ni siquiera me sorprendería el que se sigan acostando.
Ella se acercó conmigo con Anne en los brazos.
- Emma.— parecía sorprendida de verme y pues claro casi nadie sabía de mí nuevo trabajo.— cuánto tiempo sin vernos.
- hola Daniela.— Anne hace una cara de sorprendida al ver que nos conocíamos.
- ¡mi mamá y la princesa de papá son amigas!— fue increíble la expresión en el rostro de Daniela. Obviamente no entendía del todo a que se refería su hija pero con el simple hecho de que Roger se refiriera a mi como "princesa"— ayer Emma vino a cenar con nosotros.
- ¿ah si? Así que viste a Roger.— me dice bajando a Anne y tomándola de la mano.— que bien, Emma.
- si bueno es que, Anne me invito.— acaricie su cabello.— me encontraba adelante de las escaleras para entrar a la escuela, espero y no vengan corriendo unos niños.— y me dijo que te tocaba esta semana venir por ella.
- si, Roger y yo nos turnamos para que sea más justo todo esto. Aunque estamos viendo si vivir juntos, Para que las cosas mejoren como familia ¿sabes?— eso no lo sabía.
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- que bien por ustedes.— falsa sonrisa, falso cumplido.— pero bueno, me despido tengo que ir a... fue un gusto verte Daniela.
- lo mismo digo Emma.— me voltee para empezar a subir las escaleras pero lento para escuchar lo que le decía a su hija.— bien cariño, vamos a dejarte con la abuela pues tu papá y yo saldremos a comer. ¿Si?
Roger y Daniela saldrían hoy, de lo tonta que soy deje que eso me afectara y me distrajera y di un mal paso. Caí en las últimas tres escaleras que quedaban y me dolió horrible el pie. Genial Emma, eres una torpe de primera.
Daniela y Anne vieron y de inmediato vinieron a donde estaba. Ay no que vergüenza, debo ponerme de pie de una vez pero simplemente no podía.
- ¡Emma! ¿estas bien?— Anne me abraza la cabeza.
- estoy bien, no se preocupen.— intenté pararme pero no podía, me dolía demasiado.— ouch.
- okay lo más seguro es que te hayas roto el pie o algo así.— me dice Daniela.— vamos te llevaré al hospital.
- no, no, no. Yo estoy bien. En verdad.— no lo estaba, pero prefería quedarme aquí en el piso a tener que ir al hospital.— aquí esperaré a que... llegue mi amiga.
- no digas tonterías Emma, andando.—me toma para poder cargarme.— te llevare a donde trabaja Dalia.
Dalia estuvo siendo la ginecóloga de Daniela en todo este tiempo. Yo le dije que fuera con ella pues si el bebé de Roger Taylor tenía que ser, quería que fuera con la mejor de todas. Así que Daniela conocí a la perfección el hospital.
- en verdad por favor no quiero ir.— mucho menos hoy. Me subió en el asiento de adelante junto a ella.
- Emma ¿puedes dejar de temerle a las cosas? Pareces una bebe.— la linda y tierna Daniela que era conmigo hace años veo que ha desaparecido pero como quiera apreciaba el que intentara ayudarme.— aparte Roger no me perdonaría el que te deje aquí sin poder caminar.
- mamá tienes que hablarle a papá para que nos ayude ¿no crees?— ¿a qué? No, no, no. ¿Cómo es que me puse en esta maldiga situación? Justo hoy y con la persona que menos tolero en estos momentos.
