conoce a DANIELA

24. Hasta que el Fuego Nos Consuma.

Ella puso la mano en su pecho intentando alejarlo pero era inútil, ambos deseaban el sabor de sus labios. Ese momento era lo único que durante un momento los demonios de ambos desataron la tormenta perfecta liberando sus almas.

-Espera- dijo Daniela alejando a Cristián. No es una buena idea.

-Eso que importa- respondió intentando besarla nuevamente.

-¿A caso no lo entiendes?, soy quien menos merece un cariño tan fuerte como el que me ofreces.

-Que más da, nuestra vida es un engaño que en cualquier momento se terminará y quiero que cuando ese momento llegue estés a mi lado- contestó Cristián mientras acariciaba el rostro de ella.

-Entonces después ¿Qué sigue?- cuestionó Daniela mientras lo miraba a los ojos.

-Prometo estar contigo hasta que el fuego nos consuma- contestó Cristián mirando los perfectos ojos cafés de ella.

-Hasta que el fuego nos consuma- reafirmó ella.

Luego de eso decidieron solo ver el mar por la ventana de la habitación, quizá ambos no sabían con certeza el significado del amor pero lo que estaban viviendo era lo más cercano a ello.

En México estaba por iniciar un día más, en la comandancia el General López recibía vistas inesperadas. De unas camionetas descendían personas las cuales parecían ser agentes.

-General le presentó a los agentes Dhamar Dowel y Cedric O'Conor del FBI en México- dijo Robert presentando a los agentes.

-Un gusto, soy el General de marina Adrián López-

-El gusto es nuestro General López, ahora nos encantaría hablar con usted- dijo Dhamar.

-Claro, pasemos a mi oficina-

Desde un punto alejado eran observados por Ricardo y Carol, quienes de manera inmediata avisaron a Alan de que nuevos del FBI habían llegado.

-Nos informaron de lo ocurrido con la agente Elizabeth, por lo cual nosotros seremos quienes llevemos el caso- dijo Cedric.

-Estoy de acuerdo y supongo que estarán en éste lugar investigado.- respondió el general.

-No gracias pero trabajaremos en un despacho en otro punto de la ciudad, de todos modos necesitaremos de su ayuda- dijo Dhamar.

-Así será- respondió López.

Todo ocurría sin algún contratiempo, la noche calló y en España, Cristián se encargó de empezar a planear la estrategia que les ayudaría a cumplir su objetivo.
Daniela se encargó de investigar como lograr acceder al evento que organizaba quien poseía el programa
Ambos agotados por estar altas horas observado las pantallas de una computadora  decidieron tomar un pequeño descanso e ir a recorrer las costas.

Él solo la observaba detenidamente, la tomó de la mano y le robó un beso.
Con esas acciones ella sabía que a pesar de la apariencia fría de él, en su interior era alguien tierno y con muchas cosas por dar, quizá si se hubiesen conocido en otras circunstancias no dudarías en formar una familia.

-Y ¿Ahora piensas diferente?- él preguntó.

-¿Sobre qué?-

-Sobre que el amor es una realidad ficticia creada por las personas-

-Ese concepto lo he tenido desde hace mucho tiempo y no cambiará tan rápido- ella le respondió.

Cristián algo desanimado por la respuesta le dijo:
-Yo haré que ese concepto cambie-

No hicieron más que sentarse a ver el mar y abrazarse, sabían que esos pequeños momentos eran lo más cercano a la paz que tanto necesitaban ambos.

Por la noche Daniela observaba al cielo recordando a su hermana, Cristián entró a su habitación y la encontró frente a su ventana con la mirada muy concentrada en el cielo oscuro apenas iluminado por la luna.

-¿En que piensas?- le preguntó.

-Cuando yo y Karla éramos pequeñas solíamos ver las estrellas durante horas-

-Y ver al cielo ahora es como poder verla a ella, ¿Cierto?- dedujo Cristián.

-Así es-

Cristián la abrazó y durante más de  una hora no hicieron  más que ver la  luna, disfrutaban el silencio y poder escuchar los latidos del corazón de Cristián cuando Daniela se recargaba en su pecho.

Cristián disfrutaba tanto de ella que no le importaba pasar un noche completa viendo al cielo. Era la media noche y Daniela había quedado casi dormida, él sólo la observaba y pensaba:

-¿Qué he hecho de bueno para merecerla?, quizá no lo sabré pero sin duda por ti iría hasta el mismo infierno-

Intentó levantarse del suelo donde estaban sentados sin que ella se despertará, todos sus movimientos fueron silenciosos y con precaución, logró ponerse de pie y la llevó cargando hasta la cama.
Cuando la recostó sobre la cama le quitó sus zapatos, la tapó con las sábanas y le dio un beso en la frente, luego salió de la habitación.

En México Robert recibió un extraño sobre en color negro con  una nota en su interior.

-No importa que tantas personas sean, todas están en mi juego.
Yo decido cuando y como nos veremos, aquel que se pese de listo  lo eliminó, si no me crees solo mira a tu compañera. Así que ni lo intenten-

Decía esa nota.
Robert no sabia que hacer, desde hace tiempo esos sobres habían cambiado sus vidas, mientras él le daba  vueltas al asunto. Una llamada de Dhamar cambiaría las cosas drásticamente.

-Necesitamos que vengas a la dirección que te enviaré- dijo Dhamar.

-Esta bien, ¿Pasa algo?- preguntó desconcertado.

-Lo sabrás cuando estés aquí- le respondió Dhamar fríamente.

Cuando recibió la dirección se dirigió rápidamente al lugar. Cuando llegó fue Cedric quien lo recibió y lo llevó a lo que parecía ser un hangar.

-Digame agente, ¿Por qué la urgencia?- preguntó Robert.

-En este lugar analizamos los restos del auto de Elizabeth, al parecer fue un impacto lo que causó todo- contestó Dhamar.

-Bueno algo de eso había escuchado, no creó que eso sea relevante- dijo Robert algo confundido.

-Efectivamente agente eso ya era una teoría pero cuando recogieron las piezas quemadas del auto nos dimos cuenta de que había algo inusual- Cedric dijo eso mientras sacaba un pieza de metal quemada y se la entregaba a Robert.

-¿Qué es esto?- dijo Robert haciendo referencia al objeto de metal.

-Era un aparato de GPS, al parecer alguien lo puso ahí para saber en todo momento donde se encontraba Elizabeth- explicó Dhamar.

Robert tenía por fin una pista sobre porque los sobres de color negro parecieran que siempre saben su ubicación exacta.