47.Fin De Las Esperanzas.

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Nadie en la ciudad se dio cuenta de lo sucedido en la agencia de publicidad hasta la mañana siguiente cuando los que pasaban por el lugar aseguraban que en la agencia se encontraban los cuerpos sin vida de Ruth y algunos de sus empleados.

Al lugar llegó la policía militar al mando de López, mientras que Elizabeth estaba fuera de la ciudad por cuestiones personales según argumentó pero aprovechó que López estaba fuera de la comandancia para buscar nuevamente la caja fuerte en el cuarto de mantenimiento.
Luego de unas horas la encontró escondida entre unas cajas con utensilios de limpieza, rápidamente abrió la caja gracias a que Romo le había dado la combinación. Al abrirla se encontró con lo que parecía ser una minicomputadora la cual sólo mostraba una pantalla en color verde y unos indicares del sonido así que introdujo una memoria USB y descargó lo que esa minicomputadora contenía.

Luego de más de una hora por fin logró guardar todos los datos y salir de la comandancia.

Por la tarde empezó a revisar los datos quien había descargado y tal como le dijo Romo tenía que ser muy paciente debido a que era una enorme cantidad de vídeos y audios.

Pasaron los días y por fin después de mucho tiempo Elizabeth logró encontrar lo que tanto buscada, la grabadora de voz había guardado la conversación entre Alan y López en donde el general acepta su autoría en el asesinato de Cedric y Dhamar. Al haber conseguido esa información de inmediato empezó a armar un plan.

Un día mientras todo parecía ser muy común en la comandancia Elizabeth llegó con un par de integrantes de la misma policía militar y se dirigieron a la oficina de López.

-Adrián López quedas detenido por lapsos con el cártel de las ánimas- dijo Elizabeth muy directamente.

López no parecía darle importancia a la situación. -¿Qué tipo de broma es esta?.

-No es ninguna broma- contestó Elizabeth.-Un juez dio la orden de aprensión en tu contra, así que tienes derecho a guardar silencio y todo lo que digas puede ser usado en tu contra.

López sólo miraba a Elizabeth mientras los policías se encargaban de colocarle las esposas y ante el asombro de todos en la comandancia Elizabeth y sus policías se llevaron preso a el general López.

La noticia llegó rápidamente a oídos de Alan, quien tomó la noticia como de las peores cosas debido a que gracias a López la policía no era problema alguno para su organización.

-Quiero que vigiles detalle a detalle sobre lo que suceda con López- ordenó Alan a Ricardo.

-Sólo ruega por que López no abra la boca.

-No estoy para tus sermones- reclamó Alan.

Ricardo sin pensarlo dos veces encaró a Alan. -Es la verdad desde que te aliaste con ese general estabas acostumbrado a que todo fuera fácil.

-López no hablará porque tú te encargarás de ayudarlo.

-¿Por qué debería?- preguntó Ricardo seriamente.

-Porque de lo contrario dirás adiós al cártel pero creeme no saldrás caminando de aquí sino  que saldrás con un balazo en la frente.

Ricardo se molestó por la actitud de Alan pero sin embargo no dijo nada al contrario sólo salió de la casa de seguridad, subió a su auto y fue a buscar el lugar donde se realizaría el juicio de López.

Sin que ellos supieran Daniela había escuchado la discusión entre ambos, cuando ella regresaba a su cuarto rápidamente fue frenada por John.

-¿Qué haces aquí?- preguntó John.

-No puedo estar todos los días en la cama esperando a curarme, ese no es mi estilo- contestó Daniela.

-Lo sé- comentó John. -Pero habíamos quedado en un trato así que te ayudaré a volver a tu habitación.

John tomó a Daniela de la cintura y poco a poco la llevó a su habitación y le obligó a recostarse.

Durante la noche Daniela quedó profundamente dormida o por lo menos así lo aparentaba. John entró su habitación sin hacer ruido, se posó a un costado de la cama y con su mano derecha acarició su pelo.

Danielita no descansaré hasta acerté mía

Pensaba John.
Él se dejó llevar por sus deseos y con mucho cuidado empezó a acariciar el cuerpo de Daniela. Más sin embargo, poco le duró el gustó ya que ella abrió los ojos de inmediato y de debajo de su almohada sacó su arma.

-Sabía que algo querías conmigo- reprochó Daniela. -Ahora quita tus asquerosas manos de mi cuerpo o yo me encargo de dejarte una bala en cada una de ellas.

John se encontraba asustado debido a que no poseía ningún tipo de arma para su defensa así que sólo retrocedió.

-¡Largate!- gritó Daniela. -Vuelves a intentar algo conmigo y no volverás a ver la luz del día.

John salió de la habitación con mucha frustración y enojo pero en su mente enferma seguía la idea de querer tener a Daniela.

Días después el juicio en contra de López daría inició y luego de varios minutos de argumentos a favor y en contra por  fin Elizabeth estaba a punto de mostrar la prueba que acabaría con las esperanzas de López.

-Señor juez, en esta USB se encuentra la grabación de  una llamada en la cual Adrián López acepta su complicidad en el asesinato de Dhamar Dowel y Cedric O'Conor del FBI en México.

Elizabeth entregó la memoria USB al juez, quien sólo la observó y parecía pensar algo con mucha precisión.

-Lo siento- respondió el juez. -Las llamadas pueden ser alteradas por lo cual esta prueba es inválida.

A Elizabeth la tomó por sorpresa la decisión del juez.

-¿Cuentan con alguna otra prueba?- preguntó el juez a Elizabeth.

-No, ninguna- contestó el abogado de Elizabeth aún con esperanzas de poder conseguir tiempo para tener otra prueba.

-Siendo así no hay delito que perseguir debido a que se realizó una detención sin una prueba alguna por lo cual le pido señor la liberación inmediata de mi cliente- solicitó el abogado de López.

-Una vez analizado el caso y concluir sin alguna prueba válida ordenó la liberación inmediata del ciudadano Adrián López Barrios con la condición de que se presente a firmar durante un plazo de 4 semanas, Buenas tardes- dictaminó el juez.

Elizabeth estaba demasiado frustrada, su plan había fallado pero algo no le cuadraba y eso era que el juicio había tenido una serie de irregularidades. Dominada por su frustración fue a la oficina del juez.

-¡Dígame cuanto recibió a cambio!- reclamó Elizabeth al juez.

-Se equivoca agente y mejor vallase porque sus acusaciones pueden ser muy graves- contestó el juez sin preocupación alguna.

-vamos a apelar el veredicto- comentó el abogado de Elizabeth.

-Están en todo su derecho pero eso no cambiará nada- dijo el juez.

Elizabeth y su abogado salieron rápidamente de la oficina para poder encarar a López.

-Esto no termina aquí- dijo Elizabeth encarando a López.

Él sólo sonrió a manera de sarcasmo.-Ya no hay nada que hacer, el juez ya dio su veredicto y con el se terminaron tus esperanzas.

Elizabeth quiso responder pero López y su abogado subieron a una camioneta de color negro y se retiraron del lugar.

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