52.En La Mira.

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Bustamante era quien se encargaría de sustituir el puesto de López.

-Leí su expediente y sin ofender pero tengo entendido que ésta es la misión más importante que se le ha asignado, ¿Cierto?- preguntó Bustamante.

Elizabeth quedó asombrada por las palabras de Bustamante.-Así es, pero dejaré la misión en un mes.

-No lo harás- negó Bustamante.

Elizabeth no entendía la negación de Bustamante.-Perdón pero ¿Qué quiere decir?.

-Me interesa que siga avanzando en su puesto dentro del FBI en México así que cuente conmigo para atrapar a Alan Coronel y su cártel de las ánimas.

Por alguna razón la cual desconocía Elizabeth, las palabras de Bustamante le inspiraban confianza aún cuando apenas lo conocía.

-Será un placer trabajar con usted general Bustamante- contestó Elizabeth cordialmente con una sonrisa dibujada en su rostro.

Elizabeth y Bustamante recorrieron todas las oficinas que conformaban la comandancia.

Mientras tanto y gracias a Cristián y Daniela, Alan se enteró de la llegada de Bustamante a la comandancia.

-Así que Guillermo Bustamante- comentó Alan a manera de sarcasmo.-Bueno ahora vamos a tener a alguien más tras nosotros.

-Así es Coronel- afirmó Daniela.

-Bueno pueden retirarse, después veré que hago con ese general- dijo Alan muy disgustado.

Pasaron unos días más, por fin llegó el  día que Cristián y Daniela esperaban ansiosamente. El domingo ellos salieron de la casa de seguridad del cártel y tomaron el rumbo hacia la cabaña de Cristián.

Elizabeth seguía en la revisión de expedientes cuando fue interrumpida por Bustamante.

-Necesito reunir todas las unidades y soldados- propuso Bustamante.

-¿Pasa algo?- preguntó Elizabeth desconcertada.

-En todo lo que pude ver me queda claro que López andaba en malos pasos y quizá halla personal corrupto dentro de la comandancia, así que investigáremos a todos los integrantes de la marina de este lugar.

-Me parece correcto, cuente conmigo- respondió Elizabeth con tono de cortesía.

-Nos veremos más tarde- se despidió Bustamante.

A las afueras de la ciudad Daniela y Cristián se encontraban afinando los últimos detalles para ir de vuelta a la cabaña que se ubicaba en las entrañas del bosque.

-¿Por qué nunca lo vimos pasar?- preguntó Daniela con gran desconcierto.

-Quizá porque nunca usa esa ruta para ir a esa cabaña, el bosque es muy extenso y tiene muchas rutas de acceso- comentó Cristián.

-No entiendo que quieres decir.

-Durante la noche anterior una tormenta azotó fuertemente la ciudad, esa misma noche mataron a López y para salir del bosque muchas rutas se cierran debido a la zona de pantano, quizá el camino rumbo a mi cabaña era la única forma de salir de ese lugar.

-Es muy probable- dijo Daniela aceptando la teoría de Cristián.

-bien, vámonos, estamos a 20 minutos del lugar.

-Ok, vámonos- respondió Daniela.

Ambos empezaron a caminar por el bosque rumbo a la cabaña.

Mientras tanto Elizabeth y Bustamante empezaron a revisar los expedientes pero fueron interrumpidos por un soldado, el cual entró de manera violenta a la oficina.

-Sé lo que hacen- comentó el soldado.

-Nunca dijimos que sería un secreto- contestó Bustamante.

-Lo sé, y antes que el fuego me consuma estoy dispuesto a cooperar con ustedes.

-No entiendo lo que dice, sé más claro soldado- replicó Elizabeth.

-Fui la mano derecha de López y sé muchas cosas, muchas se ellas son muy graves.

-Adelante, explica lo que sabes- ordenó Bustamante.

-Lo haré pero a cambio de algo- dijo el soldado a manera de querer negociar.

-¿A cambio de qué?- cuestionó Elizabeth.

-Que se me considere esto en mi sentencia, y que sea la condena que sea, no quiero ir a la cárcel de la ciudad.

-Tienes miedo a que Alan te mande a hacer algo, ¿Cierto?- comentó Elizabeth recordando lo que Romo le había dicho en una ocasión.

-Así es, si ustedes me prometen que no iré a esa cárcel y que lo que confesaré será tomado en cuenta en mi sentencia, prometo colaborar con ustedes en todo.

-Cuenta con ello- dijo Bustamante aceptando el trato de aquel soldado.

Él empezó a decir todos los tratos ilegales que realizó junto con López.

Al otro lado de la ciudad en la más profundo del bosque Daniela y Cristián llegaban a la cabaña.
Al parecer desde que ellos estuvieron en ese lugar nadie más había estado debido a que todo estaba tal y como lo recordaban.

-Vamos a entrar- Propuso Cristián.

-Bien, es ahora o nunca- dijo Daniela mientras cubría su rostro con una tela de color negro que le cubría de la nariz al mentón.

Cristián hizo lo mismo para evitar algún tipo de contratiempo por si las cosas se complicaban.

Poco a poco entraron a la cabaña y empezaron a buscar algo que les diera una pista, luego de unos minutos sus incertidumbres y sus miedos estaban en su máximo esplendor.

Entre las cosas que revisaban, Cristián notó un sobre de color negro que estaba sobre una pequeña mesa. Él tomó ese sobre pensado del porque no lo vio la primera vez que entraron a la cabaña.

-¡Ven!- gritó Cristián llamado a Daniela. -Encontré algo.

Daniela fue con Cristián y juntos abrieron ese sobre, sacando de su interior una nota con algo escrito.

No sé quien seas pero Lamentarás haber entrado a este lugar. 
........ Estás en la mira........

Quedaron asombrados al leer esa nota, al parecer estaban equivocados al pensar que nadie había estado en la cabaña además que ahora estaban en la mira de alguien demasiado peligroso.

-¡Vámonos!- exclamó Daniela con su corazón latiendo aceleradamente.

Antes de poder dar un paso ambos vieron como la perilla de la puerta se giró y la puerta poco a poco se iba abriendo.
Ambos rápidamente salieron por la ventana pero ya eran perseguidos por un sujeto vestido se color negro y con el rostro cubierto. Cristián tomó de la mano a Daniela y empezaron a correr entre el bosque.

Aquel extraño sujeto empuñaba un cuchillo ensangrentado y por la forma en que corría era evidente que realizaba mucho ejercicio.

Cristián soltó la mano de Daniela y empuñó su arma, de forma inmediata accionó haciendo que un par de balas casi impactaran al sujeto haciéndolo retroceder.
Con ello lograron ganar un par de metros pero eso no serviría de nada al darse cuenta que ese hombre también tenía un arma de fuego y respondió al ataque de Cristián.

Daniela se unió rápidamente a Cristián para poder ayudarlo, entre la lluvia de balas que se desató Cristián y Daniela corrían entre los árboles como manera de evitar ser atrapados.

Luego de varios minutos corriendo por fin lograron escapar pero sin querer resbalaron con el suelo húmedo, haciéndolos caer varios metros hacia bajo, cayendo entre la maleza y la hojarasca de los árboles, cuando dejaron de caer ambos estaban algo aturdidos, debido al impacto, los brazos de ambos presentaban pequeños chorros de sangre debido a la maleza en que cayeron.

Cristián se puso de pie y tomó a Daniela de la mano para poder reincorporarla. -Lo perdimos pero será mejor que sigamos corriendo.

conoce a DANIELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora