56.Final parte 1: El Autor Del Juego.

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Una hora más tarde un balde de agua fría despertó a Daniela.
Cuando empezó a abrir los ojos todo era borroso, rápidamente se dio cuenta que estaba en el suelo. Poco a poco empezó a reincorporarse mientras volvía en sí, empezó a recordar lo sucedió pero intentaba hacerse a la idea que no era realidad.

Mientras su vista se aclaraba se  dio cuenta que se encontraba dentro de un cuarto parecido a un tipo de cárcel. Miró al frente dándose cuenta que Cristián se encontraba frente a ella, intentó acercarse pero una barras de metal se lo impedían.

-¡¡¿Por qué lo hiciste?!!- gritó Daniela con gran enojo.

Él solo miraba la escena sin hacer gesto alguno ni decir ninguna palabra.

-¡Habla!- ordenó Daniela desesperadamente.

Repentinamente apareció un sujeto con una tela de color negro que le cubría de la nariz al mentón.
Al verlo ella se quedó atónita y al mismo tiempo sus pesadillas se hicieron realidad.

-¡Estoy harta de ti!- gritó Daniela.-De tu maldito juego, por lo menos deja ver tu maldito rostro.

Aquel sujeto la miraba detenidamente como si disfrutará de la frustración y el enojo de Daniela.
Lentamente empezó a quitarse la tela que le cubría el rostro. Cuando de la quitó por completo ella quedó aún más asombrada de quien era el  autor de todo ese juego que los envolvió a todos.

-¡Alan!- comentó Daniela con gran asombro e incredulidad.

-Así es- exclamó Alan. -¡Felicidades!, llegaste al final de mi juego.

-Maldito, ¿Por qué hiciste esto?- preguntó Daniela.

-Odió a mi padre- respondió fríamente. -Él siempre me hacía menos, todos mis logros siempre los minimizaba e incluso tú te ganaste su confianza antes que yo.

-¡Estás loco!- dijo Daniela con mucha frustración.

-Así que si mi padre creó el Cártel de las ánimas yo lo puedo destruir, esto no me importa en lo más mínimo. Desde hace mucho pensé en llevar a cabo mi juego pero no me había atrevido hasta que te conocí a ti, se podría decir que mi odio hacia tu persona me motivó a empezar mi hermoso juego.

-¿Desde cuándo están aliados?- preguntó Daniela haciendo referencia a la unión de Alan y Cristián.

-Desde poco, él me contó algunas cosas y he decidido hablar con él para ser el único que sobreviva al juego- contestó Alan.

Ella desvió la mirada hacia Cristián, con gran enojo.

-Eres un hipócrita- reprochó Daniela a Cristián.- ¿Cómo pudiste traicionar lo que teníamos?.

Cristián miró al suelo y empezó a hablar.

-¿Traicionar lo que teníamos?- preguntó con sarcasmo.- Eres una ingenua, ¿Creíste qué te tomaba enserio?.

Ella solo escuchaba las palabras de Cristián, las cuales parecían ser balas que penetraban lo más profundo de su alma.

-Recuerda lo que te dije, nosotros somos sicarios y nuestro trabajo es acabar con los demás, aún sin importar que sean de nuestro mismo equipo.
Quizá tú lo olvidaste pero yo nunca lo hice, soy un integrante del cártel de las ánimas y nunca debiste confiar en alguien como yo.

-¡Maldito!- gritó Daniela al borde de las lágrimas.

-¿Y ahora vas a llorar?- preguntó Cristián burlándose de ella. -Simpre me viste como alguien a quien le era fácil caer rendido ante tus encantos, pero nunca te diste cuenta que yo también jugaba contigo.

Ella no hizo más que callar y desplomarse al suelo, al estar en el suelo bajó la mirada.

-¿Quién eres en realidad?- preguntó Alan.

Ella quedó asombraba, al parecer Alan no sabía con exactitud que su verdadero nombre no era Daniela.
Sin darle importancia a la pregunta solo decidió quedarse sentada en el suelo sin decir palabra alguna.

-Nos vamos- comentó Alan. -En dos días regresáremos y acabaré contigo de una vez por todas.

Cristián se arrodilló para poder ver a una sumisa y derrotada Daniela.

-En ocasiones lo que más amamos es lo que más  daño nos causa- dijo con una sonrisa de sarcasmo.-Es hermoso como ese amor se transforma en una pequeña gota de veneno la cuál va consumiendo tu alma lentamente.

Ella con los ojos cristalizados no hizo más que quedar callada y solo mirar al suelo.
El sol empezaba a iluminar la ciudad así que Alan junto con Cristián se fueron del lugar hacia la casa de seguridad del cártel de las ánimas.

Al llegar a la casa de seguridad Ricardo los esperaba con gran apuro.

-¿Dónde carajo se metieron?- reprochó Ricardo.

-Es asunto que no te incumbe- contestó Alan con tono de completa indiferencia.

-Ya te tengo la hora y el día para reunirte con Alvarado- dijo Ricardo.

-¿Cuándo?- preguntó Alan con gran intriga.

-Vi en las noticias que una fuerte tormenta ingresará el día de mañana al medio día, así que la reunión será mañana a las 11:00 am- explicó Ricardo.

Alan sonrió levemente, tomó su  celular e informó a Alvarado sobre la reunión que sostendrían, para su buena suerte Alvarado aceptó sin excusa alguna.

Luego de ello todos empezaron a preparar una estrategia para aprovechar el espacio y las condiciones climáticas a su favor.
Pero algo llamó la atención de Ricardo, así que encaró a Cristián.

-¿Dónde está Daniela?- preguntó Ricardo con gran asombro.

-Esa traidora no regresará a este  lugar- dijo Cristián fríamente.

-¿Qué quieres decir?.

-Nos engañó a todos, solo quería destruirnos pero afortunadamente la descubrimos.

Ricardo quedó impresionado al escuchar a Cristián hablar de esa manera sobre  una persona a la cual supuestamente había querido o por lo menos así lo aparentaba.

Al otro lado de la ciudad, en la comandancia Elizabeth recibió los resultados de las huellas que encontró en el sobre de color negro.
Abrió el sobre que contenía los resultados y quedó atónita al darse cuenta que según los resultados aquellas huellas pertenecían a Alan Coronel el líder del cártel de las ánimas.

¿Qué significa todo esto?, Alan tiene el poder como para acabar con cualquiera con tan solo pedirlo a sus hombres, ¿Por qué hacer esto?.

Eran los pensamientos que rondaban por su cabeza, cuando de pronto Bustamante entró a su oficina pero al ver el estado de asombro en el que se encontraba decidió averiguar el motivo.

-¿Qué sucede agente?, parece como si hubiera visto un fantasma- dijo Bustamante tratando de encontrar una respuesta.

-No es nada, solo me duele la cabeza- contestó Elizabeth para evadir a Bustamante.

-Siendo así creo que mejor me retiro- propuso Bustamante.

Él salió de la oficina y Elizabeth empezó a buscar entre todos los archivos y papales el número telefónico de Daniela ya que le quería informar sobre el descubrimiento que había hecho. Cuando al fin lo encontró intentó comunicarse con ella pero fue inútil esa llamada nunca fue aceptada.

El día término y la noche volvió a caer, Daniela se encontraba sola en aquel cuarto, y únicamente era iluminada por la luz de una vela.
Miles de ideas pasaban por su mente pero seguía sin creer que Cristián la había traicionado.

Estaba por quedarse dormida cuando algo llamó su atención, por abajo de una cama de piedra que estaba en ese cuarto se encontraba lo que parecía un sobre de color negro.

Comúnmente se sentía aterrada al encontrar esos sobres pero luego de lo sucedido ya nada podía impresionarle. Así que tomó el sobre y lo abrió, lo raro era que ésta vez había una hoja completa en lugar de una pequeña nota con algo escrito.

Empezó a leer y se dio cuenta que ese sobre cambiaría su perspectiva de las cosas nuevamente.

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