39.Uno Más.

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Era casi la media noche y abordo de cuatro camionetas color blanco Alan y su cártel llegaban a un estacionamiento de uso público.
Todos bajaron de los vehículos y se distribuyeron a manera de rodear la zona, para poder comunicarse a distancia tenían unos micrófonos pequeños en una  parte del chaleco antibalas y un auricular.

-Daniela hay un cambio de planes- dijo Alan mediante el pequeño micrófono que tenía en el chaleco antibalas.

Ella escuchó por medio de un auricular y quedo desconcertada.

-¿Qué quieres decir con eso?- preguntó.

-Cambia de arma con alguno de tus compañeros porque serás francotirador.

Ella se asombró pero de inmediato tomó un arma de alto alcance y se posicionó en un lugar donde tuviera vista de todo el estacionamiento.

-Alan se acercan unos tipos en un auto negro- informó uno de los hombres del cártel.

-Bien, preparense para la fiesta- respondió Alan sarcásticamente.

En el estacionamiento de un auto negro descendieron unos hombres y aparentemente esperaban a más gente.
Gente que minutos después llegaría en una camioneta de color gris.

-¿Cuántos invitados tenemos?- preguntó Alan.

-Al parecer son 15 invitados- contestó Ricardo.

-¡Bien!- dijo Alan muy animado. -Muñeca preparate que serás quien les de la bienvenida.

-A tu señal Coronel- contestó Daniela.

Minutos más tarde Alan daría la última indicación a su gente.

-Daniela lucete- ordenó. -Sólo quiero que dejen vivo a quien parece que es el jefe.

Sin pensarlo dos veces Daniela accionó su arma acabando con uno de ellos de un disparo certero a la cabeza.
La escena se intensificó cuando los tipos respondieron de la misma manera a la gente de Alan. Todo ese lugar se convirtió en una lluvia de balas y el cártel de las ánimas resultó ser quien tomará la delantera y hacer que poco a poco los hombres contrarios fueron cayendo uno por uno hasta llegar al punto que sólo quedó quien parecía ser el líder aunque presentaba una herida de bala en la rodilla.

-La fiesta acabó, Alan y los demás pueden descender la zona está limpia- dijo Cristián.

Todos salieron desde los lugares donde se encontraban y se dirigieron al sitio donde se encontraban  todos los hombres en el estacionamiento.
Alan miró al único sobreviviente y lo levantó violentamente del suelo.

-¿Acaso no sabes de quien es esta zona?- preguntó furioso.

El tipo no quiso hablar y solo bajó la mirada pero a Alan ese gesto le enfureció más.

-Somos el cártel de las ánimas y por si no sabías toda la ciudad nos pertenece- dijo luego de golpearle la cara con la cacha de su arma.

El tipo a causa del golpe empezó a derramar demasiada sangre al mismo tiempo su respiración se agitaba.

-Podemos... Llegar a un..... acuerdo- dijo el sujeto con un tono muy débil en su voz.

-¿Acuerdo?- dijo burlándose.- ¿Crees que tienes lo suficiente como para que  te dejemos ir?.

-Por favor, dejame ir.... Y... te prometo despareceré de la ciudad- suplicó el sujeto.

-En algo tienes razón- dijo Alan sonriente. -Vas a desaparecer de la ciudad.

-¿Qué?.

-¡¡Daniela!!- gritó Alan.- acabalo.

El sujeto a pesar de estar lastimado sonrió a manera de burla al ver a Daniela que a simple vista parecía alguien inocente.

-¿Ella?- dijo el sujeto burlándose.-Acaso es broma.

-Pobre acabas de despertar un demonio con ese comentario- dijo Alan burlándose del sujeto.

Daniela enojada por la actitud de burla del sujeto le golpeó nuevamente la cara haciendo que la sangre brotará a mayor cantidad.
De inmediato introdujo el cañón del arma en la boca de ese hombre y de un disparo acabó con él.

-Uno menos- dijo Daniela con una mirada muy fría.

Todo el  cártel de Alan se retiró del lugar mientras vecinos reportaron un enfrentamiento entre hombres armados en un estacionamiento.

Horas después llegó la policía militar aunque no encontró nadie con vida.

Al día siguiente Elizabeth llegó a la comandancia a ocupar nuevamente su oficina.

- Creí que su lugar de trabajo era en el despacho con Cedric y Dhamar y no aquí en la comandancia- dijo el general López muy confundido.

-Al enemigo es mejor tenerlo  cerca- contestó Elizabeth.

-¿Otra vez con eso?- reprochó López.

-No quiero discutir nuevamente y deme los reportes sobre lo ocurrido anoche- ordenó Elizabeth.

-En un momento le diré a mi secretaria que se los lleve- dijo López antes de entrar a su oficina.

Más tarde Elizabeth revisaba cada uno de los reportes y las fotografías de lo ocurrido durante la madrugada. Pero de pronto algo llamó su atención, uno de los sujetos presentaba un balazo donde la bala parecía haber entrado por la boca y salido por la parte baja del cráneo.

Esa forma de matar sólo la utilizaba esa mujer.

Pensó Elizabeth.

Tenía tiempo que no veía esa marca incluso revisé cada foto de los asesinados durante el tiempo que estuve en coma pero en ninguna apareció esa forma de acabar a alguien. Al parecer ella también estuvo fuera durante un tiempo y ahora cobró una víctima más.

Las dudas seguían surgiendo en la mente de Elizabeth.
Al día siguiente todos los autos de la policía militar y de los agentes del FBI en México serían llevados a un taller para ser revisados y descartar alguna posibilidad de que en ellos hubiera algún aparato GPS más sin embargo esa revisión no sería más que una trampa de López para Cedric y poder decir que con Cedric fuera todo sería más fácil y tener a Daniela estaría más cerca que nunca.

conoce a DANIELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora