32. Unión Letal.

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Ante las emociones acumuladas Elizabeth respiraba demasiado rápido y los médicos tuvieron que sedarla para calmar sus nervios.
Quizá por efecto del sedante o por el hecho de leer la carta pero Elizabeth empezó a tener un sueño algo raro porque en el aparecía Robert vestido de traje en color blanco.

-¿Robert?, pero tú estás....-

Él sonrió al verla.
-¡¡Liz!!- gritó emocionado.- Leíste lo que escribí, ¿Cierto?-

-Si y creeme que hubiera respondido mil veces que si- dijo llorando.

-No llores liz, sabes este lugar es hermoso todo es muy calmado y tranquilo- decía con gran serenidad.

-Es que no merecías lo que te sucedió- continuaba llorando.

-Era mi hora y no podía hacer nada, pero no te preocupes yo estoy bien aquí- respondió mientras caminaba hacía ella.

-Perdón, si hubiera despertado antes quizá eso no hubiera sucedido-

-Eli no seas tan cruel contigo misma, no podías hacer nada. Ahora debes concentrarte en tu recuperación y en regresar al trabajo- le dijo mientras con sus dedos secaba las lágrimas que rodaban por su mejilla.

Él la abrazó fuertemente y acercó sus labios a los de ella, lentamente se unieron en un beso.

-Es hora de irte- dijo Robert.

-No, no ahora por favor- decía mientras se aferraba a él.

-Cuida del pequeño Morrison, y cuidate mucho- dijo Robert despidiéndose.

-No te vallas, no ahora- suplicó Elizabeth.

-¿Qué dices?- exclamó asombrado.- yo no me voy ni mucho menos desapareceré.

-¿Entonces?-

-Yo viviré en tu mente y en tu corazón- dijo tranquilamente.

-Eso quiere decir que...-

-Viviré en tus sueños y ahí  nos veremos cuando quieras- dijo interrumpiendo a Elizabeth.

El sueño término y Elizabeth despertó algo agitada y con rastros de lágrimas en sus ojos pero de alguna manera se encontraba más tranquila y estaba dispuesta a poner de su parte para recuperarse pronto y regresar a su trabajo.

Días después Alan reunió a todos para dar una indicación.

-Escuchen mañana nos reuniéremos con una organización de Puerto Rico-

-¿Desde cuando tú quieres aliados?- preguntó Daniela sarcásticamente.

Alan la miró pero ignoró su comentario.
-Les daré las posiciones que ocuparan cada uno-

-¿Es necesario llevarse a medio cartel?- cuestionó Carol.

-No confió en ellos y  más vale estar preparados- respondió Alan seriamente.- Cristián y John van a dirigir a los laterales de atrás.

-Ok- dijo Cristián.

-Carol irás al costado izquierdo delantero- dijo Alan.

-¿Perdón?, ese es mi puesto- dijo Daniela algo enojada.

-Lo se pero te irás a lado derecho delantero- ordenó Alan.- bueno mañana salimos al medio  día.

Todos volvieron a sus actividades pero Carol de acercó a Daniela.

-Te dije que sería quien ocupara tu puesto muñeca- le susurró al oído.

-No estés tan segura de eso- respondió Daniela.

Ambas tomaron rumbos distintos pero era más que obvio que él odio entre Daniela y Carol crecía a pasos agigantados.
Durante todo el día el cartel de las ánimas al mando de Alan se preparó para reunirse con una organización puertorriquense.

Al día siguiente al medio día todos subieron a los vehículos todo terreno para dirigirse a una zona alejada de la ciudad.
Por alguna razón algo extraña los de las ánimas llegaron primero.

-Algo no está bien- dijo Ricardo mientras bajaba de uno de los vehículos.

-Si lo noté desde hace rato- respondió Cristián.

-Alan será mejor olvidar esto- propuso John.

-Solo esperemos unos minutos, ok- respondió Alan.

Pasaron unos minutos cuando a lo lejos dos camionetas se acercaban a máxima velocidad. Algo no estaba bien y se notaría de manera rápida, en cuanto las camionetas se frenaron los hombres descendieron y empezaron a disparar en contra de Alan y los demás.
Daniela y Carol ordenaron a los demás cubrirse y no gastar demasiadas balas.

Entre una lluvia de balas el cartel de las ánimas estaba en apuros ya que había perdido a dos hombres, así que Daniela y Carol hicieron alianza, mientras Carol avanzaba Daniela la cubría. Por su parte Alan, Ricardo, John y Cristián defendían y al mismo tiempo se comunicaban por medio de radios.

-Alan, perdemos más integrantes- dijo Ricardo por radio.

Daniela y Carol tomaron la iniciativa y de manera inmediata lograron llegar a una zona de varios árboles, desde ahí empezaron a disparar y rápidamente eliminaron a varios hombres de manera certera. Ambas se olvidaron de sus rencillas personales y en ese momento demostraron que juntas son demasiado letales. Al ver las ventajas de la unión de Carol y Daniela, Alan y le los demás empezaron a aumentar el número de balas haciendo que los atacantes empezaran a caer uno a uno, en poco tiempo ambos equipos estaban parejos en número de integrantes. En el calor de la situación Ricardo tomó una granada y  sin pensarlo mucho la lanzó aunque no tomó en cuenta que Daniela y Carol se encontraban cerca del lugar que explotó. Debido a la fuerza de impacto ambas cayeron al suelo, un hombre de la organización contraria tenía en la mira a Carol así que cuanto ella logró ponerse de pie nuevamente él la tomo de los brazos y de un golpe la mandó nuevamente al suelo.

-Tú y tu compañera nos dieron ya muchos problemas así que dime tus últimas palabras- dijo aquel hombre mientras con su arma apuntaba a la cabeza de Carol.

Pero antes que pudiera accionar el arma se escuchó un disparo y el hombre se cayó de inmediato, Carol miró hacía el lugar donde se originó el disparo y vio que de trataba de Daniela.

Solo pasaron 5 minutos más para que el cartel de las ánimas acabará con todos aquellos de la organización contraria.

-Vámonos de seguro no tarda en llegar la policía- ordenó Alan.

Todos subieron a los vehículos y de inmediato se marcharon del lugar.
Mientras uno de los vehículos se quedó esperando a Carol y Daniela quienes se habían alejado durante el ataque.
Antes de subir al auto Carol fue detenida por Daniela.

-Estás muy lejos de ocupar mi lugar mi reina- dijo Daniela mofándose de  Carol.

Carol sonrió diciéndole.
-Ya lo veremos.

De manera inmediata se retiraron del lugar sin darse cuenta que su unión era muy letal y si se llevarán bien serían de las uniones más peligrosas que tuviera el cartel de las ánimas.

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