58.Final Parte 3:El Fin.

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Alan quedó asombro ya que reconocía aquella voz.
Aquel hombre poco a poco dejó su rostro al descubierto.

-Miller- dijo Alan entre dientes.

-¿Qué pasa?- cuestionó Miller. -¿Por qué pones esa cara?.

Alan sentía como un sudor frío surgía de las palmas de sus manos.

-Gracias a Miller me di cuenta que solo querías traicionarme, tal y como lo hiciste con él- reprochó Alvarado.

Alan sonrió levemente. -¿Y creés qué con eso podrás acabar conmigo y mi equipo?.

-Somos mayoría- dijo Miller mofándose de Alan.

-¡Ahora!- grito Alan.

De inmediato se escucharon detonaciones de las armas de los francotiradores que se encontraban entre las construcciones abandonadas.

-Acaben con ellos, solo dejen con vida a Miller y Alvarado- ordenó Alan a sus hombres por medio de su radio.

Mientras tanto Elizabeth y Bustamante estaban muy cerca del lugar.

-Tenemos que atacar las casa de seguridad del cártel- propuso Elizabeth.

-¿Cómo se supone que haremos eso?- preguntó Bustamante.

-Tú te encargarás de ello- dijo Elizabeth mientras entregaba un papel donde se encontraba la dirección de la casa de seguridad.

-¿Cómo sabes la ubicación?- preguntó Bustamante algo confundido.

-Visité a un prisionero que trabajó con Alan, y me contó que esa casa es como su segunda y única opción luego de que la policía militar los descubriera en un operativo- explicó Elizabeth rápidamente.

-Está bien- dijo Bustamante aceptando el trato.- Cuidate mucho, en cuanto aseguremos la casa del cártel iré a ayudarte.

La camioneta donde iban él y Elizabeth se detuvo, Bustamante bajó de la unidad para subir a otra.

-la fila de la derecha, sigan mi trayectoria, vamos a la casa de seguridad del cártel de las ánimas- ordenó Bustamante a sus soldados.

Luego de ello, Elizabeth y Bustamante tomaron rumbos distintos.

Cerca de la vieja zona residencial se encontraban John y Daniela.

-Será mejor que yo vaya sola- dijo Daniela.

-¡¿Qué?!, claro que no, yo te acompañaré- dijo John como negativa a las palabras de Daniela.

-Tú ya hiciste mucho por mí- dijo Daniela en forma de agradecimiento. - La policía militar viene en camino y si quieres regresar a tu país o vivir en una vieja vecindad será mejor que te vayas.

John estaba en un dilema total, la palabras de Daniela fueron muy sinceras, pero pese a todo él sentía algo por ella que le indicaba que debía quedarse a ayudarla.

-No me iré- dijo John firmemente.

-No te preocupes  por mí, yo sé como cuidarme- dijo Daniela mientras tomaba de la mano a John.-Hiciste mucho por mí, y por eso no quiero arriesgarte, vete.

John no podía resistirse a la mirada tan hermosa de Daniela.

-Solo promete que te cuidarás- suplicó John.

A Daniela se le dibujó una leve sonrisa. -Lo prometo.

John sonrió y dio la vuelta para marcharse, cuando la voz de Daniela lo detuvo.

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