54.Hermosa Tortura.

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Pasaron varios días, Alan decidió reunir a su cártel para dar un aviso que tomaría por sorpresa a todos.

-¡Nos vamos a España!- comentó Alan.

Todos quedaron completamente sorprendidos.

-¿Qué quieres decir con eso Coronel?- preguntó Cristián.

Al darse cuenta que todos se encontraban demasiado confundidos decidió explicar detalle a detalle.

-Bueno es solo un decir- explicó Alan. -Llevo varios días haciendo negocios con el jefe de un cártel español y pronto nos reuniremos aquí en México.

-¿Hasta cuándo planeabas decirnos?- preguntó Daniela.

-Eso es porque ni yo tenía seguro que se iba a realizar todo esto, además si llegamos a un acuerdo nos iremos todos a España, aquí en México tenemos a demasiadas personas tras nuestra pista.

-Y ¿Quién es la persona con la que haz estado haciendo negocios?- preguntó John con gran incertidumbre.

-Víctor Alvarado- dijo Alan con una sonrisa en su rostro.

Cristián y Daniela quedaron estupefactos al escuchar ese nombre.

-Cristián y Daniela, ¿Qué les pasa?- preguntó Ricardo. -Parecen  como si hubieran visto a un muerto.

-Víctor Alvarado fue la persona a la que le robamos el programa en España- explicó Cristián muy nerviosos.

-Eres un idiota- murmuró Daniela.

Alan sonrío a manera de burla.-Bueno, digamos que para hacer trato con Alvarado necesité decirle que yo iba a ayudarle a atrapar a quienes le robaron el programa.

-¿Qué clase de broma es esta?- preguntó Daniela con un gran enojo.

-Ninguna- respondió fríamente.-Para la reunión que tendré con ellos necesito de casi todo mi cártel, pese a todo no confío en Alvarado.

-¿Y cómo planeas qué todos te ayudemos sí yo y Cristián son a quiénes busca Alvarado?- preguntó Daniela en tono de sarcasmo.

Alan continuó sonriendo, se le acercó a Daniela hasta tenerla frente a frente.

-Todos llevaremos el rostro cubierto y estarán esparcidos por varios lugares- propuso Alan.

-¿Cuál es tu plan al hacer trato con alguien a quién le robaste?- preguntó Cristián.

-Ya una vez tú y la muñeca le ganaron una batalla al robarle un programa, ahora quiero apoderarme de todo su territorio en España- dijo Alan con gran satisfacción.

-¿Dónde tendremos la reunión?- cuestionó John.

-En la zona residencial que cancelaron hace cuatro años- respondió Alan.

-¿La qué está cerca del bosque, a las afueras de la ciudad?- preguntó John para reconfirmar la ubicación.

-Si, en ese lugar- confirmó Alan. -Ahora lo único que necesito es poner un día que nos favorezca.

-De eso me encargo yo- propuso Ricardo.

-Bueno, ahora preparen sus mejores atuendos porque asistiéramos a una fiesta en una casa de seguridad- ordenó Alan.

-¿Para qué ir a una fiesta?- preguntó Daniela desconcertada.

-En esa fiesta haré una trato con un vendedor de armas, y si todo se complica necesitaré de ustedes- dijo Alan.

Luego de esa larga y controversial conversación todos regresaron a sus actividades comunes, Daniela salió sola a cobrar dinero pendiente que Alan de había ordenado.

Ricardo al ver que ella salió sola quedó asombrado debido a que en la mayor parte de sus misiones siempre era acompañada por Cristián.

-Lástima campeón- dijo Ricardo a Cristián. - Se te fue viva la paloma.

Cristián sentía unas inmensas ganas de atacar a Ricardo por la burla en sus palabras, pero decidió solo ignorar esas palabras.

Daniela se encontraba en un punto lejos de la casa de seguridad pensando en como podría ayudar a Elizabeth. Entre sus pensamientos recordó el número de celular de Elizabeth.

Bajó de su camioneta, tomó su celular y se le ocurrió hablar con Elizabeth una vez más.

-Bueno- respondió Elizabeth a la llamada.

Ella quedó pensando sobre decirle algo para advertirla o dejar que  todo fluyera como Cristián le dijo.

-Voy a colgar- amenazó Elizabeth al no recibir respuesta alguna.

-Ten mucho cuidado, tú sigues en su juego y corres peligro- dijo Daniela seriamente.

Elizabeth reconoció la voz de Daniela por lo cual decidió salir de su oficina e ir a las afueras de la comandancia.

-¿De qué hablas?- preguntó Elizabeth demasiado desconcertada.

-Tú también has recibido esos sobres de color negro diciendo que estamos en un juego, apenas hace unos días recibí uno donde decía que tú eras la que sigue- dijo Daniela ocultando la verdadera razón por la que se enteró.

-¿Por qué debería creerte?- preguntó Elizabeth de forma retórica.

-Es tu problema si me crees o no, yo hice lo que estaba en mis manos para advertirte- respondió Daniela con tono indiferente.

Sin más por decir ella terminó la llamada y pensó que Cristián tenía razón, por muy buenas que fueran sus intenciones nadie le creería por el simple hecho de que todos tenían un rol y el de ella era matar y deshacerse de las autoridades.

Dos días después todos en la casa de seguridad del cártel de las ánimas se preparaban para asistir a la fiesta que Alan les comentó, pero como detalle especial todos los asistentes debían llevar un antifaz.

Cada uno de los integrantes del cártel se arreglaron a su manera.
Para la tortura de Cristián, ahora Daniela portaba un vestido de color rojo, cada mínimo detalle en su rostro le hacía ver más hermosa, además llevaba un antifaz en color dorado el cual hacía combinación con su rostro, su peinado era muy casual pero ante los ojos de él hasta lo más común se le veían espectacular.

En esos momentos él parecía lamentar no poder ser quien le acompañará de la mano, su belleza era el arma más letal que ella tenía.

Por su parte él portaba un traje de gala en color negro y su antifaz era del mismo color.

-Todo listo- dijo Alan muy satisfecho.-Vámonos.

Todos subieron a sus autos y camionetas para dirigirse a otra casa de seguridad ubicada el norte de la ciudad.

Mientras tanto en la comandancia Elizabeth no hacía otra cosa más que pensar en lo que Daniela le dijo por llamada.
De la nada sus pensamientos fueron interrumpidos por Bustamante.

-¿Interrumpo?- preguntó Bustamante antes de entrar por completo a la oficina.

-No para nada- contestó Elizabeth con una leve sonrisa.

-¿Qué le parece si la invito a cenar?- propuso Bustamante.

Elizabeth se sorprendió por la prepuesta pero por alguna extraña razón no quiso negarse a aquella invitación.

-Está bien- respondió Elizabeth aceptando a la propuesta de Bustamante.

Elizabeth dejó todos los papeles en su escritorio, tomó su bolso y junto con Bustamante se marcharon a un lujoso restaurante de la ciudad.

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