Ambos salieron de ese lugar muy nerviosos, sin querer habían realizado un enorme descubrimiento pero aún les faltaba averiguar quien estaba tras ese lugar y objetos de tortura.
Con mucho nerviosismo regresaron a la cabaña de Cristián y se marcharon rumbo a la ciudad sin pensarlo dos veces.-Necesitamos volver- dijo Daniela.
Cristián por primera vez parecía apoyar las descabelladas ideas de ella, y es que él también sentía una gran curiosidad sobre quien podría estar tras el juego y las muertes de López y Carol.
-Regresáremos, no dudes de eso- dijo Cristián firmemente.
Ella quedó asombrada ya que creía que Cristián no la apoyaría.
Luego de unos minutos llegaron a la casa de seguridad de Alan. Y los recibirían en con grandes reclamos por parte de Alan debido a su tardanza.
Al otro lado de la ciudad Elizabeth no hacía más que ordenar todos los expedientes, al parecer todas sus esperanzas habían desaparecido.
No tiene caso seguir en el FBI, pasé mucho tiempo en este caso más no fue suficiente y me van a remover de cargo.
Pensaba Elizabeth con desánimo pero una fotografía le regresaría un poco de esperanza.
Mientras revisaba los expedientes de la muerte de López una foto le llamó la atención, ya que en ella mostraba una serie de huellas en la nota que se encontraba en el sobre de color negro, y esas no pertenecían a ella debido a que usó guantes de látex y luego de leer la guardó en un plástico como evidencia.
Ante su descubrimiento decidió salir de inmediato al lugar donde habían quedado guardas todas las evidencias para ver nuevamente esa nota.Mientras tanto Daniela se encontraba en una vieja estación de ferrocarril esperando una persona interesada en hacer posibles alianzas.
Minutos más tarde a bordo de una camioneta un sujeto llegó a la vieja estación.
El tipo quedó asombrado al ver sólo a Daniela. -Cuando me contactaste pensé en todo tipo de personas menos una mujer.
Ella sonrió ligeramente. -Eso lo he escuchado antes.
-y bien, ¿Qué piensas sobre la propuesta que te hice sobre dejar el cártel de las ánimas?.
Ella parecía estar muy tranquila e incluso continuaba con una gran sonrisa en su rostro. -No niego que tu propuesta millonaria a cambio de trabajar para ti me parece muy tentadora.
-Lo sé- comentó ese sujeto. -Acepta, juntos con mi gente acabaremos con Alan y su organización.
Ella se le acercó. -Acepto.
Al escuchar esas palabras él sonrió e incluso no lo podía creer pero ella ofreció su mano para poder estrecharla con la de aquel sujeto.
Daniela cambio su semblante, sus ojos cambiaron de expresión y su sonrisa desapareció.
-¿Creías que era real?- preguntó a manera de burla hacia el sujeto.
-¿De qué hablas?- comentó con una serie de dudas.
Rápidamente se percató que cinco puntos lásers le apuntaban.-Caíste muy fácil- dijo Daniela mientras de su pantalón sacó su arma y apuntó directamente a la cabeza de aquel sujeto.
De entre las viejas vías férreas aparecieron los demás integrantes del cártel de Alan.
-Buenas tardes- dijo Alan sarcásticamente.
-Señor Cárdenas, un gusto conocerlo- comentó Ricardo.
-¡¡Malditos!!- reprochó. -Me tendieron una maldita trampa.
-Suena más idiota cuando lo dices tú- comentó Cristián.
Cárdenas se encontraba demasiado nervioso debido a que estaba rodeado y sin alguna salida aparente.
-¿Qué pasa Cárdenas?, tienes miedo.- dijo Alan burlándose de la situación.
-No te hagas Coronel, sabes que me matarás así que mejor dispara de una buena vez- dijo Cárdenas mientras se podía de rodillas frente a Alan.
Alan sonreía a forma de burla, sus ojos reflejaban perfectamente la maldad personificada.
-Sabes, te mataría de mil maneras muy doloras y agonizantes- contestó Alan. -Que dices si te llevó a un hermoso lugar donde podría cortar partes de tu cuerpo y dárselas a mi pantera negra.
Los nervios de Cárdenas se agudizaron pero sabía que podría pasar al querer destruir a una organización tan poderosa como lo el era el cártel de las ánimas de Alan.
Alan sonrió aún más y se le acercó a Cárdenas. Le acarició el cabello, sin pensarlo más disparó directamente a la cabeza de Cárdenas arrebatándole la vida de manera instantánea.
-Ricardo y los otros 5 del equipo de su escuadrón, suban el cuerpo de Cárdenas, ya saben que hacer- ordenó Alan.
Sin más contratiempo Ricardo junto con otros del cártel subieron el cuerpo de Cárdenas a una camioneta y se retiraron a otro punto de la ciudad.
-Daniela y Cristián, ¿Han tenido un día algo ocupado?- preguntó Alan con mucho interés por saber la repuesta.
-Claro que si, acaso no recuerdas de todo lo que nos mandaste a hacer- respondió Daniela.
Alan sonrió sarcásticamente. -Lo sé. Bien, seré bueno y tendrán un día libre pero no será mañana.
-¿Entonces?- cuestionó Cristián.
-El día domingo, mientras tanto vigilen la comandancia- ordenó Alan directamente. -Llegaron rumores sobre la llegada de quien ocupará el puesto de López y quiero saber que tan falso o verdadero sea eso.
Daniela y Cristián fueron directo a la comandancia mientras que Alan regresó a la casa de seguridad del cártel de las ánimas.
Elizabeth había pasado gran parte de su tiempo dedicado a la búsqueda de el sobre de color negro, cuando lo encontró mandó a analizar esas huellas para poder saber si habían registros de ellas.
A la comandancia llegaba un hombre de alrededor de 39 años, abordo de una camioneta tipo suburban en color gris.
El hombre entró a la comandancia y pidió ver a la agente Elizabeth pero recibió la noticia que tendría que esperar.
Daniela y Cristián iban rumbo a la comandancia pero no parecían estar concentrados en lo que hacían.
-El domingo regresáremos a esa cabaña, así que necesitamos preparar un plan- comentó Cristián.
-Llevaremos el rostro cubierto, necesitamos armas, si en ese lugar se encuentra quien ha cometido una serie de asesinatos brutales necesitamos estar preparados o seremos una presa en charola de plata- explicó Daniela.
-Estoy de acuerdo contigo, necesitamos ir a pie para evitar dejar alguna evidencia- propuso Cristián.
-Cierto- reafirmó Daniela. -Espera baja la velocidad alguien llega a la comandancia.
Cristián bajó la velocidad como ella se lo ordenó. -Es la agente Elizabeth, conozco ese auto.
Elizabeth descendió de su auto y se dirigió a su oficina pero la persona encargada de la recepción le notificó que alguien ya le esperaba en la oficina, así que ella se dirigió rápidamente. Al entrar vio a un hombre de porte elegante y formal.
-Buenas tardes agente Elizabeth- dijo aquel hombre cordialmente.
-Buenas tardes- respondió Elizabeth.-¿Y usted es ...?.
-¡Oh!, cierto olvidé ese detalle- respondió aquel hombre. -Soy el General Guillermo Bustamante.
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conoce a DANIELA
RandomLa muerte de su hermana, la corrupción y el deseo de justicia, llevarán a una joven a convertirse en Daniela, una persona cuyo único deseo es acabar con quien se le interponga en sus planes. con mucha inteligencia logra convertirse en la mejor gati...