53.Realidades.

25 2 0
                                    

Continuaron corriendo por el bosque buscando una salida a la carretera más cercana. Pero de pronto ella se frenó de inmediato.

-¿Qué sucede?- preguntó Cristián con la voz agitada.

-No podemos salir de aquí, si ese hombre llega a nuestra cabaña descubrirá quienes somos- explicó Daniela.

-No te preocupes- dijo sin preocupación alguna. -El auto en que llegamos a la cabaña no hay nada nuestro y nadie sabe de el y en cuanto a la cabaña, pues ahí no hay nada que indique de quien es.

Sin decir más ambos continuaron en una carrera por su vida.

Mientras tanto Elizabeth y Bustamante se enteraron por completo de todos los movimientos ilegales que López había cometido durante su mandato.

-Te doy mi palabra que esto que nos dijiste será tomado en cuenta durante el dictamen de tu sentencia- dijo Bustamante.

-Pero necesito saber como rayos López ocasionó la muerte de Cedric y Dhamar sin que las cámaras de seguridad captaran nada raro- comentó Elizabeth con mucha intriga.

El soldado sonrió sarcásticamente y encaró a la agente Elizabeth. -Eso es porque hasta el día de hoy tú ves lo que López quiere que veas.

-¿Qué tratas de decir?- preguntó Elizabeth.

-Esos vídeos de seguridad están alterados, los vídeos originales fueron eliminados por el mismo López.

-Entonces, ¿Cómo es qué colocaron esa bomba en el auto?- cuestionó Bustamante.

-El plan era que Cedric muriera pero Dhamar también murió por alguna razón que desconozco- explicó el soldado.-El auto fue llevado por López a la casa de seguridad del cártel de las ánimas y fue en ese lugar donde se colocó  una bomba activada por GPS, y era el mismo general López quien se encargaría de activar esa bomba.

Tanto Elizabeth como Bustamante estaban asombrados de hasta donde llegó López por ambición a una mujer.

-¿Dónde se ubica esa casa de seguridad?- preguntó Elizabeth directamente.

-Eso sólo López lo sabía, nunca nos dijo nada del eso- respondió el soldado. -Es todo lo que sé.

-Te lo agradezco- dijo Bustamante. -Ahora lamento tener que hacer esto pero... Tengo que ponerte las esposas y me corresponde decir que quedas bajo arresto por complicidad y encubrimiento en acciones ilegales.

Elizabeth esposó al soldado y cuando estaba por llevárselo, el soldado dio una recomendación a ambos.

-Investiguen todo porque yo decidí hablar pero en la marina hay muchos más involucrados en esto.

Al otro lado de la ciudad tanto Cristián como Daniela lograron salir a la carretera y empezaron a caminar.
Luego de unos minutos ambos pasaron a un hotel que se ubicaba a la entrada a la ciudad.

Al entrar a la habitación rápidamente empezaron a lavar sus brazos debido a que presentaban rastros de sangre seca por las laceraciones de la maleza en que cayeron.

-¡Maldita sea!- reprochó Cristián.- No tiene caso volver a intentarlo, todo parece que ese sujeto es más inteligente que ambos.

Ella sonrió levemente y de su blusa sacó una libreta pequeña.

-Perdón pero no tenía donde guardarla- comentó Daniela haciendo referencia a que había guardado la libreta bajo su blusa.

Él abrió la libreta para empezar a ver su contenido.
En ella sólo se encontraban una serie de fechas, y lo más perturbador era el hecho que en una de las hojas de esa libreta había una larga lista de torturas, cada una más atroz que la anterior.

-¿Qué es todo esto?- preguntó Cristián estupefacto.

-Su manera de acabar con sus enemigos- contestó Daniela igual de asombrada que Cristián.

Entre la lista enorme de torturas se encontraba una resaltada en un círculo de color rojo.

               Fin del juego.

Era el título de aquél enunciando, además de eso también presentaba una breve descripción.

Realizar laceraciones con  una cuchilla en los brazos, piernas, rostro e incluso los genitales.
Luego de ello en pequeñas gotas, esparcir ácido en el rostro.

Ambos quedaron totalmente sorprendidos al ver que tan siniestra era esa tortura, pero él empezó a avanzar las páginas de la libreta.
Al llegar a la mitad empezaron a encontrar fotografías de varias personas entre ellas se encontraba la fotografía de Carol, su cuerpo fue brutalmente castigado con barras de metal calientes y con laceraciones causadas con un taladro.

Más adelante encontrarían la fotografía de López, al parecer su cuerpo recibió una dosis completa de veneno de víbora.

Con esa foto ambos sabían para que había una víbora en un contenedor, al parecer todo lo que había en esa cabaña fue o sería utilizado como herramienta de tortura.
Al llegar al final de la libreta había una hoja en blanco con un espacio para una fotografía más, tenía como título Siguiente.
Se llevaron una sorpresa al darse cuenta que el nombre de Elizabeth estaba escrito.

-Necesitas ponerme en comunicación con Elizabeth- dijo Daniela.

-Entiendo que no puedes permitir eso porque hasta cierto punto ella te cae bien pero será mejor no meternos más en problemas- respondió Cristián con total indiferencia.

-¿Qué dices?- exclamó Daniela asombrada por las palabras de Cristián.-No puedo permitir que ese sujeto le haga daño a más gente.

-Entiendo pero nosotros también estamos en su juego y podemos ser los siguientes.

-Al parecer se te olvida que no estamos en su lista aún, eso quiere decir que podemos salvar a la que sigue.

-¡Y a ti se te olvidó lo que somos!- gritó Cristián.-¡Somos sicarios, nos persigue la ley, nosotros no ayudamos a esas personas!.

El tono en la voz de Cristián fue extremadamente violento e inclusive Daniela había quedado atónita por la forma en que le hizo ver las cosas.
Ella no quiso mostrarse sumisa así que en sus ojos cafés se tornó una mirada de completa indiferencia.

-Gracias por hacerme ver las cosas- respondió Daniela con gran enojo y sarcasmo.-Mejor vámonos de aquí.

Ambos salieron de aquel hotel y tomaron un taxi para regresar a la casa de seguridad del cártel de las ánimas.
Minutos más tarde llegaron a la casa de seguridad ya durante la madrugada.
La mala suerte continuaba para Cristián debido a que al llegar a la casa Alan aún estaba despierto leyendo un libro en la sala. Cuando de la nada Daniela entró furiosa y sin decir palabra alguna fue a su cuarto, segundos después Cristián también apareció.

-La acabas de regar muy gacho- dijo Alan a Cristián refiriéndose a la manera en que Daniela había entrado.

-Algo así- dijo Cristián muy desanimado.

Alan dejó su libro sobre una pequeña mesa y tomó un par de copas, luego en ellas sirvió un poco de licor en cada una.

-Así son las viejas- dijo Alan mientras le daba una copa a Cristián.

-¿Tú qué sabes de eso?- preguntó Cristián con gran indiferencia.

Alan sonrió levemente, tomó un poco de licor y le respondió directamente. -Sé mucho más de lo que crees.

Ambos pasaron varios minutos conversando y tomando alcohol.
Mientras Daniela no podía conciliar el sueño debido a ese sujeto extraño que está manipulando a todos con su juego y sobre todo la forma en que Cristián le dijo la realidad en que vive.

conoce a DANIELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora