7. Frente al destino.

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Daniela se estremeció al ver que se trataba del mismo hombre el cual se encargó de arrebatar la vida de su hermana.
La mirada cambio por completo, ahora sus ojos café solo reflejaban el deseo de venganza y odio hacia ese tipo, quien con sarcásticamente dijo:

- Wow, mi padre cada vez busca más jóvenes.-

-¿Perdón?-  dijo Daniela algo confundida.

- Sabes a lo que me refiero, pero si quieres puedes venir conmigo, te aseguro que nos la pasaremos bien- dijo Alan mientras miraba a Daniela detenidamente de pies a cabeza.

-No te equivoques, yo solo soy la nueva escolta de tu padre- dijo Daniela enojada.

- ¿tú?, un escolta, por favor no me hagas reír, apuesto apenas y puedes sostener un arma- dijo Alan burlándose de Daniela.

- Sé usarla mucho mejor que tu, y si quieres ver a tu padre ve a su oficina y deja de decir estupideces.- reprochó Daniela.

De pronto Carlos bajó hasta la sala y solo presentó a ambos para que "se conocieran".

- Hijo, ella es Daniela, la nueva integrante de la organización.

Y tu Daniela, él es mi hijo, Alan-

- Si, ya tuve el gusto de conocerlo hace un momento- dijo Daniela sarcásticamente.

- Esto es una locura, como puedes confiar tu seguridad en una mujer como Daniela, mínimo ya la llevaron a que haga su prueba de campo- dijo Alan furioso.

- La prueba de campo será cuando halla "cabras", por el momento ella solo cuidará el perímetro del lugar, si pasa su prueba será parte de los gatilleros- dijo Carlos.

Carlos ordenó la retirada de Daniela quien fue llevada a una parte de la casa en donde se hospedaban algunos empleados, pero aún tenia la duda sobre la famosa prueba de campo de la cual hablaban los coronel.

Daniela fue presentada ante los trabajadores del lugar, los cuales aceptaron la idea de tener a Daniela en sus filas, además de quedar asombrados por la belleza de Daniela.

Durante la madrugada Alan fue y tocó fuertemente la puerta de Daniela y dijo:

- Preparate, salimos en media hora.-

Daniela aun confundida se vistió rápidamente y salio al jardín en donde ya estaban reunidas varias personas con armas largas.
Carlos salió de la casa y ordenó a todos abordar dos camionetas para dirigirse a un lugar en cual estaba a un kilómetro de ahí.
Durante el camino Daniela se sentía muy nerviosa por no saber a donde se dirigían y que iban a hacer, aunque la mataban los nervios ella aparentaba estar tranquila y serena.

Llegaron al lugar donde ya esperaban un par de camionetas blancas  y seis sujetos de los cuales tres estaban en el suelo, casi inconscientes.

- Muchachos que dijimos la última vez- dijo Carlos refiriéndose a los tipos que estaban en el suelo.

- P...per..dón, dejenos ir y .... Le juró que no s...abrá de nosotros- dijo uno de los tipos apenas consciente.

- Saben que eso no se puede- dijo Alan.

Mientras Daniela solo miraba la escena, al mismo tiempo sabía que estaba apunto de ser testigo de otro asesinato.

- Ustedes no midieron las consecuencias de lo que hacían, ¿creían que era tan fácil secuestrar a una morra solo para tener dinero fácil?, pues no lo es, además te tengo noticias, en este territorio sigo yo al mando y mientras siga aquí, nadie va a secuestrar a nadie- dijo Carlos muy enojado.

- Yo me encargo- dijo Alan mientras cortaba cartucho y apuntaba a la cabeza de uno de los tipos en el suelo.

- Gracias hijo pero no esta vez.
¡¡Daniela!! Ven aquí- ordenó Carlos.

Daniela se acercó lentamente y por su mente sabía que tendría que hacerlo y con ello estaría en la organización en un 100%.

- Este par de sabandijas son tu prueba de campo, así que has lo tuyo.- dijo Carlos mientras entregaba un arma a Daniela.

- Una vieja..... Por favor... Si nos va a matar .... Sea directo y no juegue con nosotros - dijo uno de los tipos.

Daniela empuñó el arma y apuntó a la cabeza de un tipo, sabía que luego de ese disparo ahora si Montserrat desaparecería por completo y  ahora sería Daniela de la Garza.

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