49.Veneno.

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Luego de eso López perdió el conocimiento, cuando logró salir de su inconsciencia se percató de que se encontraba atado a una vieja mesa de madera.
Todo a su alrededor era borroso pero poco a poco distinguió la silueta de un hombre que se encontraba frente a él, su vestimenta era de color negro y tenía una especie de tela del mismo color de su ropa que le cubría desde la nariz hasta el mentón.

-¿De que estupidez se trata de esto?- preguntó López muy asustado.

El sujeto no contestó de manera rápida, sólo miraba a López detenidamente.

-Porque hago esto, que broma es esta, sueltame;  esas palabras siempre me lo dicen.

-¡¡Maldito!!- gritó López.-¿Cómo te atreves a hacerme esto?.

Una fuerte carcajada salió de la boca de ese hombre como forma de burla hacia López.

-¿Hacerte qué?- preguntó mientras reía sin parar. -No seas dramático, aún sigues respirando así que no tiene caso hacer esa pregunta.

López sólo quedó en silencio al darse cuenta que aquel sujeto se burlaba de su nerviosismo.

-Bueno te presentaré a alguien- dijo aquel hombre.

Poco a poco se dirigió hacia un costado de la mesa donde estaba atado López. En ese costado estaba algo en forma de cuerpo rectangular cubierta con una tela de color rojo. El sujeto empezó a retirar la teja de aquel contendedor rectangular dejando al descubierto una serpiente la cual se encontraba en el interior de ese contenedor.
López quedó atónito al ver esa serpiente, al mismo tiempo sus nervios se agudizaron y su ritmo cardíaco aumentó.

-Te presentó a Cody, mi mascota favorita- dijo el hombre haciendo referencia a la serpiente.

La respiración de López se hacía más acelerada debido a que por su mente pasaban miles de teorías sobre lo que ese hombre le haría con esa serpiente.

-Aveces Cody le da por segregar mucho veneno, y no sabía que hacer con todo eso- dijo ese hombre con gran tranquilidad.

-¿Qué planeas hacer con eso?- preguntó López con gran incertidumbre.

El sujeto sonrió como forma de burla hacia la incertidumbre y los nervios de López.

-Te mostraré algo más- comentó aquel hombre.

Luego de ello sacó un frasco de un viejo cajón de madera.

-Lo que este frasco contiene es el veneno que Cody segregó el día de hoy- dijo el sujeto haciendo referencia a la sustancia amarillenta que contenía el frasco.

Luego de ello aquel sujeto sacó de otro cajón una jeringa.

-Por favor, no me hagas nada- suplicó López. -Te puedo dar la cantidad que me pidas. 

-No sabes como disfruto ver al gran general Adrián López suplicando por su vida.

Sin decir más empezó a llenar la jeringa con el veneno de la serpiente.
Se acercó a un indefenso general López y lo miró a los ojos.

-Lamentablemente estoy cerca de acabar con mi juego y sólo quedarán las piezas principales, y obviamente tu no eres una de esas piezas.

López empezó a sudar como consecuencia de sus nervios, pero aquel sudor era totalmente frío.
Lentamente aquel hombre introdujo la aguja en el brazo del general.

-Eliminado- le dijo aquel hombre.

Luego de ello liberó el veneno en el cuerpo de López, quien empezó a gritar de desesperación y angustia.

Después de 30 segundos López empezó a presentar temperatura y escalofríos, intentaba hablar pero debido a los efectos de aquel veneno ya no podía pronunciar palabra alguna.

-Adiós "general".

A la mañana siguiente Elizabeth recibió el reporte que decía que personas en la pista norte habían encontrado el cuerpo de un hombre, ante el llamado de emergencia ella salió de inmediato hacia la ubicación que le indicaron y se llevó una gran sorpresa al darse cuenta que el cuerpo que encontraron se trataba del general López.

Se acercó al cuerpo y notó algo extrañó; en su mano derecha había un sobre de color negro. Ella abrió el sobre y sacó de su interior una nota.

La avaricia, la lujuria y las ambiciones aveces suelen ser el veneno más letal, y te puede llevar a la muerte.

Elizabeth sabía que López había sido víctima de la misma persona que mató a Carol y quizá también a Robert.
Al lugar acudieron los servicios forenses para realizar el levantamiento del cuerpo.

Mientras tanto en la casa de seguridad, Alan se levantaba con una gran resaca.
-Creí que ibas con David pero a como llegaste en la madrugada me queda claro que estuviste en otro lugar- dijo Ricardo.

-Te equívocas si fui con David pero se le ocurrió la idea de hacer un brindis y todo se salió se control- respondió Alan con una gran sonrisa de sarcasmo.

-Sólo te recuerdo que hoy recibimos un cargamento de Colombia.

-Encargate tú- dijo mientras tomaba una pastilla para aliviar su dolor de cabeza.-Además quedé en salir con una muñeca que conocí ayer.

-Si sigues así muy pronto serás un ex-integrante del cártel que tu mismo padre creó.

-Ya mejor vete porque debo de quitarme la resaca para ir a ver a esa mujer, que por cierto anoche me demostró de lo que es capaz- dijo Alan con gran felicidad.

Ricardo decidió ir a organizar a todo el cártel para poder recibir el cargamento.

Mientras tanto Elizabeth pidió el primer informe sobre lo sucedido.

-No tenemos nada asegurado pero todo indica que murió por envenenamiento- comentó el médico forense.

-Que lleven el cuerpo al servicio médico forense y por favor le pido que me informe detalle a detalle del resultado de la autopsia- pidió Elizabeth.

-Así lo haremos- dijo el médico.

Elizabeth seguía sin encontrar alguna explicación a lo ocurrió, pero de la nada recibió un mensaje de texto a su celular.

No sabe como disfruté la agonía de ese infeliz.
Pero felicidades el juego está por terminar y tú podrías ser quien pueda conocerme cara a cara.

Ella quedó con más dudas que respuesta, así que ante el enojo y la frustración decidió subir a su auto y salir del lugar.

Al otro lado de la ciudad Ricardo había terminado de preparar a todo su equipo.

-Bueno nos vamos en 10 minutos y ya todos saben su posición- dijo Ricardo.

-Por cierto, ¿Dónde está John?- preguntó uno de los hombres del cártel.

-Salió anoche y aún no a regresado- respondió Ricardo.

-¿Y yo en que posición voy?- preguntó Daniela.

Todos se sorprendieron ya que ella parecía haberse recuperado de su lesión en la rodilla.

-No, tú te quedarás- dijo Ricardo seriamente.-Tú tienes ya una misión pero te la diré después.

Sin más por decir ella se resignó a quedarse en la casa de seguridad por un día más...

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