44.¡Ustedes siguen!

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El silencio de la casa se interrumpió con la llegada de Ricardo,  quien parecía algo agitado.

-¿Dónde andabas?- preguntó Cristián.

Él sólo ignoró la pregunta de Cristián y fue a la habitación de Alan. Daniela fue a su cuarto y encendió el televisor, una noticia despertaría un mal presentimiento.

La madrugada del día de hoy la policía militar localizó a dos cuadras del bar "la novena maravilla", el cuerpo sin vida de una mujer, quien presentaba un disparo en la cabeza y según informes preliminares la víctima sufrió de abuso sexual.

Ella empezó a suponer que Alan y los demás había sido responsables, quizá eso explicaría la llegada repentina de Ricardo y que la casa estuviera casi vacía.

Elizabeth pasó gran parte del día en el servicio médico forense investigando más a detalle lo ocurrido con la mujer. Pero no había nada que fuera de ayuda, todo parecía ser muy común. Ante la situación decidió regresar a la comandancia para ver si encontraba algo, pero cuando llegó rápidamente fue recibida por el general López.

-Así que, digame agente ¿Qué le impidió presentarse a trabajar el día de ayer?.

Ella lo encaró mirándolo directamente a los ojos. -Esos son motivos personales y con todo respeto no le incumben.

-Por lo visto no soy de su agrado agente pero por si lo ha olvidado aquí todos queremos un objetivo común y es atrapar a Alan Coronel y su cártel.

-¿Es eso cierto?- preguntó retóricamente.- o sólo quiere a esa mujer del cártel de las ánimas.

López sólo ignoró las palabras de Elizabeth y se retiró de la oficina.
Ella sólo quedó pensando en que caso debería iniciar y recordó que revisaría el vídeo de las cámaras de seguridad del taller para lograr obtener algo sobre el caso de Dhamar y Cedric.

Mientras tanto Daniela estaba en su cuarto apunto de salir cuando se le ocurrió ponerse los auriculares para revisar si Alan no decía algo sospechoso y la suerte le ayudó ya que justo encontraría algo que le ayudaría a aclara sus dudas.

-Que te quedé claro Alan es la última vez que haces tus estupideces- Reprochó Ricardo.

-No soy un niño como para que me estés con tus sermones- dijo Alan muy furioso.

-No es eso, pero por si no lo recuerdas somos un cártel  que se dedica a traficar droga y hacer dinero- reclamó Ricardo.

-No necesito tus palabras- dijo Alan.

-vuelves a matar a otra joven y tu serás quien lo resuelva y de paso me encargaré de quitarte toda autoridad en la organización.

-¿Acaso me estás amenazando?- cuestionó Alan.

-Sólo te estoy advirtiendo.

Daniela quedó sorprendida por lo que había escuchado, ahora sabía que Alan asesinó a esa mujer como lo hizo con su hermana. Aunque por otra parte también le sorprendió la actitud de Ricardo, siempre lo catalogó como una persona fría, a quien no tenía ni un mínimo interés por los demás.
Sin embargo decidió salir a cumplir con el cobro de dinero del día a día.

Mientras tanto Elizabeth llevaba más de tres horas revisando el vídeo de las cámaras de seguridad pero nada era raro ni siquiera algo fuera de común.

Tres malditas horas y nada, el auto de Cedric según el vídeo luego de su revisión nadie se le acercó, además nadie de quien entró al auto llevaba nada sospechoso en las manos.

Pensaba Elizabeth cuando sorprendentemente recibió una llamada de Daniela.

-No puedo enviarte la grabación ya que podrían acusarte de lapsos con el narcotráfico- explicó Daniela.

-Si, mejor no lo hagas podría ser una mala idea.

-No tengo tiempo pero en lugar de la grabación te diré que Alan es el autor del asesinato de la mujer que encontraron.

-¿Qué?- dijo asombrada.

Pero no recibió respuesta ya que Daniela terminó la llamada de inmediato.
Por la noche Daniela y Cristián se encontraban juntos recorriendo la ciudad por órdenes de Alan.

Cristián aprovechó eso para robarle un beso a Daniela, quien respondía de la misma manera pero algo llamaría la atención de ambos.

Un mensaje de texto pondría a ambos muy nerviosos.

Ustedes hacen una hermosa pareja aunque quisiera saber si así de tímidos son cuando hacen el amor.

Los nervios de ambos se agudizaron al ver el mensaje, y disimuladamente empezaron a revisar los retrovisores del auto para verificar que nadie los estuviera siguiendo.

-¿Qué clase de broma es esta?- dijo Cristián enojado.

-Guarda silencio- respondió Daniela.- Nos podrían estar observando, mejor acelera poco a poco.

Antes que lo pudieran hacer un nuevo mensaje llegó al celular de Cristián.

¿Acaso tienen miedo?, los entiendo yo sentiría lo mismo, sé que tienen ganas de querer golpearme en la cara pero les recuerdo que yo soy quien controla las piezas en este juego y les tengo malas noticias... ¡Ustedes siguen!

Cristián aceleró rápidamente ya que a lo lejos se miraba un auto que se acercaba a gran velocidad.
Él intentaba alejarse pero los esfuerzos era inútiles debido a que el auto que los seguía parecía tener algún tipo de modificaciones en su motor lo cual ocasionaba que fuera muy veloz.

-Es inútil, nos va a alcázar- dijo Cristián muy preocupado.

Daniela parecía estar paralizada por el miedo pero en realidad estaba planeado que hacer, así  que tomó su radio y sin pensarlo dos veces pidió auxilió a quien fuera que se encontrará en la frecuencia. Segundos después alguien del cártel de las ánimas respondió.

-Voy a hacerles secun's, sólo resistan un par de minutos más- dijo John.

Aunque ya tenían apoyo en camino todo parecía que no lograrían salir con vida.

-¿Qué tan resistente es este auto?- preguntó Daniela.

-Está diseñado para resistir varios golpes sin que la cabina principal sea dañada- respondió Cristián.

Ella quedó pensando en lo que él le explicó, mientras el auto se les acercaba a alta velocidad.

-Nos vemos abajo- dijo Daniela despidiéndose de Cristián.

Él quedó pensando en que es lo que ella quiso decir pero rápidamente se daría cuenta. Ella tomó el volante y lo giró violentamente a la izquierda haciendo que el auto cayera directamente a un pequeño barranco. El auto de Cristián y Daniela cayó varios metros hacia abajo dejando al vehículo en aparente metal retorcido.

El auto que los seguía se detuvo y de el descendió un sujeto vestido de color negro y con el rostro cubierto.

-Bueno, ellos terminaron matándose sólos- dijo el sujeto.

Luego de lo ver la escena subió nuevamente al auto y se marchó a toda velocidad.

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