ELEMENTOS: Amor de Fuego

5: Emma

Evan. Su nombre era Evan.

—¡Emma!— Mi nombre sonó por todo el bosque, los gritos de Zack harían que todos los Elementer vinieran hacia a nosotros. Evan ya se había ido para cuando me di la vuelta. Caminé de manera rápida intentando encontrar a Zack entre todos los pinos y troncos. Lo encontré observando a su alrededor como si nunca hubiera estado en un bosque.

—¿Zack?—Al escuchar mi voz se dio la vuelta y me observó con sus ojos castaños de manera aliviada como si fuera un milagro que estuviera sana y salva.—¿Qué haces aquí?— pregunté inclinando mi cabeza mientras entrecerraba mis ojos.

—Lo mismo te podría preguntar a ti, ¿Qué haces aquí?.—Se acercó más a mi mientras yo me abrazaba a mi misma. El sol se había ocultado casi por completo y el frio aumentó más. La luna ya estaba en posición y las estrellas estaban dispersas en todo el cielo oscuro. Zack se pasó una mano por su cabello, estaba tenso. —Se supone que no volverías, es demasiado peligroso.

—¿Cómo supiste que estaba aquí?—. Comencé a caminar pasando por un lado suyo directo a casa. Él me siguió.

—Iba ir a tu casa pero nadie estaba...—Tomó un respiro—Te vi a lo lejos caminar hasta acá—.Saltamos un tronco caído y seguimos caminando en silencio. El ambiente estaba tenso entre nosotros y sabíamos por qué.—¿Vas a decirme qué estabas haciendo?.

En seguida, me sentí frustrada. Muchos pensamientos negativos vinieron a mi mente sobre Zack mientras seguía caminando. Últimamente tenia que darle explicaciones de todo lo que hacia, y molestaba. No necesitaba que me diera sermones como si fuera una clase de novio protector.

—Paseando.—dije secamente. Casi llegábamos. Me preguntaba que reacción tomaría Zack si le mencionaba que, además de estar paseando, estaba hablando tranquilamente con un Elementer. Seguro que se pondría a reír y después observaría que hablaba en serio, me daría algún otro sermón o incluso le contaría a mamá para poder tenerme controlada. Si, creo que por ahora seria un secreto entre mi  y bueno... Evan. Aunque estaba segura de que no lo volvería a ver, demasiada casualidad si lo hacia.

—¿Aquí? ¿En serio?—El tono burlón de Zack me frustró aún más. Me di la vuelta deteniéndome mientras lo veía frustrada por todas sus preguntas.

—Si, Zack. Aquí.

Seguimos caminando.

—Emma, es demasiado peligroso, no deberías...

—No tengo porque darte explicaciones Zack, no eres mi padre o algo.—Me sentí mal al instante, solo esperaba que con eso se detuviera. Pero estaba más que equivocada.

Zack me tomó del codo inesperadamente tomándome por sorpresa; me dio vuelta haciendo que nuestros rostros se encontraran. —No. No soy tu padre Emma, soy tu amigo...—Negó con la cabeza, dándome a entender que estaba en total desacuerdo conmigo mientras me miraba a los ojos.—Y sé por qué estas enojada...—Sabia que hablaba del "casi beso". —Y antes de que me lo preguntes, iba a tu casa a disculparme contigo por lo que paso. Siempre estaré preocupado por ti y sí te enojas conmigo por eso, bien... no me interesa.— Acortó aún más la distancia entre nosotros. Su mirada penetrante.— No me disculparé por algo así.—Dijo seguro para después dejarme en mi lugar sin palabras.

Caminamos en silencio, supe que Zack estaba molesto conmigo por la manera en que sus ojos no me dirigían la mirada en todo el camino de regreso a casa. La luna estaba en todo su esplendor y las estrellas brillaban encima de nosotros.  Zack me encaminó hasta casa abriéndome la puerta— como buen caballero—,entró después de mi. Mamá salió de la cocina con un mandil de flores, la casa olía a papas y lo que creía que era... huevo cocinándose. —¿Dónde estaban?—. Preguntó levantando sus cejas mientras limpiaba sus manos con lo que parecía una toalla morada.