Evan no insistió más. Sus ojos volvieron a apartarse y sus pasos lo alejaron de nuevo. No sabia cuanto faltaba para llegar al famoso lugar de el entrenamiento pero sabia que para cuando comenzáramos a entrenar estaría demasiado cansada. Evan, por otro lado, estaba como si nada.
Evan se detuvo.
Levante la mirada. Algo me dijo que habíamos llegado.
La vista era preciosa, literalmente estábamos en la cima de una pequeña montaña, no sabia donde me encontraba, no parecía Port Isabel. Pero, lo era. Lograba ver el centro de Port Isabel a lo lejos. Hace mucho que no veía los pequeños edificios de mi pequeña ciudad. Todo en realidad se veía muy pequeño desde aquí arriba.
El sol estaba redondo y en su máximo esplendor, de vez en cuando las nubes espesas y blancas lo escondían haciendo un poco más fresco el ambiente dándonos pequeñas sombras. El viento era más frío y fuerte desde aquí.
Entonces, entendí que había valido la pena tanta caminata.
Evan, por supuesto, me descubrió sorprendida.
Dispuse un poco más de atención a los edificios y calles de el centro de Port Isabel. Había algo diferente en la ciudad. Todo parecía abandonado y sin vida. Pero muy en el fondo, sabia que los Elementer estaban ahí, siendo dueños de todos nuestros recursos.
Agache mi cabeza.
—¿Qué tienes?.—Preguntó Evan viéndome con curiosidad. Su cabello se movía un poco cuando el aire llegaba hasta a él y sus ojos brillaban con la ayuda de la luz del sol. Comencé a debatir en mi cabeza si decirle lo que estaba sintiendo ahora mismo o sí era mejor dejarlo así. —¿Tampoco me lo dirás? .—Una pequeña y corta risa salió de sus labios. Sus pequeños hoyuelos aparecieron. Que lindo, sin embargo, Evan estaba esperando mis palabras atentamente.
—Nada, es solo que. . . llevaba tiempo en no ver la ciudad y ahora que estoy aquí. . . se ve bastante diferente, es todo.
Evan se acercó mirando el suelo. Me preguntaba que sentiría él escuchando cómo es que se siente una humana sobre todo estos sucesos. Ya que, ellos se apoderaron de casi todo lo que era nuestro. Claro, según Evan, nosotros tuvimos algo que ver con eso.
—¿Diferente?— Inclinó su cabeza hacia a un lado. Pedía que le contara más. Me pasé una mano por el cabello castaño y saqué la daga escarlata, la analicé lentamente. Con el sol brillaba más haciendo que su filo pareciera ámbar.
Por fin encontré las palabras. —Todo era más vivo.—Dije viendo sus ojos. Su mandíbula se tensó y sus puños estaban apretados. ¿Por qué siempre parecía molesto?. Mi vista fue hacia la ciudad de nuevo. — Las personas siempre solían estar fuera de sus casas y paseaban a sus perros. . . ahora solo hay temor y la mayoría de las personas han . . . desaparecido.—No pude evitar recordar a papá. Sin darme cuenta mi vista se perdió en algún punto del suelo.
—Lo lamento.—La voz de Evan estaba más cerca de lo que esperaba. Levanté la vista y ahí estaba, delante de mí gracias a su velocidad sobrenatural. Hizo una pequeña mueca demostrando que de alguna manera le afectaba lo que había pasado con Port Isabel. Lo que me pasaba a mí. Coloque mi mirada en sus ojos por minutos o incluso más, analizando su color y sus destellos. Pude ver como poco a poco su mandíbula se relajó y sus puños se abrieron. Se relamió los labios y se acercó.
Sin embargo, yo me alejé.
—Si bueno, ya no importa.—Comencé a mover los brazos aún con la daga en la mano a los lados de mi cuerpo intentando darle un aire despreocupado a toda la conversación. Sin embargo, no me sentía así. Me preparé para hablar de nuevo:—Aunque todo vuelva a la normalidad, no sería igual porque papá ya no está.
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ELEMENTOS: Amor de Fuego
Fantasía"Los Elementer son peligrosos. Habían llegado a la Tierra solamente con varias ideas: destruir, esclavizar o asesinar. No podías con ellos. Una vez que te topabas con uno solo podías huir o pelear hasta morir. Ellos controlan los cuatro elementos-d...