"Baile de Invierno"

40 3 0
                                    

Capítulo 38

*_________*


Miraba cómo las horas pasaban sin más, yacía un día encerrada en mi habitación ya que papá no permitía por nada del mundo que saliera temiendo qué fuera a los brazos de Alonso. Era miércoles, es día del baile de invierno, no tenía el celular así qué no podía comunicarme con nadie tenía confiscado todos los aparatos electrónicos.

Mamá había hecho la elección de vestido, zapatos y todo lo que conllevará el honorable baile ya qué ellos y los padres de Jos eran de los donantes de varías áreas para la construcción de un mejor plantel, por ello, tenían qué ser lo honorables invitados de aquella noche.

Había pasado hoy todo el día en cama, aburrida y extrañándolo muchísimo me coloqué esa sudadera gris sobre mí camisón, que antier llevaba sobre su cuerpo antes de quitársela y hacer el amor. No quería dejarlo, lo amaba pero era más como un juego al qué siempre perdería tratándose de retar a papá, él era dueño de todo y al parecer igual dueño de mi futuro.

—Señorita ¿Puedo pasar? —unos golpecitos se oyeron tras aquella puerta, por supuesto papá me había encerrado.

Me senté en la orilla de la cama y coloqué de manera prudente la sudadera.

—Adelante. —dije, después de eso las llaves lograron sonar dentro la cerradura de aquella puerta dejándola entrar con una enorme caja blanca y pequeñas bolsas en sus brazos. — ¿Qué es? —me dirige a ella.

—Es su vestido y algunos pequeños accesorios, su madre me encargo para traerla y qué, si necesitas algo más yo se lo hicieran saber antes de que la noche caiga. —me informó dejando las cosas sobre mi cama detrás de mí.

— ¿Renata?

— ¿Sí?

— ¿Dónde están todos? —pregunté, pues no veía a nadie por estar sola en mi propio mundo de sufrimiento. Mamá por supuesto no iba a quedarse conmigo, Bryan tampoco porqué papá se los había prohibido.

—El Joven Bryan salió hace unas horas dejando a su madre en el trabajo. Creo que se ha ido de compras y tu padre está en su habitación. —me miró, aquellos ojos cafés oscuros denotaban compasión por mí, las líneas qué contorneaban su rostro parecían caminos, demostrando que ella inclusive era más sabía que papá puesto que esos rasgos del rostro me hacían apreciar cada decisión e momento vivido en el pasado cuando era mucho más joven e igual a mí. —Señorita... Su padre solo se preocupa por usted y lo que podría ser de su futuro. A veces nosotros como padres amamos tanto a nuestros hijos que harías cualquier cosa para verlos bien, felices sin nada que pueda salir mal y perjudicarlos pero sabemos muy bien que no estaremos por siempre para ellos, es por eso, que hacemos lo posible por dejarlos con la mejor disposición en el mundo e así cuando un día nos necesiten recuerden lo mucho que luchamos por ellos y que por fin ustedes darse cuenta que todo lo que hemos hecho a pesar de sus disgustos ha sido por su bien. —acaricio mi rostro con sus delgadas manos.

—Pero... —suspire, —Yo solo quería que aceptará a mi chico, el habla como sí lo conociera cuando en realidad no tiene ni la más mínima idea de lo que ha luchado para estar donde está y de lo mucho que ha de luchar los siguientes años en adelante para poder darme lo necesario. —Negué, —Su maldito dinero lo está dejando ciego.

—No hables así.... A pesar de aquello
es tu padre él ha logrado también todo esto por ustedes. —Su cálida mirada me tranquilizó, —Solo trata de adaptarte a esto, quizás las cosas que deseas serán cumplidas pero no ahora mi niña, hay que saber esperar y superar. —Caminó hacia la puerta.

—Espera... —la tomé de la mano, —Gracias por escuchar Renata, —sonrió —Eres esa mamá qué necesito ahora... —la abrace fuertemente.

—Llevo años trabajando para tus padres, eres como mi pequeña hija, —me beso la mejía.

"Solo tú"(Alonso Villalpando Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora