"Solo tú"(Alonso Villalpando Y Tu)

«"Barada"»

Capítulo 41

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Miraba como todos degustaban sus aperitivos sobre la mesa, riéndose a carcajadas por sus comentarios sarcásticos de mi padre, es navidad, nos encontramos bajo el techo de los Canela cenando sobre su mesa y con cada uno de ellos, papá había hecho todo lo posible porqué viniéramos, claro que por mi parte no era más qué hacerme sufrir. Tenían una fiesta como todos los años, primeramente realizaban una cena de manera personal y luego después de las 11 llegaban los invitados, entre ellos todos los amigos de Bryan con sus padres.

—llevas horas mirando tu platillo cariño ¿No estás hambrienta? —el padre de Jos habló, mirándome, observándome a cada instante y luego recordé.

"En efecto, era padre, se estaba cogiendo a su hermosa secretaría de 24 años"

—Mi amor, deja a la novia de nuestro hijo en paz, se comerá sus aperitivos cuándo este lista ¿Verdad? —sonrió su madre relucientemente tomando la mano de sus miserable esposo.

"No dije nada, no quería que mi familia se destruyera por completo"

—_______ te están hablando, cariño... —las manos de mi madre se posaron sobre mi hombro.

Parpadeo ante mi repentina recordación, —Sí, sí, perdón. —finjo una leve sonrisa ante todos.

— ¿Qué licenciatura escogerás después de la preparatoria? Digo, les queda un último semestre. —bebió de su copa, de alguna u otra forma su padre seguía mirándome, buscando más palabras para no dejarme en paz, sabía perfectamente que no amaba a su hijo después de aquella ocasión cuándo había pasado la noche en brazos de Alonso.

—No lo sé aún, pero para qué quiero todo eso después de mi boda Jos se hará cargo de todo, ¿No es así? Por eso nos unimos, para que el dinero sigua siendo de nosotros. —escupí con una gran sonrisa, pude visualizar como Jos baja la cabeza negando para luego sonreír hacía un lado, la situación le divertía. — o ¿me equivocó?

El padre de Jos, soltó una carcajada, —vaya, igual que tu padre.

Todos estaban incomodos, recién dejaban sus pláticas estúpidas aun lado, eso quería, que dejarán por un momento su alrededor y fijarse en lo que en realidad importaba.

Jos se levantó de su asiento, mi mirada no se separaba de ella hasta que llegó a mi extendiéndome su mano, —Si nos disculpan,— me sonrió— necesito hablar con ella.

—no gracias, prefiero quedarme aquí.—rodee los ojos.

­­—vamos amor, tu chico desea hablar contigo. No seas grosera,—mamá seguía pinzándome los talones.

—bien, con permiso.—Bryan me miraba con angustia, sabía que lo menos que deseaba era estar con Jos y sobre todo a solas, no estaba bien, siempre salía cabreada y jodida con cada conversación con él. Caminamos durante unos segundos hasta llegar a los escalones de su habitación, de nuevo la maldita historia,— estas imbécil si crees que me subiré de nuevo allí, Jos.

—¿imbécil? Por favor, se más creativa,— tomo de mi en un fuerte jalón,—aquí se hace lo que yo diga y quiera ¿entendido?— sonrió— ¿no estas ansiosa por saber que quiero mostrarte?— beso mi mejía.

Trate de zafarme pero me fue imposible,— eres un cerdo, déjame o gritare.— lo rete, sus labios levantaron a un enorme sonrisa para destrozar toda seguridad que traía hace unos momentos, Jos era cruel y no había duda de ello.— Jos... Basta.

—ven... —tomó de mí, llevándome a la fuerza, sin discusión algúna. Me había cansado ya de sus tontos jueguitos ya ni siquiera sabía en qué esforzarme si todo estaba decidido. Entramos a su habitación empujandome para caer a la cama, el por su parte se quedó sobre la puerta observándome para luego ponerle seguro a la puerta, esos ojos negros, cejas fruncidas y la enorme sonrisa estaban quemando todos los rastros de seguridad que tenía, no era  el mismo eso lo sabía perfectamente, gracias a su padre aprendió que castigando aquien te hace daño es la mejor solución para sentirme bien consigo mismo. —¿Llorando ya? —río, —Por favor.... Ni siquiera te he tocado.