"Baile de invierno"

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Capítulo 39

2da parte

Me miro tan de cerca que casí me comía con aquellos ojos avellena, —Jodiste todo lo que quería. —bufo, —No necesita de ti antes, jamás quería estar encadenado a alguien pero... —con rápidos movimientos se colocó a ahorcadas de mí, tomándome ambas manos con fuerza, acorralandome dijo, —Usaste tus manditos encantos para atraparme, torturarme hasta tenerte a tus pies y sabes... —río negándose, sus ojos rojos delatan lo que sufría por dentro matando la mínima pisca de carácter lindo que le quedaba, —Jugaste perfecto tus cartas, me alejaste de la única chica que en verdad me quería, que estaría dispuesta a cualquier cosa por mí.

Me arrebaté de sus manos ágiles, —¡Suéltame!

—Maldita sea, la jodi por tu culpa, ahora ella me odia, me aborrece, —me tomó del mentón con fuerza, —¿Cómo carajos no te das cuenta? —me gritó en cara, —¡Nos llevaste directo a la mierda con tus estúpidos juegos infantiles! —me tomo por ambas mejías, —¡Dejá de llorar, eso no te sirbe de nada! —me sacudió.

—Basta por favor... —lo tomé por las muñecas con fuerza para que se alejara de mí, —¡Para Jos, déjame! —me soltó, tenia razón esto era solamente culpa mía, no dejaba de cumparme una y otra vez pero de algo no estaba del todo de acuerdo, —Tienes la razon...

Sus ojos irradiaban rabia, —Eres una zorra. —escupió con amargura.

—No tenias derecho a lastimarme... —me abrace, —N-no tenías derecho a tocarme si no lo deseaba... —los dos con miradas muertas por dentro se centraron uno por el otro, —¡No tenías derecho a cogerme como si fuera una prostituta! —grité, con lágrimas de par en par, —¡Fingiste todo un teatro ante todos, tampoco eres la persona perfecta! ¡Tú fuiste quien mato todo lo nuestro! ¡No me culpes a mi como si fuera una única que ha cometido error tras error! —solloce, —Y-yo te quería de verdad... Pero tu lo jodiste todo. —baje la mirada, los dos habíamos explotado con palabrería insensatas que lograban por lo menos desahogarnos, —Acepto que sea tan estúpida para jugar con ustedes dos, pero lo que no acepto y no perdono es que me hayas utilizado como una puta quitantote esas ganas sobre mi, lastimandome, besándome con esos labios que en vez de llenarme de amor y sueños me enviaron al infierno eterno. —me tape el rostro, lloraba y lloraba. Mi vida era una completa tragedia, incluso me costaba respirar por tan falta de oxígeno qué me causaba tener el corazón estrujado por un amor fuera de mi alcance.

—¡Cállate maldita sea! —se llevo las manos a la cabeza, —!Tu no sabes nada! —gritó frustrado ante toda la situación.

—Quiero que te vayas ahora.

—No me ire, necesito sinceramente hablar contigo sacar todo esta puta porquería que no me deja vivir.

—Los has dicho, soy la peor escoria del planeta. —me limpié las lágrimas.

—Lo somos los dos. —respiraba incontrolablemente, su pecho subia y bajaba una y otra vez con bastante rapidez.

Nos quedamos en silencio durante varios minutos hasta que por fin cedió la oportunidad de entablar una conversación menos tempestuosa, decidió tomar asiento junto a mí, no miré ya qué no lo veía prudente apara la situación en la que cruzábamos. —Yo... —sus palabras resonaron en mi cabeza fuertemente, —Tenía 15 años cursaba el último año de secundaria, —no sabía dónde nos llevaba esto pero no queria interrumpir su aclaración, —Mi madre... Bueno ella siempre se ha preocupado por mi formación académica, era bueno en aquellos tiempos, el mejor de mi clase. Decidí entrar a fútbol una clase extra, mamá el primer día de entrenamiento me dijo que mi padre regresaría por mí qué le había dejado una nota pero... —su voz, no podía dejarme leerle, —Papá no fue por mí, vine tarde a casa y ninguno de los dos estaba para cuándo papá llegó me preguntó varias veces como había estado en mis clases, yo con todo gusto le respondía pero supuse que había olvidado la nota asi que decidí guardarmela y fingir qué nada habia pasado parecía simple pero no lo era. Pasaron dos semanas con las misma rutina, me habia cansado que él no fuera por mí asi qué un día con enojo me dirige a la empresa, quería decirle lo enojado que estaba por dejarme sólo, qué olvidase de nuevo la nota. —hablaba con rapidez, —llegue a su oficina pero la secretaría no estaba, asi qué sin más me encamine a su despacho pero al estar apuntó de girar esa perilla, —su voz de debilitó, temblorosamente hablo, —Ella gemía con exageración el nombre de mi padre, le rogaba una y otra vez que la tomará como el quisera y que la follara hasta dejarla exhausta sin poder pararse, —lo mire por el rabillo sonreir con tristeza, —yo me negaba a creer que eso estuviera pasando, mi cabeza se negaba a encuadrar todas las piezas, siempre venía tarde los viernes y decía que tenía juntas tras juntas, qué ingenuos fuimos mi madre y yo, con ganas de acabar con esta incertidumbre abri la puerta lentamente y en efecto, papá estaba follandose a su hermosa secretaría de 24 años sobre su escritorio. No dije nada, pensé que se arrepentiría porqué yo estaba seguro que amaba a mamá demasiado como para caer en una mujerzuela como esa, pero no, siempre acudía los viernes a verlo para saber si había dejado aquel gusto a tras pero no, dejé pasarle la segunda ocasión pensado que la tercera seria la vencida pero no, seguía tumbandola sobre su escritorio cada viernes por las noches.

"Solo tú"(Alonso Villalpando Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora