—¿Quieres más té amor? —le preguntó su madre.Orianna estaba sentada, o mejor dicho recostada en uno de los cómodos sillones que su madre tenía en su carpa, era el tercer día del torneo y las rosas tomaban el té juntas.
—Si, por favor madre —se levantó acercando la taza a su madre —¿De qué dijisteis que era?
—Hiervas del otoño —su madre le sirvió una porción extra de la infusión.
Dio un sorbo.
—¿Y dónde lo habéis conseguido?
—Alerie me lo ha traído de Antigua, dice que lo compró a un comerciante de Pentos.
—Le debe de haber costado una fortuna.
—Y vaya que la han estafado, hasta el té del norte tiene más sabor que esto, pobre chica, ha ido de estafa en estafa, primero le prometen que se casará con el señor de Altojardín, y la pobre terminó casada con Mace, y ahora vienen y le venden este té por mucho más de lo que vale.
—Madre, Mace es el señor de Altojardín.
—Si, pero es el hombre más inepto que ha ocupado el puesto, y mira que tu padre había dejado el listón bastante alto con eso de irse a caer del barranco.
Orianna rió.
—Me alegro de que hayas venido al torneo madre, te extrañaba.
—Yo también te he extrañado mi amor, extraño nuestras reuniones para tomar el té.
Uno de los sirvientes de su madre entró a la carpa con una charola repleta de tartas y pasteles.
—Por fin llegas, comenzaba a pensar que traerías el postre junto con la cena —le reclamó su madre al cocinero.
—Lo siento mi señora, no volverá a pasar.
Su madre asintió y tomó una rebanada de pastel de limón, Orianna hizo lo mismo.
—Luce delicioso, ya puedes retirarte —dijo la princesa.
El sirviente se retiró con una sonrisa escondida en los labios.
—Veo que tu embarazo va bien.
La princesa asintió mientras le daba un sorbo al té.
—Es mi tercer embarazo, pero aún no logro que uno sobreviva.
—La madre no ha sido buena contigo, pero amor, tú sabes tan bien como yo que tu lugar como esposa del príncipe no estará seguro hasta que logres darle un heredero.
—Lo sé madre.
—Tienes suerte de que la princesa de Dorne haya muerto, o sino ya estaría planeando darle tu lugar a su hija.
—También corrí con suerte cuando el rey rechazó a la hija de Tywin Lannister.
—Sabes lo que opino de la suerte, mi amor.
—"Tu vida nunca debería depender de ella" —recordó Orianna tomando otro sorbo de té —Sabes madre, siempre me he preguntado por qué fui elegida para casarme con el príncipe.
—La corona está en tu cabeza mi amor, ¿Importa cómo llego ahí?
—Por favor madre.
—Me gustaría poder darte una respuesta, pero la verdad es que no lo sé, cuando eras niña tu padre planeaba casarte con Oberyn Martell, para cesar las hostilidades entre Dorne y el dominio, pero cuando Obara Martell rechazó tu mano tu padre dijo que prefería esperar al hombre indicado para su pequeña rosa, pero murió antes de conseguirlo —Orianna agachó la mirada —Cualquier hombre en el dominio lo hubiera dado todo por tu mano, pero tu padre aún soñaba con el amor, solía decir que te daría lo que él nunca tuvo, la posibilidad de escoger.
Su madre dio otro mordisco a su pastel antes de seguir hablando.
—Tu padre quizá te habría permitido escoger a tu esposo, pero yo no mi amor, somos Tyrell, yo por matrimonio y tú por nacimiento, y los Tyrell han reinado en el dominio desde los tiempos de Aegon el conquistador, han gobernado las tierras más fértiles, las más ricas y deseadas de los siete reinos, cada revuelta, cada intento de controlarnos o derrocarnos ha fallado, ¿Sabes cómo lo conseguimos?
—Siendo rosas madre.
—Así es mi amor, siendo rosas, siempre he creído que eso es lo que nos hace más peligrosos que el resto de las casas, si ves un león, un lobo o una serpiente, sabes que tienes que tener cuidado, pero al ver una rosa, te dejas llevar por su belleza, te cautivan sus pétalos y su aroma, tanto que te olvidas que tiene espinas. Hay rosas marchitas, por supuesto, y tu hermano es un claro ejemplo, hay rosas sin espinas como tus hermanas o tu padre, pero también las hay con veneno, y tú eres una de ellas mi amor.
»Nuestro lema es "Crecer fuerte", un tanto simplón para mi gusto, pero nos resume bien, avanzamos poco a poco, tan lento que es apenas perceptible, nos ganamos la confianza y el cariño de los demás, los distraemos con nuestro carisma, y cuando menos se lo esperan su poder ya es nuestro.
—Aún no respondes mi pregunta madre, ¿Por qué yo?
—Siempre supe que tu vida sería en Desembarco del rey, solo me equivoqué de caballero, originalmente apostaba por Arthur, era el caballero más conocido en los siete reinos, ganador de justas, de buena familia y amigo del príncipe heredero, un hombre así con una mujer como tú a su lado, ¡Uf! Sabía que llegarían muy lejos, ni siquiera me preocupaba que fuera un segundo hijo, estaba segura de que fundarían su propia casa, "los Dayne de algún lugar", y cuando Rhaegar se convirtiera en rey, creí que Arthur sería su mano, estarías tan cerca de la corona que tu voz se escucharía en los siete reinos.
—Sigues sin responder mi pregunta madre.
Olenna dio un trago a su té e hizo una mueca.
—Ese era mi plan querida, y por ello envíe una carta con un jinete a Arthur durante el torneo que se celebró desembarco del rey para festejar el nacimiento del príncipe Viserys, le propuse un enlace matrimonial, pero en vez de recibir una carta con el sello de la estrella de los Dayne, llegó una con dragones, una carta de parte del rey pidiendo tu mano en matrimonio para su heredero, nunca pedí una explicación al chico Dayne, ni mucho menos al rey, simplemente acepté, mi plan era tenerte cerca de la corona, pero al parecer los dioses querían que la portaras.
Orianna asintió.
—Pero no estás aquí para hablar de eso mi amor, así que, por qué no me hablas de los rumores que dicen que tu auspiciaste todo esto.
—Son verdad madre.
—¿Y por qué harías algo así?
—Ambas lo sabemos madre, ¿Es necesario que lo diga en voz alta?
El rostro de su madre se iluminó.
—Pensé que tu esposo no tendría el valor para quitarle el trono al rey loco, pero me alegra ver que me equivoqué —su madre guardó silencio por un momento pareciendo analizar la situación —Aunque pensándolo mejor, hay otra forma de que te conviertas en reina sin necesidad de llegar a la guerra, unas cuantas gotas de flor de Lys y las vidas de miles se salvarían.
—Yo también lo pensé madre, pero es demasiado arriesgado, el rey casi no come y los pocos bocados que ingiere primero pasan por la boca de un catador, si lo intento y fallo no solo el rey mandará matar a cuanta persona habite la fortaleza roja, sino que me ganaré el desprecio de mi esposo, sin importar cuanto odie a su padre si supiera que pensé en el envenenamiento me odiará aun más a mí.
—En ese caso solo hay una salida, así que dile a tu marido que cuente con nuestras espadas y recursos.
—Gracias madre, lo agradezco profundamente —su madre le sonrió, la reina de las espinas miraba con orgullo a su hija, —pero será mejor que nos vayamos, el rey llegará pronto y debemos recibirlo.
—Pero debo advertirte algo amor, un rey en la posición en la que Rhaegar tendrá al subir al trono no puede permitirse una reina que no es capaz de darle un heredero, y entonces vendrá otra, quizás más bonita, quizás más salvaje o quizás una que haya nacido como princesa, y te quitara todo lo que le disté a tu esposo, le dará un heredero y se sentará en tu trono.
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Rosa de Fuego
FanfictionOrianna Tyrell, la hija favorita de la reina de las espinas, fue la escogida para desposar al príncipe heredero, Rhaegar Targaryen, sin embargo desde el día de su boda ella sabe que su esposo ama a otra, todo esto sumado a su incapacidad de darle un...