Capítulo 16.- Rosa de fuego

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Toda la arena estaba en silencio, nadie se atrevía a decir una palabra o tan siquiera esbozar una sonrisa, Rhaegar y Lyanna se veían a los ojos sin importarles lo que sucedía a su alrededor.

Pero entonces todo se salió de control, Brandon Stark y Roberth Baratheon se levantaron de sus asientos y tuvieron que ser agarrados por los demás presentes para evitar que golpearan al príncipe, pero Orianna no se quedó para ver como terminaba aquella situación, salió de las gradas sin esperar a su guardia y se dirigió a su carpa.

En cuanto las cortinas se cerraron, se permitió sentarse en el piso y llorar, sentía sus manos temblar y era incapaz de controlar sus sentimientos. Rhaegar no solo la había avergonzado delante de todo el reino, sino que había tirado a la basura todo lo que ella había construido durante los últimos días, su alianza con el norte, las tierras de la tormenta, el nido de águilas y Aguasdulces, todo se había ido a la basura.

—Querida —la voz de Rhaegar la interrumpió, pero al verla llorar tan desconsoladamente se sentó a su lado en el piso y la abrazó.

—No —dijo Orianna soltándose del agarre de su esposo —No me vuelvas a llamar así, nunca, y no vengas aquí y trates de calmarme después de que fuiste tú el que me humilló allá afuera.

—Orianna por favor.

Ella se limpió las lágrimas y se pellizcó las mejillas, no tenía tiempo para llorar, tenía que arreglar ese desastre antes de que fuera demasiado tarde.

—No deseo hablar contigo, ¡Arthur! —gritó la princesa y la espada del alba se asomó al interior de la tienda —Acompañadme Ser.

—¿A dónde vas Orianna? —preguntó Rhaegar.

—A limpiar tu desastre y evitar una guerra.

Salió de la carpa con Arthur siguiéndola de cerca.

—Orianna deberías calmarte, esto no puede ser bueno para el bebé.

Ella no respondió, se limitó a seguir caminando, tenía que hablar con Rickard Stark lo antes posible. 

Llegaron al campamento del norte y las miradas no tardaron en juzgarla, todos se preguntaban que hacía ahí.

—¡Orianna! —escuchó la voz de Ashara a sus espaldas y se giró para encontrarse con su amiga caminando con la manada de lobos, Brandon Stark a la cabeza, a su espalda caminaban Eddard Stark, Benjen Stark y Ashara Dayne tratando de calmar a una Lyanna que lloraba en silencio.

—Majestad —dijo el lobo salvaje sin sonreír.

—Majestad yo... —Lyanna empezó a hablar pero Orianna la interrumpió al instante. 

—Debemos hablar lord Brandon.

—No podría estar más de acuerdo. Ned lleva a Lyanna a su carpa y no te separes de su lado hasta que se calme —dijo a su hermano y el lobo silencioso asintió, entonces se dirigió a Orianna —Después de usted majestad.

El lobo salvaje y la princesa caminaron hasta la carpa del señor de Invernalia, entraron sin anunciarse, pero Arthur se quedó afuera montando guardia, Orianna estaba a solas con los lobos.

—Majestad —dijo lord Rickard levantándose.

—Mi lord.

—Por favor siéntese —le dijeron y ella aceptó.

—Si viene a disculparse majestad, lamento deciros que no podre aceptar disculpas a menos de que vengan de los labios del príncipe, pero para ser honesto creo que está de más, es obvio que las relaciones del norte y la corona están más que rotas —el señor de Invernalia sentenció.

Rosa de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora