A pesar de que habían pasado horas desde que Voldemort se había marchado, a Dayana todavía le temblaban las manos si pensaba en lo que habían vivido.
Cuando la familia Malfoy fue consciente de que Potter y sus amigos habían escapado después de haber avisado al Lord Tenebroso, todo se convirtió en un caos. Bellatrix culpó a cada uno de los allí presentes y maldijo a gritos a todo ser vivo del planeta. Lucius, por el contrario, se volvió tan pálido como un cadáver y se aferró al respaldo de su sillón como si fuera a desmayarse. Incluso Narcissa soltó un notorio quejido y arrojó uno de los jarrones de decoración al suelo. Por suerte Nídel no apareció para limpiarlo, o posiblemente Bella le hubiese asesinado.
Draco se dejó caer en una de las sillas de la mesa y se sujetó la frente con la mano, abatido. Dayana optó por sentarse sobre las escaleras al mismo tiempo que una parte de ella trataba de autoconvencerse de que todo iría bien. Cuando un ruido irrumpió en la puerta de fuera, cerró los ojos unos instantes como si así pudiera dejar de ser real lo que estaba ocurriendo.
Tras que Bellatrix le explicara quejosamente a su Lord lo que había ocurrido, se llevó el primer Crucio. La mujer se retorcía en el suelo de dolor y fue tan duradero que todos pensaron que Voldemort la acabaría matando. Sin embargo, se detuvo a tiempo.
El Señor Oscuro pagó su furia con cada miembro de la casa, tachándolos de inútiles y necios, humillando el poco honor que le quedaba a la familia y desprestigiando su posición como magos de sangre pura.
Era vergonzoso ver a Bellatrix arrastrarse por el suelo, suplicándole a Voldemort que la perdonara y repitiéndole una y otra vez que jamás le fallaría de nuevo. Ella aceptaba el castigo, pero Lucius no; él pedía clemencia insistentemente en nombre de su familia.
El castigo, formado en su mayoría por Crucios, se extendió durante horas. El dolor de esas cinco personas y sus gemidos agónicos se escucharon hasta en el exterior. Bellatrix y Lucius fueron los que se llevaron la peor parte, tal vez porque el Lord Tenebroso los consideraba como los "cabezas" de familia.
Antes de marcharse y jurándoles que la próxima vez los asesinaría sin piedad alguna, les prohibió salir de la Mansión hasta que él requiriese de sus servicios.
Todos se retiraron a sus dormitorios en silencio. Nadie pronunció ni una sola palabra; ni si quiera Bellatrix, cuya impertinencia siempre les molestaba.
Dayana entró en el dormitorio seguida de un Draco que se movía con pesadez y arrastrando los pies. Ella fue quien tuvo que cerrar la puerta puesto que el rubio, a penas avanzó en el interior, se dejó caer abatido sobre la cama, apoyó sus codos sobre sus rodillas y su frente sobre sus puños. Seguidamente comenzó a sollozar.
Sus lágrimas trataban de ser silenciosas y sus lloriqueos eran una especie de intento de coger aire agitadamente a la vez que trataba de ocultar sus gimoteos. Dayana sentía todo el cuerpo adolorido y, aunque no le quedaba fuerza ni ánimo alguno, se acercó hasta Draco y acarició sus espalda reconfortantemente. El chico no tardó en abrazarla por la cintura, pegándola más a él con necesidad.
- Todo ha sido mi culpa. – susurraba apesadumbrado. – Si hubiera dicho que era Potter... Si tan solo hubiera hecho caso a mi padre... El destino de mi familia habría cambiado, él tenía razón, todo habría podido ser diferente.
Dayana siseaba sin dejar de acariciarle en un intento por calmarle. Cuando el chico volvió a equilibrar su respiración, lo guio hasta acostarlo a la cama y ella se tumbo a su lado, permitiéndole que la abrazara hasta quedarse dormido. Draco también había recibido una buena dosis del castigo, por encima de Dayana y Narcissa. Debía estar exhausto tanto física como mentalmente.
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Destinada | Draco Malfoy
FanfictionPara bien o para mal, estamos destinados. Lo que nos depara el destino solo nos hará daño. 28/4/2019 ➞ #2 dracomalfoy 15/4/2020 ➞ #1 malfoy 17/5/2020 ➞ #1 dracomalfoy ➞ #1 malfoy ⇝ Originalidad. Di no al plagio ⇝No lectores/as fantasma