Estaban en invierno, era jornada laboral y Harry tenía que partir a las afueras del país para atrapar a un carroñero que había escapado de Azkaban. Era su trabajo y tenía que hacerlo , pues el decidió dedicarse a esto.
Por otro lado una pelirroja estaba preparando el baúl de Harry, asegurándose de meter los jerseys más calientes que su madre le había hecho y que tenía para que no pasara frío. No era la primera vez que lo hacía, ella ya estaba acostumbrada a que Harry viajara, y a pesar de eso no se cansaba, ella lo amaba y amaba el trabajo que el había elegido.
-Gin.- Harry estaba parado en el marco de la puerta.
La peliroja se giró.
-Ya tienes todo metido Harry- sonrió. - no pasarás frío.
El azabache se acercó a la pelirroja y la agarró de la cintura para acto seguido, darle un corto beso en los labios.
-Ginny, sabes que no va a pasarme nada. - la besó las manos.
-Lo sé.
A la mañana siguiente los dos fueron a la estación de tren de Londres, allí Harry partiría para irse y Ginny como siempre estaría allí para despedirle y para recogerle el día que volviera.
-Prometeme que tendrás mucho cuidado- dijo la pelirroja mirando fijamente a su marido.
-Ya sabes que sí. - aseguró el chico. - cuando llegue mandaré una lechuza a avisarte y cuando venga también, ¿vale?.
Ginny asintió en señal de que todo estaba bien. Se acercaron a las puertas del tren y Harry entró no sin antes darle un beso en los labios y otro en la frente a Ginny. Ella no paraba de mirarlo, desde que entró y se cerraron las puertas hasta el momento en que el tren ya dejó de existir por las vías.
Suspiró. Extrañaría a Harry mucho estos días.-Y dime, ¿cuando regresa Harry? - preguntó Hermione.
-dentro de dos días, estoy muy emocionada. - sonrió la pelirroja - por fin desde hace 1 mes.
-si la verdad que este viaje es el que más le ha durado.
-Al menos han conseguido atrapar a esa carroñero. - dijo con su taza de café entre sus manos. - y me dijo que ahora tendría vacaciones.
Hermione sonrió. - la verdad que se las merece. Y también os merecéis pasar tiempo juntos. - dijo la castaña.
Ginny estaba nerviosa. Estaba esperando donde siempre cuando recogía a Harry. No la dejaban entrar al andén, así que no tenía más remedio que esperar detrás de las puertas.
Cuando la gente bajaba del tren y vio a su marido corrió hacia el y se tiro a sus brazos.
-Harry. - dijo escondiendo su rostro en su chaqueta oliendo su aroma.
-hola Gin- el azabache sonrió.
Cuando se separaron del abrazo, Harry besó en la frente a Ginny y se fueron a casa, donde disfrutaron de unas largas y tranquilas vacaciones ellos dos. Solos. Sin viajes. Sin despedidas. Sin nadie.
Hola a todos. Los errores serán corregidos en su debido tiempo.
Gracias por leer.